viernes 17  de  marzo 2023
HISTORIA

Gertrudis Gómez de Avellaneda: gema del romanticismo hispano

Hoy, cuando se cumplen 150 años de su muerte, Gertrudis Gómez de Avellaneda es considerada precursora del feminismo moderno

LA HABANA- Entre los varios y muy reconocidos exponentes masculinos que dieron las letras cubanas en el siglo XIX, la figura de Gertrudis Gómez de Avellaneda, “Tula”, viene a marcar una diferencia necesaria; no solo por haber ganado prestigio en un mundo dominado por hombres, sino por la exquisitez de su obra, que abarcó poesía y novela, abriendo las puertas a la mujer cubana en el ámbito intelectual insular, reportó CubaNet.

Camagüeyana de nacimiento, la vida de quien fuera una de las voces más auténticas del romanticismo, estuvo matizada por diversas desgracias. La muerte de su padre y un matrimonio precipitado la llevaron a España con solo veintidós años. Allí entró en contacto con la obra de los grandes escritores románticos, en especial Víctor Hugo, Chateaubriand y Lord Byron, lecturas que influyeron en su formación como escritora y en su sensibilidad.

Apasionada, independiente y a menudo melancólica, la Avellaneda (Santa María de Puerto Príncipe, Cuba, 23 de marzo de 1814 - Madrid, 1 de febrero de 1873) se sobrepuso, no sin dificultad, a la muerte de sus dos esposos, el abandono por parte de su amante y el traumático alumbramiento de una niña que nació sin vida.

Tan duros golpes la condujeron a retiros religiosos y a buscar refugio en el misticismo. Escribía a la par que protagonizaba escándalos amorosos. Su genialidad le ganó el apoyo de grandes colegas como José de Espronceda y Fernán Caballero; pero también recibió duras críticas que impidieron su admisión en la Real Academia Española, a pesar de que cultivó y sobresalió en los géneros novela, poesía y teatro, a los cuales incorporó el ambiente caribeño.

En el teatro buscó mezclar la tragedia clásica con el drama del romanticismo, pero cuidándose de los excesos de este último. Su obra Baltasar (1858) corrió con notable fortuna crítica, especialmente por el psicologismo de sus personajes.

Sus novelas Guatimozín, último emperador de México (1846) y El cacique de Turmequé (1860), evidencian la huella latinoamericana que a varios estudiosos de su obra les costó hallar en algún momento. De la pluma de Avellaneda surgió Sab, considerada la primera novela antiesclavista de las letras españolas, y toda su poesía transpira desdicha y pesimismo, incluso furia; una manera muy personal de canalizar el dolor que, a juicio de sus contemporáneos, la hizo lucir tan auténtica como amenazante.

Para una sociedad patriarcal y machista, una mujer como Avellaneda era demasiado. Hasta el propio José Martí cuestionó con saña el albedrío de la camagüeyana —que calificó de arrogancia—, definiéndola como una “roca”; sobre todo en comparación con Luisa Pérez de Zambrana, otra gran poetisa del siglo XIX cubano, a quien elogió por encarnar en su persona y en su obra todo lo que “debía ser” una mujer. La rudeza y altivez de Tula superaron, con mucho, la comprensión del Apóstol, que la atacó sin insultos, pero también sin piedad.

Hoy, cuando se cumplen 150 años de su muerte, Gertrudis Gómez de Avellaneda es considerada precursora del feminismo moderno, por su actitud vital y por la fuerza que imprimió a sus personajes femeninos.

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