MIAMI — La reaparición en el mar Caribe del MV Ocean Trader, un buque estadounidense de operaciones encubiertas conocido como el “barco fantasma”, ha elevado las alertas regionales en medio del aumento de la presión militar de Estados Unidos sobre Venezuela y el narcotráfico transnacional.
Imágenes satelitales recientes detectaron la presencia de la embarcación a unas 150 millas al norte de Venezuela, en una zona considerada estratégica, lo que ha generado especulaciones sobre posibles operaciones encubiertas y una eventual escalada del conflicto en la región, en un contexto marcado por el endurecimiento de la política de Washington contra los cárteles de la droga.
Bajo la administración del presidente Donald Trump, EEUU ha intensificado los operativos marítimos tras declarar a estas organizaciones como grupos terroristas, una calificación que amplía el margen de acción militar. El mandatario también ha señalado directamente al dictador venezolano Nicolás Maduro como presunto líder del llamado Cartel de los Soles, y anunció una recompensa de hasta 50 millones de dólares por información que conduzca a su captura.
En paralelo, Washington ha desplegado destructores, submarinos, aviones de combate y equipos con propulsión nuclear en el Caribe, y, más recientemente, declaró un bloqueo/cuarentena en Venezuela, que ha permitido la incautación de buques petroleros que estarían evadiendo las sanciones estadounidenses.
¿Cómo es el “barco fantasma”?
El MV Ocean Trader, vinculado al Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC), es descrito como una plataforma naval altamente sofisticada diseñada para apoyar misiones secretas. Mide 193 metros de eslora, cuenta con hangares para helicópteros y avanzados sistemas de comunicación, y está diseñado para navegar sin reportar su posición a los sistemas civiles de rastreo.
Aunque exteriormente se asemeja a un buque mercante de carga rodada, en realidad funciona como una base marítima clandestina capaz de transportar hasta 159 operadores de fuerzas especiales, además de una tripulación cercana a 50 personas, con autonomía de hasta 45 días en altamar.
Según OutKick, la nave había sido avistada en contadas ocasiones a lo largo de su existencia y que su reciente reaparición coincide con lo que analistas denominan una expansión militar estadounidense en el Caribe.
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¿Qué operaciones puede realizar?
La reaparición del Ocean Trader, tras haber permanecido fuera del radar público durante meses en Medio Oriente, añade un nuevo elemento de incertidumbre al escenario regional, mientras observadores siguen de cerca los próximos movimientos de Washington en el Caribe.
La función principal del “barco fantasma”, de acuerdo con analistas militares, sería apoyar operaciones de interdicción contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico, aunque su despliegue también es interpretado como un mensaje de fuerza en un momento de alta tensión política y militar con Caracas.
El Ocean Trader puede lanzar operaciones desde el mar utilizando helicópteros y embarcaciones rápidas, lo que lo convierte en una pieza clave para misiones de alto riesgo.
"Malas noticias para quienquiera que sea el objetivo del Ocean Trader. Un equipo de asalto de la Delta Force o del SEAL Team 6 puede operar con una letalidad increíble con solo un puñado de operadores. A menudo, realizan misiones con tan solo seis hombres y aniquilan a quienquiera que tengan como objetivo", advierte el portal OutKick.
Para el medio, la presencia de más de 100 operadores en un solo barco, con recursos aéreos y marítimos a su disposición, no se trata de una simple fuerza de asalto: "Es Estados Unidos llegando para garantizar que el negocio se resuelva por todos los medios".
FUENTE: Con información de OutKick / Revista Semana / El Observador de Uruguay