La mayor parte del mundo occidental no ha podido hacer otra cosa que condenar la invasión de Rusia a Ucrania. Incluso los más benévolos con el autoritarismo se han visto obligados a reconocer que a Putin, ex agente de la KGB (inteligencia y policía secreta de la Unión Soviética), se le fue la mano en su escalada. O se le fue de las manos el conflicto.
Pero no podían faltar las papas podridas en el saco que también carga el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Este lunes en Ginebra el régimen de Cuba hizo público su rotundo apoyo a Putin. Nada sorprendente dadas las históricas relaciones gubernamentales entre Moscú y La Habana, no en balde estrechadas antes de la agresión del 24 de febrero.
https://twitter.com/UN_HRC/status/1498331337358462982
El Consejo aprobó que el jueves se celebre un debate urgente sobre el impacto humanitario de la agresión rusa, solicitado por Ucrania y que ganó el apoyo de varios países. El invasor (Putin) se oponía al debate, pero se terminó votando la propuesta, que fue aprobada con 29 votos a favor, 13 abstenciones y 5 en contra: Rusia, China, Cuba, Venezuela y Eritrea (un país del noreste de África que pocos conocen aunque en 1993 se independizó de Etiopía).
Miles de ciudadanos rusos han sido violentados y apresados en su país desde que Putin ordenó atacar a Ucrania. Dentro de Cuba organizaciones opositoras al castrismo se han manifestado contra la agresión, a pesar del bombardeo de desinformación que el Partido Comunista -que es quien controla todos los medios de comunicación masiva- ha ordenado en la Isla. Pero, a pesar del bloqueo interno a la información, no pocos saben la verdad. No es tan fácil desaparecer totalmente la evidencia de que se trata de una invasión a un país soberano.
En el condado de Miami dade, donde viven más de 2 millones de cubanos y descendientes de cubanos exiliados del comunismo, también se realizaron manifestaciones en contra de Putin. Incluso, a tono con las anunciadas sanciones a nivel global y la prohibición del SWIFT para Rusia, la alcaldesa Daniella Levine Cava ordenó una “revisión completa” de los contratos del Condado “para asegurarse de que ninguno esté relacionado con intereses comerciales rusos”, según reportó Diario las Américas.
En La Habana, el encargado de negocios de Ucrania, Oleksandr Kalinchuk, fue entrevistado por el diario digital independiente 14ymedio y confirmó que desde la invasión el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba no se había comunicado con su embajada. Una reacción, según el diplomático, producto de la influencia de Putin sobre el régimen de la Isla.
Desde que en 2014 ocurrió la anexión de Crimea a Rusia, “las relaciones entre Cuba y Ucrania se han deteriorado. Esto, por supuesto, ha ocurrido bajo las presiones de Moscú. La misión diplomática ucraniana en La Habana ha caído en una suerte de aislamiento, sin acceso a los medios ni encuentros con funcionarios. Cuba dejó de oír nuestra voz”, dijo Kalinchuk.
Sobre la población cubana en Ucrania explicó que desde 2014, como era de esperar de parte del castrismo, siguiendo las órdenes de Putin, “ningún estudiante cubano ha viajado a Ucrania”, donde “vive un número relativamente pequeño de cubanos, pero estos son audaces y decididos: no tienen miedo, y se han manifestado repetidamente ante la Embajada de Cuba en Kiev para protestar”.
A la pregunta de si la embajada había recibido muestras de solidaridad de parte del pueblo cubano, el ucraniano respondió a la periodista Yoani Sánchez que le embargaba “una ola de emoción. ¿Sabe? Nuestra embajada ha empezado a recibir no solamente cartas y llamadas de apoyo de los cubanos, sino que ciudadanos de a pie están también ofreciéndose a viajar a defender Ucrania con las armas. Créame, para alguien que vive en Cuba, solamente decir eso es un gran riesgo”.
Finalmente, en cuanto a la desinformación en los medios cubanos, Kalinchuk declaró que “parecen de broma esos intentos débiles e inútiles para justificar una invasión cruel de las tropas rusas en un territorio soberano y pacífico. Estoy convencido de que el pueblo de Cuba, valiente y capaz de analizar los hechos, percibe esas noticias como propaganda inútil”.
En Cuba no se escucharon las palabras dichas este lunes por Sergiy Kyslytsya, embajador de Ucrania ante ONU. No le conviene a la dictadura que oiga la verdad. Y no solo fueron claras palabras para condenar la criminalidad y las violaciones de Putin, sino también para alertar al mundo de que su nación “ahora está pagando el precio más alto de la libertad y la seguridad propias y de todo el mundo».
Lo dejó muy claro: «Si Ucrania no sobrevive, la paz internacional no sobrevivirá. Si Ucrania no sobrevive, Naciones Unidas no sobrevivirá (…). No se hagan ilusiones. Si Ucrania no sobrevive, no nos sorprenda que la democracia caiga a continuación”.
Tiene toda la razón. Tarde o temprano el mundo habrá de darse cuenta del peso de las declaraciones de Kyslytsya. A pesar de las 13 abstenciones, a todas luces la votación en el Consejo puso en la balanza, una vez más, posiciones claves y conceptos contrarios: libertad y democracia vs. violación y dictadura. Y ante esto la dictadura cubana no podía hacer otra cosa que votar a favor de la Rusia de su amigo Putin.
Y se trata de Putin y no Rusia. Porque así como Rusia no es Putin, tampoco Cuba son los Castro y su títere de turno, Díaz-Canel. No se deben confundir las voces y acciones funestas del autoritarismo con la de la gente. Esta confusión sigue haciendo mucho daño en muchas partes. El pueblo cubano, los que sufren en la Isla y los que han logrado escapar al exilio, conocen bien el costo de este grave error en -y desde- la arena internacional, donde Putin juega cartas claves con los grupos de poder globalistas (a quienes detesta) y las dictaduras tradicionales (a quienes apoya). Sin duda es un hábil estratega.
Publicado originalmente en La Gaceta de la Iberosfera