LA HABANA — Un emblemático sitio, por muchas razones, es el Malecón que bordea la costa de la ciudad de La Habana. Su construcción se inició en el año 1901 y su culminación se produjo a finales de 1958. La duración total de la obra fue de 58 años y 38 días. Se realizó en siete partes, por etapas, con una longitud total de 7,3 kilómetros. La rapidez en el avance de la obra fue determinada por los altibajos de la economía nacional.
Los tramos fueron de La Punta hasta la calle Crespo (1901-1902), de ahí llegó a Belascoaín (1902-1919), siguió hasta el monumento al Maine (1921-1927); de forma simultánea se continuó hasta la calle G, y en sentido inverso, desde La Punta al Castillo de la Fuerza (1927-1930). Los dos tramos finales fueron de G hasta Paseo (1930-1950) y desde este punto hasta el Torreón de la Chorrera y el Túnel de Calzada (1950-1958).
Los obstáculos evadidos en su realización demuestran la capacidad profesional de los ingenieros cubanos y el increíble desarrollo tecnológico que habían alcanzado por esos tiempos.
Una gran parte se hizo dentro del espacio marino. Se usaron grandes bloques de hormigón prefabricados y rellenados para encima encabillar y tender el muro. Los tramos más sencillos se edificaron sobre el arrecife, pero su imagen es de una continuidad absoluta.
Un ejemplo de la complejidad de su construcción está en el segmento conocido por la Avenida del Puerto. Aquí hubo que cubrir un largo espacio cercano a los 600 metros por casi 100 de fondo: una tarea gigantesca.
Numerosas fotografías de época muestran la ardua labor de los constructores. Incluso hubo momentos en que por malos tiempos climatológicos, se destruyó parte del trabajo efectuado y hubo que reiniciarlo.
La amplia avenida de seis carriles cuenta con amplias aceras hacia ambos lados a lo largo de la vía. Los principales objetivos son permitir un acceso rápido hacia zonas periféricas de la ciudad y el enlace básico entre Miramar y La Habana del Este por la llamada Carretera Panamericana.
Tanto para la población capitalina como para visitantes, el Malecón sirve en tiempos de verano a miles de personas para recrearse, coger fresco, caminar, hacer ejercicios, pescar, jugar los menores o montar en bicicleta e incluso asistir a los carnavales celebrados anualmente en esta zona.
A lo largo del Malecón encontramos edificaciones, parques y monumentos significativos para la ciudad. Ahí tenemos fortalezas coloniales relevantes, el Anfiteatro del Puerto, los parques y monumentos a insignes figuras de la patria como Máximo Gómez y Antonio Maceo.
Hasta hace poco tiempo la estatua de Calixto García estuvo en la rotonda de G y Malecón, pero fue trasladada hacia la rotonda de Quinta y 120, en el municipio Playa, para conservarla de los embates del clima. Es muy poco conocido que en G y Malecón se proyectó en los años 30 un monumento al presidente Gerardo Machado, el cual nunca se ejecutó.
Existe también el monumento al Maine que ha sufrido los avatares del tiempo y de la ideología, pues el águila que coronaba el mismo fue derribada primero por el ciclón del 26 y después por el terrible huracán que ha sido la Revolución de Fidel Castro. Un elemento antiestético añadido en las últimas décadas es la Tribuna Antiimperialista, que, además de ser sede de actos políticos, ha servido de escenario para conciertos de Air Supply, Kool and the Gang, Audioslave y Sepultura.
Alrededor de la plaza del Maine se han efectuados multitudinarios conciertos con figuras extranjeras y nacionales, como Armando Manzanero, Gilberto Santa Rosa, los Fórmula V y Los Diablos, Polo Montañez y Los Van Van.
Entre los edificios importantes están los hoteles Nacional, Deauville y Riviera. Se agregan el Someillan, los de 12 y Malecón y la Embajada de los Estados Unidos en Cuba, que embellecen más este gran paseo.
Algunas edificaciones desaparecieron para dar paso al Malecón. Entre otras están el Palacio de los Deportes y las Convenciones en Paseo, y los balnearios de tiempos coloniales, aunque se mantienen los ahora bautizados El Castillito y el Camilo Cienfuegos.
Son varios los hechos históricos acaecidos en el Malecón habanero. Tal vez el de mayor magnitud sea el mencionado “Maleconazo” del 5 de agosto de 1993, cuando el pueblo, agobiado por el Período Especial, se lanzó a la calle y fue brutalmente reprimido.
Por el Malecón salieron en rústicas balsas miles de cubanos hacia las costas norteamericanas. En la travesía, muchos perdieron la vida al tratar de cruzar el estrecho de la Florida.
Recordemos también que cercano al litoral habanero se produjo el hundimiento del remolcador “13 de marzo”, criminal acción perpetrada por las autoridades cubanas donde murieron casi la mitad de los viajeros que iban en la embarcación, entre ellos más de una decena de niños.
El Malecón, gran obra de la ingeniería nacional, muestra a las claras los avances provechosos realizados en la etapa republicana y que en el largo tiempo de régimen castrocomunista no han podido ser superados.
Por: JORGE LUIS GONZÁLEZ SUÁREZ