La más reciente patraña comunicacional del régimen es atacar lo que ellos llaman "LOS APELLIDOS". Pareciera ser la versión remozada o repotenciada de "LOS ESCUÁLIDOS".
En estos últimos 25 años, los apellidos que han destruido al país y forzado a huir al 25% de la población son bien conocidos
La más reciente patraña comunicacional del régimen es atacar lo que ellos llaman "LOS APELLIDOS". Pareciera ser la versión remozada o repotenciada de "LOS ESCUÁLIDOS".
El problema es que, por convención social, todos tenemos apellidos. Hay apellidos muy comunes y otros menos comunes. Algunos están asociados con grandes logros, mientras que otros están vinculados a monstruosos crímenes. Millones de personas dignas, nobles y trabajadoras llevan sus apellidos sin presumir de los logros de otros o tener que pagar por crímenes que les son absolutamente ajenos.
Tomemos como ejemplo dos apellidos muy comunes en Venezuela: Rodríguez y Gómez. ¿Quién no tiene un pariente, un buen amigo, un buen maestro o un doctor con esos apellidos?
En la historia patria, estos dos apellidos están asociados tanto a héroes como a villanos, así como a ciudadanos comunes que forman parte integral de nuestro tejido sociocultural. Nadie confunde a unos con otros simplemente por compartir apellidos. Cada persona lleva su nombre y gentilicio según sus acciones. Por lo tanto, denigrar a mansalva a uno u otro es tarea de perversos, manipuladores y sociópatas.
Sería injusto, y además demoníaco, condenar a millones de personas que llevan esos dos apellidos en particular debido al perverso uso que los hermanos Jorge Jesús y Delcy Eloina Rodríguez Gómez han hecho de ellos durante tanto tiempo.
El apellido Maduro es menos común, pero que Nicolás sea un criminal de lesa humanidad no afecta en absoluto a quienes, sin prontuario alguno, y sin relación consanguínea, comparten su apellido. Lo mismo se puede decir de apellidos como Gavidia, Flores, Cabello, Rondón, Padrino, López, Hernández, Lares, Dala, Ceballos, Ichaso, Granko, Saab etc.
Las calamidades que un resentido social y perturbado mental de apellidos Chávez y Frías ha causado no son culpa o legado de todos los Chávez o todos los Frías. Pero lo que está claro es que Hugo Rafael Chávez Frías, C.I. # 4.258.228, oriundo de Sabaneta, Estado Barinas, se empeñó en implantar el odio como política de Estado. Sus herederos políticos y delincuenciales han explotado de forma exponencial esa vil práctica.
En estos últimos 25 años, los apellidos que han destruido al país y forzado a huir al 25% de la población son bien conocidos. Todos llevan por delante nombres propios y por detrás cédulas de identidad y prontuarios aquilatados que insisten en engrosar a diario.
Por mi parte, yo llevo mis apellidos Burelli, Briceño, Rivas y Picón con honra y sin más, o menos, orgullo del que tienen la mayoría de los venezolanos por los suyos. Obviamente, celebro que quienes me dieron esos apellidos fueron hombres y mujeres dignos, algunos de los cuales dejaron una huella positiva y visible en nuestra historia. Estoy seguro de que su actuar estuvo guiado, entre otros, por aquello de honrar a sus ancestros y no avergonzar a sus descendientes. Tan sencillo como eso. Tan difícil de entender para estos pobres y atrapados demonios y demonias que hoy avergüenzan a toda Venezuela.
FUENTE: Por Pedro Mario Burelli Briceño