Hombres detenidos durante el estado de excepción, son movilizados en un camión de mercancías a un centro de detención en Soyapango, El Salvador
APSAN SALVADOR.- El Gobierno de El Salvador anunció que un total de 7.000 personas que habían sido detenidas bajo el régimen de excepción han sido puestas en libertad, marcando un hito en los esfuerzos del país centroamericano por combatir la creciente amenaza de las pandillas.
El ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro, informó que esta liberación representa aproximadamente el 10% de todas las personas capturadas desde el inicio del régimen de excepción, el cual resultó en más de 72.000 detenciones en total.
"Esto refleja el funcionamiento efectivo de nuestro sistema de justicia", explicó el ministro Villatoro, destacando el papel de la Policía y la Fiscalía en la supervisión de estos casos. El levantamiento de las detenciones ocurre en medio de la preocupación expresada por defensores de los derechos humanos y organismos internacionales debido a las medidas adoptadas bajo el régimen de excepción.
Durante el período en que se aplicó el estado de excepción, el Gobierno salvadoreño tuvo la facultad de suspender ciertas libertades y garantías individuales para permitir el despliegue de fuerzas militares y policiales en áreas afectadas por la violencia pandillera.
Las medidas incluyeron la suspensión del derecho de reunión, la prolongación del período de detención de 72 horas a 15 días, la eliminación del derecho a la defensa y la autorización para intervenir en las comunicaciones.
Las Naciones Unidas, así como organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, expresaron su preocupación por las denuncias de "evidencias graves" de abusos contra los derechos humanos desde que se instauró el estado de excepción el 27 de marzo de 2022.
Con un escenario en el que conviven más de 12.000 presuntos pandilleros de El Salvador, la gigantesca prisión inaugurada por el presidente Nayib Bukele hace seis meses en Tecoluca se ha convertido en el emblema de su implacable batalla contra las maras, aunque no exenta de controversias.
La prisión, apodada "la más grande de América" por el gobierno, tiene capacidad para 40.000 reclusos y alberga principalmente a miembros de las Mara Salvatrucha y Barrio 18, dos violentas pandillas nacidas en Los Ángeles en la década de 1980.
En una celda que aloja entre 60 y 75 reclusos en aproximadamente 100 metros cuadrados, los internos tienen acceso a inodoros, piletas de agua corriente y agua potable. El diseño arquitectónico de la prisión busca garantizar la ventilación natural, aunque también existen áreas de castigo oscuras para infractores.
Aunque el gobierno asegura que la prisión está equipada con comedores, gimnasios y áreas recreativas, algunos presos afirman que estas instalaciones no son de acceso libre y solo están disponibles para los guardias. Además, la visita de familiares está restringida.
FUENTE: Con información de Europa Press
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