MIAMI.- El pueblo de Ecuador celebra otro aniversario de su emancipación, o primer grito de independencia, cuando un grupo de criollos quiteños manifestó su decisión de constituir un gobierno soberano en la capital del país andino, Quito, el 10 de agosto de 1809.
Este acto, según afirman los historiadores, fue la consecuencia de una serie de sucesos previos. Eventos como la revolución de las Alcabalas, la de los estancos y los motines de los indígenas contra la Corona española sembraron la idea de la rebelión.
La invasión a España por las fuerzas militares de Napoleón Bonaparte conllevó a la abdicación del rey Carlos IV a favor de su hijo Fernando VII, y la cesión de este último del trono a Napoleón I, lo cual conllevó al caos que reinó en Castilla en 1808.
Mientras tanto, en América, donde imperaba el reino español, Estados Unidos había conseguido su independencia y en los círculos criollos se hablaba de la Revolución Francesa.
De esta manera, los intelectuales y otros grupos de élites quiteños comenzaban a reunirse para hablar de la situación social y económica de los pueblos, los sucesos en España y Francia, entre otros temas.
Fue entonces cuando surgió el deseo de ser independientes con el primer grito el 10 de agosto.
Seis días más tarde, los independentistas conformaron una junta de gobierno y un congreso público, cuyas decisiones fueron informadas al entonces virrey de Perú, José Abascal.
El informe fue interpretado como una rebelión y las autoridades coloniales ordenaron el envío de militares a Guayaquil, Popayán y Pasto para aplacar los aires de independencia.
Sabiendo esto, la Junta de Gobierno, en Quito, organizó dos divisiones compuestas por 3.000 hombres, bajo el mando de Juan Ascázubi y Manuel Zambrano, para detener el avance de las fuerzas leales a España.
No obstante, los independentistas quiteños fueron derrotados.
La noticia de la derrota sembró la desesperanza y el presidente de la Junta Soberana de Quito, Juan Pío Montúfar, renunció.
Días después, los independentistas fueron apresados, de los cuales 40 fueron condenados a muerte.
Una década después, el 24 de mayo de 1822, Ecuador alcanzó la deseada independencia. Las tropas del mariscal Antonio José de Sucre protagonizaron el capítulo final de la lucha por la independencia ecuatoriana, la Batalla de Pichincha, en las faldas del volcán Pichincha, aledaño a la ciudad de Quito.
Ese mismo día, el ejército de Sucre entró en Quito, donde aceptó la rendición de todas las tropas españolas establecidas en el territorio que el gobierno de la Gran Colombia llamaba Departamento de Quito.
FUENTE: REDACCIÓN