TEGUCIGALPA.- Las fuerzas de seguridad capturaron al exjefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras Romeo Vásquez, sindicado por los delitos de homicidio y lesiones graves durante el golpe de Estado en contra del entonces presidente Manuel Zelaya.
EL Ministerio Público indicó que a Vásquez, junto al exsubjefe de la institución castrense, Venancio Cervantes y el excomandante del Comando de Operaciones Especiales Carlos Roberto Puerto, se les presentó “requerimiento fiscal” ( una acusación para que la justicia proceda contra los señalados) por suponerlos responsables de los “delitos de homicidio y lesiones graves” contra los ciudadanos Isis Obed Murilo y Alex Roberto Zavala, seguidores de Zelaya, esposo de la actual presidenta de Honduras, Xiomara Castro.
La orden de captura se origina 15 años después de la destitución del régimen de Zelaya, un aliado de los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
En el momento de su captura, Vásquez publicó en la red social X que es "víctima de persecución política y la manipulación de poder" del "gobierno comunista" . Vásquez es el presidente de la Alianza Patriótica Hondureña, Máster en defensa y seguridad y licenciado en administración de empresas.
"Denuncio públicamente que el gobierno comunista me ha capturado injustamente (…) "!No lograrán callarme! Nunca di una orden de atentar contra ningún hondureño! Hace meses vengo denunciando el intento del Gobierno Comunista de callarme a cualquier costo", señaló el exjefe militar en un mensaje en la red X.
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El ministro hondureño de Seguridad, Gustavo Sánchez, dijo que las tres capturas fueron ejecutadas por la Policía Nacional en coordinación con el Ministerio Público en Tegucigalpa y La Paz, en la región central de Honduras.
Los tres exmilitares eran reclamados por el Ministerio Público "por suponerlos responsables de los delitos de homicidio y lesiones graves" tras un ataque armado de militares contra manifestantes el 5 de julio de 2009. Sectores cercanos a Zelaya por varios años han implicado, sin pruebas, a Vásquez en el golpe de Estado de junio 2009
Constituyente
En enero de 2006 arrancó en Honduras la presidencia de Manuel Zelaya por un partido de centro, con cuatro años por delante para cumplir las promesas de combatir la delincuencia de las maras, la pobreza y la corrupción.
Una vez en el poder, el protagonizó un inesperado viraje a la izquierda: entró en tratos petroleros con Hugo Chávez de Venezuela y se declaró de izquierda, se alejó de Washington y metió a Honduras en el ALBA.
Su siguiente proyecto era abrir un proceso constituyente para cambiar la Carta Magna, lo que terminó de enemistarle con los poderes tradicionales del país —políticos conservadores, empresarios, judicatura—, quienes le acusaron de querer cambiar la ley para renovar su mandato y declararon ilegal su encuesta-consulta del 28 de junio de 2009.
Ese día, los militares depusieron a Zelaya y el Congreso eligió para sustituirle al también liberal Roberto Micheletti, expresidente del Parlamento hondureño, que calificó como una “sustitución constitucional” la separación del exgobernante.
Los manifestantes esperaban el regreso de Zelaya desde Nicaragua tras haber sido sacado a punta de pistola de su casa en Tegucigalpa en la madrugada del 28 de junio de ese año por unos 200 militares que lo esposaron y llevaron al aeropuerto, donde lo subieron a un avión rumbo a Costa Rica.
Días después estaba prevista su vuelta a Honduras, cuando "elementos de las Fuerzas Armadas" actuaron "de manera desproporcionada" y dispararon a los manifestantes con fusiles M16 de "manera indiscriminada", señaló el Ministerio Público en su requerimiento.
En los hechos murió Obed Murillo por un disparo en la cabeza y Alex Zavala quedó gravemente herido.
Vásquez fue trasladado bajo un fuerte contingente policial al juzgado de Letras Penal en Tegucigalpa. Más de 200 agentes de las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional hondureña fuertemente armados custodiaron el traslado y el acceso del exmilitar al tribunal, según constató un periodista de la AFP en el lugar.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, y su esposo y asesor, el expresidente Manuel Zelaya, representados en un monigote que simboliza el ‘Año viejo’, fueron ‘quemados’ en la última noche de 2024 como parte de una tradición popular con sentido crítico que realizan artesanos nacionales. Su popularidad se ha venido a menos en el país.
FUENTE: AFP / CIDOB / Redacción Diario las Américas