CABO HAITIANO — Bajo fuertes medidas de seguridad, Haití preparaba el jueves el funeral del asesinado presidente Jovenel Moise, 15 días después de un crimen que sumió aún más al país en la incertidumbre y reavivó las tensiones históricas de sus pobladores.
El jefe de Estado, quien fue asesinado a tiros a sus 53 años por un comando armado, será enterrado el viernes en Cap-Haitien, la capital del Departamento del Norte, vecino a su región natal.
La segunda ciudad de Haití despertó el jueves en calma. Sin embargo, la víspera se desataron enfrentamientos debido a la presencia en el lugar del director general de la policía nacional, Léon Charles.
El jefe policial fue abucheado cuando inspeccionaba los dispositivos de seguridad instalados para el funeral. No participó el jueves por la mañana en una misa de réquiem celebrada en la catedral.
Los haitianos le reprochan que no haya sido capaz de proteger al presidente Moise, cuyo asesinato fue perpetrado en plena noche bajo la aparente pasividad de los agentes encargados de resguardar su domicilio.
Se está derramando demasiada sangre en Haití, dijo un sacerdote en un servicio religioso en honor al presidente asesinado Jovenel Moise, en tanto las autoridades advirtieron que habría más violencia antes del funeral.
El padre Jean-Gilles Sem habló ante decenas de personas que llevaban camisetas blancas decoradas con el retrato de Moise.
“Paren los asesinatos y secuestros”, dijo, y destacó que las poblaciones pobres son las más afectadas. “Estamos hartos”.
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Varios hombres caminan junto a una barricada en llamas después de que cientos de trabajadores huyeran de una zona en la que se llevaron a cabo manifestaciones que se tornaron violentas cerca de la ciudad natal del difunto presidente Jovenel Moise.
AP
La catedral en Cabo Haitiano, en la costa norte de la isla, se llenó apenas hasta la mitad, y las autoridades advirtieron que podrían cancelar eventos previstos para las horas siguientes por temor a la violencia.
Partidarios de Moise interrumpieron la misa con gritos y acusaciones de que la élite mató al presidente.
Un hombre que se identificó como John Jovie, que se encontraba con otros, dijo que habría más violencia si miembros adinerados de la élite de Puerto Príncipe asistían a las ceremonias.
“Les pedimos que no vengan al funeral”, dijo. “Si vienen, les cortaremos la cabeza. Sacaremos nuestras armas del escondite... Queremos justicia para Moise”.
El alcalde de Cabo Haitiano arribó a la catedral rodeado de guardaespaldas, y hombres fuertemente armados montaron guardia durante toda la misa.
En la víspera, estalló la violencia en Quartier-Morin, situada entre Cabo Haitiano y el pueblo natal de Moise. Periodistas de The Associated Press vieron el cuerpo de un hombre que según testigos fue asesinado durante protestas organizadas por hombres armados que bloquearon los caminos con grandes piedras y neumáticos en llamas.
“Es el único medio que tenemos para exigir justicia”, dijo Aurélien Stanley, un partidario de Moise. “Si no conseguimos justicia para Jovenel, haremos lo que sea necesario para detener el funeral”.
Está previsto un funeral privado para el viernes, en tanto continúa la investigación del ataque del 7 de julio al domicilio del presidente, quien murió de sus heridas mientras que su esposa resultó gravemente lesionada.
El jefe de policía de Haití, Léon Charles, dijo que han arrestado a 26 sospechosos, entre ellos tres exagentes de policía y 18 exsoldados colombianos. Detuvieron a otros siete oficiales de policía de alto rango, aunque no los arrestaron formalmente. Se trata de determinar cómo ninguno de los efectivos de la guardia de seguridad del presidente resultó herido esa noche.
FUENTE: Con información de AFP y AP