BOGOTÁ.- dpa
La declaración del Gobierno es en respuesta a la solicitud del expresidente y opositor Álvaro Uribe, quien pidió reabrir la negociación como condición para moderar su posición frente al proceso de paz
BOGOTÁ.- dpa
El Gobierno colombiano consideró este viernes que es "inviable" volver a abrir puntos de la negociación con las FARC que ya fueron cerrados, como lo condicionó el ex presidente Álvaro Uribe para moderar su oposición al proceso de paz.
Uribe, máximo líder del partido de derecha radical Centro Democrático, dijo el jueves que las partes deben reabrir la negociación sobre los puntos de justicia transicional y la participación en política de los guerrilleros que se desmovilicen.
Sin embargo, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, consideró que lo que busca Uribe es dilatar la firma del acuerdo final de paz, que parece inminente desde el pasado 23 de junio, cuando el Gobierno y las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) convinieron terminar el conflicto de 52 años.
"Si el Gobierno y las FARC aceptan reabrir algunos capítulos como el tema de la impunidad, el tema de la elegibilidad política de los responsables de los delitos de lesa humanidad, nosotros estaríamos dispuestos a participar en esa conversación", dijo Uribe, que hace varias semanas se declaró en "resistencia civil" contra los acuerdos de paz.
Pero Cristo dijo que ahora que solo falta cerrar la discusión de detalles menores para definir la firma del acuerdo final, no resulta conveniente dar marcha atrás para volver a hablar sobre temas ya superados.
"Reabrir (la negociación) es inviable y todos los colombianos lo sabemos y lo entendemos. A nadie debería dolerle que se firme el fin del conflicto y que sea el presidente Santos (quien lo haga). Parece que eso es lo que duele y que se trata de dilatar cuando ya estamos a punto de la firma final", dijo Cristo.
No obstante, el ministro dijo que el Gobierno seguirá buscando que la oposición de derecha radical se una al diálogo con las FARC.
Santos envió hace algunos días una carta a Uribe para invitarlo a discutir sus diferentes puntos de vista sobre el proceso de paz, que empezó a finales de 2012 en Cuba.
Uribe respondió de forma negativa con el argumento de que no es útil dialogar sobre algo que ya está resuelto.
El exjefe de Estado, que ahora es senador, convocó para el miércoles pasado, cuando se celebró el Día de la Independencia Nacional, manifestaciones de rechazo al proceso de paz con el uso de camisas y banderas negras.
Para el también expresidente César Gaviria, esa manifestación recuerda a las expresiones fascistas que se promovían en Italia.
"Eso era lo que hacía Mussolini en Italia, eso es enaltecimiento de la guerra, justo lo que en Italia se hizo en una buena cantidad de años fue enaltecer la guerra, invitar a la gente a la guerra, explotar el nacionalismo, con eso con camisas negras, con banderas negras, eso es terrible", dijo Gaviria.
Uribe, que gobernó de 2002 a 2010, impulsó la candidatura presencial de Santos, quien fue ministro de Defensa en buena parte de su Gobierno.
Santos triunfó en las elecciones presidenciales de 2010 y Uribe se declaró en oposición por diversas acciones del Gobierno, pero principalmente por la decisión del presidente de terminar el conflicto armado interno mediante una negociación.
El Gobierno y las FARC ya han llegado a acuerdos sobre desarrollo agrario, la participación en política de quienes abandonen la lucha armada, el combate a las drogas, la atención a las víctimas del conflicto y la aplicación de un sistema de justicia transicional al que podrán acogerse guerrilleros y miembros de la fuerza pública, entre otros puntos.
Pero el acuerdo considerado como el más importante fue suscrito el pasado 23 de junio porque se refiere a la terminación del conflicto armado que empezó en 1964.
Dicho acuerdo implica el alto el fuego definitivo, la concentración de los cerca de 8.000 miembros de las FARC en 31 zonas específicas y la deposición de las armas, todo ello para un mecanismo de verificación dirigido por las Naciones Unidas.
Tras la firma del acuerdo final, los colombianos serán convocados a un plebiscito para refrendar o rechazar el texto del convenio.
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