MANAGUA.- El hermetismo y la expectativa han marcado este jueves el segundo día de las negociaciones entre el régimen de Nicaragua y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia para superar la crisis que afecta al país centroamericano.
Las partes comenzaron a llegar cerca de las 10.00 hora local (16.00 GMT) a la sede del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae), en las afueras de Managua, sin dar declaraciones a los periodistas, que unas seis horas después continuaban en las afueras del lugar sin haber recibido ninguna información.
Diferentes movimientos sociales han reclamado, hasta ahora sin éxito, más "transparencia" y "mayor información" sobre las negociaciones, que se instalaron el miércoles sin la presencia del gobernante de Nicaragua, Daniel Ortega, como sí ocurrió en mayo de 2018 cuando comenzó un primer intento fallido de diálogo.
En la ronda de negociaciones del miércoles, que se extendió más de 7 horas, las partes afirmaron haber llegado a acuerdos sobre nueve de doce puntos discutidos, de los que no se dieron detalles.
La Alianza tiene una agenda inicial de tres puntos: la liberación de los presos políticos y garantías del restablecimiento de las libertades constitucionales; reformas electorales para comicios justos, libres y transparencia; y justicia para las víctimas de la crisis.
El régimen hasta ahora no ha divulgado sus intereses, aunque el Ejecutivo ha dicho expresamente que su objetivo es tocar temas económicos.
"El compromiso de nuestro comandante Daniel es seguir desarrollando nuestro programa cristiano, solidario, para garantizar derechos esenciales a todas las familias nicaragüenses", dijo el mismo miércoles a través de medios del régimen la vicepresidente del país, Rosario Murillo.
El mismo miércoles fueron enviados a sus casas bajo un régimen especial un centenar de personas que estaban encarceladas por haber participado en protestas callejeras antigubernamentales, acusados por el régimen de "haber cometido delitos contra la seguridad común y delitos contra la tranquilidad pública", según dijo el Ministerio de Gobernación.
La crisis sociopolítica que Nicaragua vive desde abril pasado ha dejado entre 325 y 561 muertos, de 340 a 777 detenidos, cientos de desaparecidos, miles de heridos y decenas de miles en el exilio, según organismos humanitarios.
El gobernante reconoce 199 muertos y 340 detenidos, que llama "terroristas", "golpistas" o "delincuentes comunes".
Ortega, quien lleva doce años en el poder de manera continua, no acepta responsabilidad de la crisis ni tampoco las acusaciones generalizadas sobre graves abusos de las autoridades contra los manifestantes antigubernamentales, y denuncia ser víctima de un intento de "golpe de Estado fallido".
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha dicho que el régimen de Nicaragua ha cometido crímenes "de lesa humanidad", mientras que la aplicación de la Carta Democrática Interamericana (CDI) está en proceso en la Organización de Estados Americanos (OEA).
FUENTE: Con información de EFE