Para Iliana Hernández, exbailarina, exmaratonista del Sahara, expedicionaria rumbo a la Base Naval de Guantánamo en busca de asilo y, finalmente, una de las 16 personas que se acuartelaron en 2020 en San Isidro, en protesta por el hostigamiento estatal, Cuba hoy seguramente estuviera entre los países más competitivos en Latinoamérica. Lo dice, explica, basándose en la historia y, sobre todo, en lo que recuerda de “los cuentos de la abuela” y de muchas personas que vivieron la etapa de la República.
Con el mar Mediterráneo de fondo que la hace recordar el Caribe, en la Barcelona tomada por el activismo político cubano, Iliana matiza: “había democracia antes del 52, antes de que [Fulgencio] Batista diera el golpe de Estado, que fue lo que rompió el camino que nos llevaba al progreso y a la libertad plena”.
Luego, resalta Hernández - nacida en Guantánamo en el oriente de Cuba- el golpe militar “dio paso a la dictadura comunista cubana, dio paso a la mentira, al engaño y a todo lo que hay hoy en Cuba, a la doble moral, a la poca dignidad, a la pobreza, la miseria”.
Eso es justamente lo que a ella le indigna y le hace declarar que, “los cubanos que hemos nacido después del triunfo del comunismo —porque la Revolución triunfó, pero la traicionó Fidel Castro en el 1961, cuando se declaró comunista— no conocimos esa Cuba próspera, no conocimos esa Cuba donde había respeto, donde había honestidad entre los cubanos. Todo eso se perdió con la dictadura comunista cubana”.
La reconocida activista lamenta que los cubanos “no hayamos podido seguir ese hilo de progreso y de bienestar que tenía nuestra nación antes de que sucediera la catástrofe de que entrara el comunismo en Cuba”.
Partidos y participación política
Cuando le preguntan sobre la participación política, Iliana hace un gesto con la boca, ladea la cabeza como si lo tuviera muy claro y destaca: “Yo veo una Cuba llena de partidos políticos diferentes. ¿Y sabes por qué? Porque el cubano o no llega o se pasa. Entonces, ¿cómo va a ser? Yo creo en una Cuba con demasiada libertad, porque ya cuando entremos a la democracia, cuando tú te veas con la libertad de poder exigir sin temor a ir a prisión, creo que habría cada día una manifestación diferente”.
Liderazgo y nueva imagen de lucha
“Si lo ven así, pues me alegra muchísimo haberle dado un frescor diferente al activismo, porque yo lo único que hice fue una especie de burla a la represión que se está viviendo en Cuba, una burla a esa intimidación y esas amenazas que usan los defensores de la seguridad del Estado, que no son los compañeros que nos atienden, sino los delincuentes que nos reprimen”, destaca y aclara que ella, al haber vivido en democracia y habiendo conocido lo que es la libertad, asumió una lucha totalmente diferente, siempre pensando en una Cuba futura donde no haya que “mantener a un grupito de delincuentes en el poder” ni afiliarse a la Policía política para tener un plato de comida más que el vecino.
Aunque estas “militancias” las atribuye a la misma carencia, y al adoctrinamiento ejercido sobre estas personas, considera que es ser “poco inteligente” no percatarse de la situación crítica en la que está el país.
Si Iliana sueña con algo, dice, es con que cuando esta entrevista se publique, ya “Cuba sea libre”. Piensa particularmente en el acuartelamiento que vivió en 2020 como un ensayo del país que vendrá. Estábamos todo tipo de cubanos y todo tipo de cubanía. “Ahí estaba el intelectual; el marginal, el cristiano. Yo creo que ahí se vio todo el mundo reflejado y yo creo que eso suscitó la atención de los cubanos de la isla, principalmente porque yo recuerdo que cuando salí de ese acuartelamiento, las personas me paraban en la calle a darme las gracias por lo que hicimos, a decirnos que nos apoyaban. Esas cosas no sucedían antes”.
Parteaguas
“La oposición en Cuba y la lucha por la libertad de Cuba era nula, o sea, las personas no conocían lo que se estaba haciendo por la libertad de Cuba y tenemos que dar gracias a Internet que se pudo hacer eso”, considera Hernández. “Tenemos que dar gracias a la tecnología: la dictadura estuvo obligada a darle paso a Internet en Cuba y gracias a eso es que estamos viendo la realidad. La lucha de Cuba es desde hace 63 años, porque esto no empezó el 16 de noviembre cuando nos acuartelamos en San Isidro, esto empezó el 1 de enero de 1959, esto empezó cuando Fidel Castro se mostró dictador y tirano.
Limitación de la movilidad
Durante sus últimos cuatro años, en Cuba, Iliana también ha sido objeto de actos de repudio, pero cuenta que “lo más horroroso fue la vigilancia las 24 horas del día”. Explica lo difícil que es vivir con una patrulla en la esquina de la casa: “lo más traumático creo que fue no poder salir de casa, saber que al salir me secuestrarían, me llevarían a una estación de policía para tenerme ahí horas o incluso hasta el día siguiente.
Pero, aun así, precisa, no consiguieron que ella claudicara. “Como yo me subí en ese avión y vine para España, siempre diciendo que estoy en España el tiempo que no pude estar por los cuatro años que estuve regulada en Cuba, aun cuando mi plan de vida era estar seis meses en España y seis meses en Cuba, entonces voy a vivir ese año y medio que me debe la dictadura. Y a lo mejor tengo que regresar antes porque ya la dictadura acabó, no da para más, ya ellos tienen que tirar los guantes”.