El investigador principal de estudios de Oriente Medio en el Consejo de Relaciones Exteriores en Washington, DC, Eliott Abrams, ofreció hoy un conversatorio sobre la realidad política en Venezuela y el impacto de las políticas impulsadas por la administración de Donald Trump en busca de reinstaurar la democracia y el estado de derecho en el país suramericano.
El evento que se desarrolló en el centro ¨The Adam Smith for Economic Freedom¨ de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), contó con la participación de importantes figuras políticas, lideres comunitarios, docentes y estudiantes.
Abrams quien se desempeñó como asistente adjunto del presidente y asesor adjunto de seguridad nacional en la administración del presidente George W. Bush, y como Representante Especial para Irán y Venezuela en la administración Trump, hizo énfasis en el peligro que representa el castrochavismo en la región.
“Tenemos una situación muy compleja en Venezuela. Es una dictadura. Probamos muchas cosas (La administración Trump) y trazamos estrategias en Venezuela, pero ciertamente necesitábamos más tiempo. Puede que hayamos cometido algunos errores en el tratamiento con régimen. Hicimos lo posible, aunque ciertamente hubiese sido efectivo ejercer más presión a Nicolas Maduro. De cierta manera no utilizamos quizás todas las herramientas que teníamos disponibles” dijo Abrams.
“No es fácil. La gente opina, pero el presidente es una sola persona” - aseveró Abrams -y advirtió que para implementar medidas dependes también de tu gabinete, tienes que lidiar con la burocracia y por si fuera poco, cuesta mucho dinero.
De igual manera comentó acerca de la efectividad de las sanciones a Cuba, a China, Rusia, a Venezuela.
“En dos semanas veremos cual política funciona mejor si la presión o la apertura” dijo Abrams.
Es necesario subrayar que, tras meses de negociaciones secretas, la administración Biden decidió en octubre pasado suspender múltiples sanciones estadounidenses impuestas a la dictadura sudamericana. Esta medida eximió al sector del petróleo y el gas, así como a la industria minera de oro, ambos cruciales para los ingresos del régimen, mediante la concesión de una licencia para operar durante un período inicial de seis meses.
Se planteaban dos objetivos principales: la liberación de los ciudadanos estadounidenses mantenidos como rehenes por el régimen de Maduro y la inducción de este a permitir elecciones libres en 2024. Aunque se han llevado a cabo intercambios de rehenes, su realización ha sido desigual. La Casa Blanca otorgó un indulto y liberó a Alex Saab, vinculado al chavismo, argumentando que la liberación de los ciudadanos estadounidenses justificaba tal acción. Sin embargo, parece que la administración dejó de lado la otra parte de la suspensión de las sanciones: avanzar hacia elecciones libres y restablecer la democracia en Venezuela.
Cuando la oposición democrática celebró sus primarias el año pasado, María Corina Machado emergió como la clara ganadora y, por ende, debería ser la candidata de la oposición. Si este año se llevaran a cabo elecciones libres, la mayoría de los observadores creen que ella obtendría la victoria. De hecho, una encuesta reveló que el apoyo al presidente Nicolás Maduro era del 17%, mientras que Machado contaba con el 60%. Sin embargo, existe un obstáculo importante: no habrá elecciones libres. El régimen insiste en que ella no es elegible para postularse, y en junio pasado le impuso una prohibición de ocupar cargos públicos durante 15 años.
Al levantar las sanciones en octubre, el Departamento de Estado subrayó que Venezuela debía establecer un cronograma y un proceso específicos para la reinstalación acelerada de todos los candidatos. Sin embargo, esto nunca se materializó.
“Sabíamos que el régimen de Nicolás Maduro iba a tratar a toda costa de minar las elecciones en Venezuela. Seamos realistas no van a ser elecciones libres. Al menos no en este Julio.” Dijo Abrams y recalcó que “se necesitan elecciones libres para rescatar la libertad… y esas no son elecciones eso es un juego del régimen. No utilicemos esa palabra siquiera”
“Falta liderazgo norteamericano a la hora de criticar las elecciones muchos países se sumarían si fuéramos más enérgicos en las críticas a Maduro” prosiguió el experto en política exterior entretanto analizó la influencia que ha tenido la crisis migratoria que ha ido desangrando a los venezolanos.
Respecto a los regímenes totalitarios de la región. En un perfecto español Eliott Abrams dijo: “Que se vayan. A cada dictadura le llega su día. Ojalá sea pronto”
El expresidente interino de Juan Guaidó agradeció a Abrams y compartió la necesidad de “abrir espacios de participación y elecciones verdaderamente competitivas” y sobre todo velar por quienes están arriesgando la vida en el terreno. La libertad “es un compromiso constante. Los objetivos continúan siendo los mismos”
El exembajador venezolano Carlos Vecchio reconoció que “este largo viaje por la libertad ha sido duro y desgastante, pero al final del camino todos amamos a Venezuela y muchos políticos en Washington sienten lo mismo que usted (Abrams) siente: el anhelo de la libertad para nuestro país.
“La dictadura en Venezuela no es un régimen izquierdista es un régimen criminal” sentenció el analista. Además, recalcó el peligro que representa el régimen iraní y sus planes de producir Uranio enriquecido.