LA HABANA— Yanet Rodríguez, 33 años, madre de dos hijas menores de edad y residente en el reparto San Agustín, municipio La Lisa, al oeste de La Habana, Cuba, falleció por una golpiza de su ex pareja el viernes 3 de febrero.
LA HABANA— Yanet Rodríguez, 33 años, madre de dos hijas menores de edad y residente en el reparto San Agustín, municipio La Lisa, al oeste de La Habana, Cuba, falleció por una golpiza de su ex pareja el viernes 3 de febrero.
Un día después, en la madrugada del sábado 4 de febrero, en el poblado de Camalote, Nuevitas, Camagüey, provincia a casi 600 kilómetros de La Habana, la adolescente de 17 años Leidy Bacallao, fue asesinada por su ex marido, un hombre de 50 años.
El crimen, que conmovió al país por su brutalidad, tuvo repercusión en medios internacionales, entre ellos la BBC. Bacallao corrió buscando refugio en la estación de policía local y ante la pasividad de los agentes del orden fue salvajemente ultimada a machetazos.
Una semana antes, el 26 de enero, Arletis Almarales, 40 años, fisioterapeuta de un Hogar de Ancianos en la localidad de San Germán, Holguín, a más de 700 kilómetros al noreste de La Habana fue mortalmente agredida en la vía pública por su ex pareja.
La Plataforma independiente Yo Sí te Creo invitó a participar con “propuestas sobre cómo la ciudadanía puede articularse para evitar estos hechos”, ante el incremento de la violencia de género en el país. Con la muerte de Mercedes Vasallo Herrera, 51 años, acuchillada y golpeada en su domicilio en Carlos Rojas, Jovellanos, Matanzas, se elevaban a diez los feminicidios ocurridos entre el 1 de enero y el 12 de febrero de 2023 en Cuba.
En 2022, el Observatorio de Género de la revista Alas Tensas, que de conjunto con varios colectivos de la sociedad civil independiente son los únicos mecanismos que visibilizan y denuncian la alarmante situación, contabilizó 36 feminicidios, dos de ellos (muerte de hijos menores de edad). También se produjeron dos matricidios (matar a la propia madre) y 7 intentos de feminicidios.
Las provincias donde en 2022 se registraron más casos fueron La Habana, con ocho asesinatos machistas, Camagüey y Matanzas con cinco, respectivamente. En 2021 en la Isla fueron reportadas 36 muertes de mujeres, mientras que 2020 cerró con 32 crímenes similares.
“Realizar un registro completo de las muertes de mujeres por la violencia machista entraña numerosas dificultades y riesgos, porque el régimen cubano se ha encargado de criminalizar todo tipo de activismo político, y además inhibe cualquier posible denuncia ciudadana”, recuerda el Observatorio de Género. Ni la prensa oficial ni las autoridades suelen hacer referencia a la violencia machista en la Isla. Por el contrario, son numerosas las denuncias de inacción de la policía y otras instituciones públicas.
Una ex instructora policial comentó a Diario Las Américas que “en los barrios marginales de los municipios Cerro, Centro Habana, Habana Vieja, San Miguel del Padrón, Arroyo Naranjo y Guanabacoa las denuncias por maltratos físicos y acoso sexual a mujeres son numerosas. Sin embargo no se gastan recursos ni se invierte tiempo de investigar a fondo la mayoría de esas denuncias. Hay demasiada permisividad. Sobre todo cuando la víctima denuncia a su pareja. No se toma muy en serio, prevalece aquello de que entre marido y mujer nadie se debe meter”.
Si las instituciones policiales y jurídicas fueran más eficaces probablemente se hubieran evitado algunos feminicidios.
Cuenta una vecina de Yenislais Lara Hernández, 27 años, residente en el poblado del Wajay, municipio Boyeros, al sur de La Habana, asesinada por su ex esposo la noche del tres de marzo de 2021 que “ella había hecho varias denuncias en la unidad policial de la zona debido al maltrato físico y verbal de su antiguo esposo. Esas acusaciones no fueron tramitadas”.
Yenislais se encontraba en su casa, cuando su ex esposo y padre de su hijo de cinco años, alias El boca, llegó con un machete y le produjo múltiples heridas graves. En la madrugada del 4 de marzo, tras varias horas en el quirófano, falleció.
Dinorah, 57 años, sufrió golpizas, quemaduras con colillas de cigarros y fue forzada a tener sexo con su ex pareja durante ocho años. “Cada vez que se emborrachaba descargaba su frustración conmigo. Al principio de estar casados, estuvo preso por robo con fuerza. Cuando salió de la cárcel era otra persona. Por cualquier motivo me daba con una manguera de goma tremendas golpizas. Hasta un día que le prendí candela y murió producto de las quemaduras. Fui sancionada a 15 años y cumplí nueve. Entré a la cárcel con 32 años y salí con 41. Ese hombre desgració mi vida”.
Niurka, trabajadora social, señala que “un alto por ciento de las mujeres abusadas no denuncian los maltratos o golpizas de sus parejas. Algunas, incluso, después le quitan la denuncia. Otras consideran que una bofetada de vez en cuando, hacer el sexo de manera forzada y en contra de su voluntad o la violencia verbal no son maltratos graves. Lo ven normal, como algo que suele pasar en un matrimonio".
Según la ex instructora policial, “los tribunales y cuerpos de investigación policial están atiborrados de hechos delictivos más graves. Y a no ser que la mujer haya sido violada o asesinada, no se suelen investigar a fondo esas denuncias. El procedimiento es hablar con la pareja, se le levanta un acta y al agresor le hacen saber que para la próxima le pueden abrir una causa. La mujer violentada debe presentar un certificado médico de los golpes. Incluso las sanciones, cuando las hay, son poco severas", explica y añade:
"Un año con internamiento en una granja, si el acusado no es reincidente, y una medida de alejamiento con la víctima. Poco más. En los casos de acoso sexual, masturbase en lugares públicos o tocamientos lascivos, la impunidad es alarmante. Por lo general se impone una multa de 60 pesos, cuando los cogen. Solo cuando se tratan hechos de pederastia las sanciones son más rigurosas. La mujeres cubanas están bastante desprotegidas por las leyes nacionales”, reconoce la ex instructora policial.
El 6 de febrero, bajo el lema NOS ESTÁN MATANDO, quince organizaciones independientes cubanas, entre ellas varias femeninas, Cubalex, Justicia 11J y el Comité para la Integración Racial, hicieron un nuevo llamado -el tercero desde 2020- por un estado de emergencia por la violencia de género en todo el país, una violencia de la cual responsabilizan al Estado castrista.
“Nos están matando porque carecemos de protocolos y mecanismos efectivos de prevención , porque no accedemos a la justicia: persisten problemas en el cumplimiento de las órdenes de alejamiento y la recepción de denuncias”, subraya el llamamiento y critica que programas estatales como el de Adelanto para la Mujer se quedan en papeles y que el prometido Observatorio de la Violencia de Género no ha llegado aún y la línea telefónica 103 no estuvo activa ni un año.
"Es imprescindible potenciar políticas públicas y mecanismos jurídicos para que, por un lado, no exista impunidad (en torno) a cualquier tipo de violencia contra la mujer, ya sea doméstica o institucional, que brinde la protección más elevadas a las víctimas y sus familias”. Las organizaciones firmantes recuerdan que “Cuba es el único país del hemisferio occidental que no tiene una Ley Integral contra la Violencia de Género (lo que guarda relación con la violencia política ejercida contra activistas independientes). Esto tiene que cambiar. Se ha de actuar con celeridad. Las mujeres en Cuba exigimos que se armonice la legislación local con los dictados de las normas internacionales de derechos humanos”.
Al auge de la violencia machista y los feminicidios en la Isla, la respuesta del régimen ha sido el silencio.