MIAMI — A Glenda de la Caridad Marrero Cartaya, de 15 años de edad, la policía en Cuba la acusa de haber levantado a un pueblo, de incitar las protestas en Jovellanos, en la provincia Matanzas. Todo comenzó el domingo 11 de julio cuando las calles de la isla se llenaron de reclamos por un cambio en la isla. Ante las súplicas y los gritos de su madre, la llevaron presa a un centro de detención de menores en la ciudad de Matanzas y enfrenta hasta 60 días de privación de esa misma libertad que pedía junto a otros jóvenes en las calles.
Glenda, que nació un 8 de septiembre y lleva el nombre de la virgen patrona de Cuba, vive sola con su madre en Jovellanos, mientras que su padre y su tía residen en EEUU. Desde esta orilla, apenas pueden conciliar el sueño y viven la agonía de estar lejos en medio de la confusión y el dolor.
“No tengo palabras para describirte lo que siento", dijo a DIARIO LAS AMÉRICAS el padre de la muchacha, Lázaro Marrero.
Así lo cuenta Lázaro: "Hoy casualmente una oficial le estaba haciendo una entrevista en la casa a la madre con respecto a la trayectoria de la niña, y yo llamé en ese momento. Hablé con la oficial y le dije que habían violado todos los derechos de un menor. Ella me dijo ‘eso está estipulado’. No, no es justo. Mi hija tiene una trayectoria intachable, está estudiando en el politécnico de informática. 'Para usted no está en una prisión; para mí, que soy el padre, sí está en una prisión, le quitaron la ropa de civil. Sí está presa. ¿Cómo no van a respetar a una niña? ¿Qué va a salir de ahí en 40 o 60 días, según ustedes?', le dije".
Frente a la desesperación del padre, la oficial le dijo: "usted está lejos". Él le aseguró: "No creo que mi hija, una niña de 15 años, haya dirigido un pueblo entero, estamos hablando de más de 10 mil personas que salieron a la calle en el municipio Jovellanos. ¿Qué vandalismo hizo ella? Ninguno. Se están ensañado con mi hija. Están buscando un culpable y la quieren coger con mi hija. ¿Se pensaron que mi hija no tiene familia? Se equivocaron. Yo por mi hija voy a donde tenga que ir, aunque mañana entre al aeropuerto de Cuba y ustedes me lleven directo para 100 y Aldabó' [cárcel en La Habana]. Así le dije".
Agregó que este jueves "la madre pudo hablar con ella. Glenda le pidió: 'Sácame de aquí'. Esa fue la frase que le dijo a la madre. Es la primera vez en su vida que está separada de su madre". Como subrayó, Glenda "es un encanto de niña, alegre, su hobby es la música, ella llega ahora aquí y lo llena todo de armonía".
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Glenda con sus compañeros de clase, a la izquierda, y en otra foto con su madre.
Cortesía/ Lázaro Marrero
Por su parte, su tía, Mayelín López Febles, que también reside en EEUU, recordó que el domingo 11 de julio, cerca del mediodía, "ella me dice lo que está pasando y que hay un grupo en WhatsApp de muchachitos jóvenes diciendo 'vamos a la calle, esto tiene que parar, si en La Habana ya empezaron tenemos que seguir'. Los jóvenes comenzaron todo, levantaron medio país. Bueno, no todos, porque hay muchos que todavía tienen el comunismo bien alimentado".
Como indicó, "ella compartió la publicación varias veces, salió para la calle. Su mamá siempre estuvo al lado de ella. Y ahora la están acusando de haber incitado al pueblo de Jovellanos. Imagínate, una niña de 15 años. Ella no era ni la administradora del grupo de WhatsApp. Entonces, al rato de estar en la estación de la policía le dijeron a mi prima que tenía que buscar las cosas de la niña a la casa porque se la llevaban para Matanzas (la ciudad)".
Allí les golpeó la injusticia. Según contó Mayelín, "mi prima se puso a gritar y Glenda también. Todo fue así, sin una explicación, sin derecho. Mi prima se tiró al suelo, se atacó en llanto, dijo que se la llevaran mejor a ella. La llevaron a la cárcel de menores de Matanzas, donde llevan a los menores que tienen delitos, hay todo tipo de delitos ahí".
Aunque la madre de Glenda fue a ver un abogado, Mayelín explicó que este "le dijo que no tenía que haber firmado ningún documento. Pero imagínate, como madre, ver a tu hija gritando, qué no vas a firmar, ella no sabe qué firmó. Sabe que firmó como 5 papeles, pero no sabe qué decían. No le dieron ni un documento, nada".
En ese punto, la familia busca alguna solución en medio de la incertidumbre que reina en la isla. Mientras tanto, Glenda duerme esta y las siguientes noches en una prisión para menores, sin un delito claro ni juicio alguno.
"Uno desde aquí también tiene que alzar la voz. Lo que ella hizo lo hicieron millones de jóvenes queriendo una mejor Cuba", zanjó Mayelín, cuya esperanza es que esta denuncia les ayude a difundir su petición de justicia.