CARACAS.- La aprensión por lo que vaya a resultar de la apertura comercial inminente entre Colombia y Venezuela forma parte de la expectativa que tienen los empresarios venezolanos, que sienten preocupación por las asimetrías que hay entre las economías de los dos países.
El próximo 26 de septiembre se dará lugar a la esperada apertura de la frontera colombo-venezolana, cerrada en los últimos siete años, pero cuya importancia es innegable para las autoridades de los dos países.
Se espera que con la reapertura se active la actividad de pequeños y mediados comerciantes, grandes productores e importadores y exportadores de toda índole. Según el embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, se espera que el intercambio comercial bilateral llegue en algún momento a los $10.000 millones.
En 2006, el intercambio comercial era de casi $2.000 millones; en 2008 llegó a los $5.000 millones; sin embargo, tras siete años de paralización no supera los $300 millones.
Asimetrías
Hasta 1998, la balanza comercial entre Colombia y Venezuela estaba inclinada hacia la producción de este último. No obstante, los 22 años de regímenes chavistas hicieron que la relación se volteara y ahora el empresariado venezolano ve con temor a la poderosa economía de su vecino.
"Si las condiciones fueran buenas, todo el mundo celebraría que se abriera la frontera con Colombia”, señala el empresario Jorge Roig.
“El problema es que aquí no hay una política pública concreta para proteger el sector industrial del país, tan golpeado en estos años. El industrial venezolano tiene un problema grave con los impuestos parafiscales, que afectan mucho la estructura de costos y le impide competir con productos extranjeros", agregó, reseñó El País.
Roig admitió que entre los industriales hay miedo y se sienten vulnerables porque las apenas 1.500 industrias que hay en el país están trabajando a 35 % de su capacidad.
"Si no hay decisiones para proteger la industria nacional ante una economía mucho más poderosa, las consecuencias no serán buenas”, sostuvo.
En tanto, la economista y directora de la firma Síntesis Financiera, Tamara Herrera, afirmó que actualmente varios sectores económicos en Venezuela no están en las mejores condiciones para sacar provecho de la apertura comercial, entre ellos la manufactura.
"Puede que algunos nichos consigan algunas ventajas comparativas, algunas inversiones venezolanas concretas, pero los aspectos positivos que se esperan van a tardar en llegar. Colombia está mucho mejor preparada para esta apertura", dijo.
Y alertó que "si Venezuela no concreta un acuerdo nacional para resolver los entuertos de la crisis política de estos años, si no se levantan las sanciones para retornar la confianza de los capitales, si no regresa el crédito internacional, no se podrá avanzar demasiado, aunque haya muchos empresarios esforzándose en aumentar la productividad".
En las últimas semanas se han venido celebrando encuentros empresariales binacionales en las ciudades fronterizas de San Cristóbal y Cúcuta, con el objetivo de ir evaluando las ventajas y oportunidades de inversión.
"Hay muchas industrias establecidas en Colombia que son de venezolanos. La salida de la Comunidad Andina de Naciones nos obliga a restablecer vínculos y mercados que hemos perdido", dijo Tiziana Polessel, directora del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio).
Por su parte, Carlos Fernández, presidente de la Federación Venezolana de Cámaras de Comercio y Producción (Fedecámaras), aseveró que la situación actual no será como antes, "porque la economía venezolana se redujo, el consumidor cambió, nuestra capacidad importadora es menor y ya no podemos exportar lo que antes nos distinguía, como acero, aluminio o petroquímicos", indicó BBC Mundo.
Luigi Pisella, de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), enfatizó que la relación comercial será "inevitablemente desigual". Explicó que en este momento la relación "está en un 90-10, por 200 productos que exporta Colombia, Venezuela exporta 20".
En la víspera de la reapertura fronteriza también preocupan otros temas como el deterioro de la infraestructura venezolana y la inestabilidad jurídica en el país.
"La rehabilitación de la infraestructura venezolana, por ejemplo, es lento y complejo y no tengo tan claro que el sector privado colombiano tenga la iniciativa de ayudar en ello, no solo porque es costoso, sino porque quién garantiza la estabilidad jurídica", expresó Juan Nicolás Garzón, experto en relaciones internacionales de la Universidad de La Sabana, Bogotá.
FUENTE: Con información de El País / BBC Mundo