Ginebra se viste de luto y pone un reciente nombre a la lista de su obituario. No por la muerte de la madre de su Alta Comisionada, sino porque han muerto los "Derechos del Hombre” en la misma sede donde se supone que vivan y revivan.
Ginebra se viste de luto y pone un reciente nombre a la lista de su obituario. No por la muerte de la madre de su Alta Comisionada, sino porque han muerto los "Derechos del Hombre” en la misma sede donde se supone que vivan y revivan.
Lo ocurrido al científico cubano Ariel Ruiz Urquiola en el plenario del 44 período de Sesiones del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra no tiene paralelos en la historia de esta institución global. Mientras a la víctima le sobra respeto para donar su callar entre los participantes, al delegado por Cuba Jairo Rodríguez Hernández le faltan normas de cortesía.
Gracias al despotismo de este delegado se pone de relieve que a su régimen le inquietan 90 segundos de libertad de expresión. No hace falta denunciar las violaciones que el régimen cubano comete a diario; sus propios voceros lo hacen público en foros similares a este: en Cuba no se respeta la libertad de expresión. Como en tantas otras sesiones “qué mal parada queda la delegación de Cuba frente a la valiente y sencilla postura de un joven cubano” que logra hacer valer su derecho a la denuncia con respeto hacia todas las normas.
Ahora me pregunto: ¿Dónde meterá la cabeza este diplomático que fungía como presidente de la sala y permite que se violen todos los protocolos de orden durante las intervenciones?
1. Violación del Consejo: Otorgarle al orador de la ONG el escueto tiempo de 90 segundos para su intervención oral.
2. Violación del Consejo: Permitir 5 interrupciones de la palabra al orador por parte de la delegación de Cuba
3. Violación del Consejo: Cortar el uso del micrófono para que el orador no continúe hablando.
4. Violación del Consejo: Permitir la intervención de los delegados de Venezuela, Corea del Norte, China y Eritrea, cuando el orador todavía hace uso de la palabra.
5. Violación del Consejo: Suspender definitivamente la oratoria del representante de la ONG.
Al desnudo queda evidente el contubernio del Vice-presidente del Consejo (actuando como presidente en ausencia de este) con las delegaciones de Cuba, Venezuela, Eritrea, China y Corea del Norte, países que son violadores sistemáticos de los Derechos Humanos. Este señor no solo le hace el juego a estos enemigos a la vez viola los preceptos de la Institución y la propia Carta de los Derechos Humanos.
Nadie tiene que ser un letrado ni experto en temas diplomáticos para adoptar una conducta humana de respeto al prójimo que nace en el seno del hogar: “cuando uno habla el otro calla”.
Naciones Unidas nos ha dejado con un sabor amargo en nuestras gargantas. Si este Consejo inmundo tiene a bien la defensa de los Derechos Humanos de todo ciudadano en la Tierra, en esta 44 sesión demuestra abiertamente lo contrario.
Salvo la delegada de Australia, de poco hablar pero contundente cuando lo hace, no escucho otra voz en defensa de Urquiola. Sin embargo, resumo mi artículo con una frase que Urquiola quiere pero no puede decirle a Jairo en este foro: “Para hablar de mí te sobra lengua, para ser como yo te faltan huevos”.
Jorge A García
Galardonado con el premio 50 aniversarios de los Derechos Humanos en Cuba. ONU, 1998.
Testimoniante en la Cumbre Hemisférica de los Derechos Humanos en Washington, 1999.