Pero también los comentarios e intercambios de opiniones en las publicaciones en redes sociales dejan ver la creciente preocupación sobre la posibilidad de que, una vez solucionados los problemas de estructura y restaurado el recinto, este no regrese a sus funciones actuales y sea convertido en otra instalación hotelera, tal como ha sucedido últimamente con la algunos de los edificios en peligro de derrumbe que han sido evacuados bajo el pretexto de una restauración.
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Aunque el terreno que ocupa el ISDi, entre las calles Belascoaín y Carlos III, no es precisamente en la actualidad una zona en explotación para el turismo y tampoco están siendo promovidas sus parcelas aledañas en las diversas Carteras de Oportunidades publicadas hasta la fecha, se trata de una edificación colonial de valor histórico y de considerables dimensiones situada a medio camino entre dos zonas de alto interés turístico como El Vedado y La Habana Vieja, en las proximidades de una vía rápida que conecta casi de manera directa el centro de la ciudad con el Aeropuerto Internacional José Martí.
Los temores a que el ISDi termine siendo hotel no son infundados porque los ejemplos están a la vista. Pasó con el conjunto de viviendas e instalaciones culturales y deportivas que se alzaban en el entorno del cine-teatro Payret, en La Habana Vieja, y que ahora han ido a engrosar la extensa lista de “parcelas de interés” que se ha adjudicado el emporio empresarial militar conocido como GAESA (Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias) y, además, sucedió con la Manzana de Gómez, que de escuela fue a parar a hotel de lujo.
Sucedió además con las antiguas cuarterías de donde han sido desplazados sus antiguos ocupantes para dar paso a los hoteles Paseo del Prado, Gran Packard de Iberostar más una docena aún por construir tan solo en La Habana, como la torre de 23 y K o la obra a ejecutarse sobre los terrenos del antiguo restaurante Moscú, una inversión que, como igual se puede verificar en las diversas Carteras de Oportunidades publicadas tanto por la Cámara de Comercio de Cuba como por el Ministerio de Turismo desde el 2012 hasta la fecha, ni siquiera estaba siendo promovida.
Pero en las notas sobre el cierre del ISDi, además de rezumar incertidumbre, nada se dice al respecto de un posible cambio de funciones. Sin embargo, tampoco se asegura que sea el Ministerio de Educación Superior (MES) quien asuma de manera inmediata una reparación considerada como muy compleja y que, además, requerirá obligatoriamente no solo de la movilización de recursos considerables de los cuales no dispone esa entidad, sino también de la asistencia de especialistas en conservación de obras arquitectónicas de este tipo, con más de siglo y medio de explotación.
El ISDi visto desde la Avenida Carlos III- Foto tomada del grupo de Facebook "ISDi"/vía Cubanet
El ISDi visto desde la Avenida Carlos III.
Foto tomada del grupo de Facebook "ISDi"/vía Cubanet
En tal sentido, de acuerdo con información recabada por CubaNet de diversas fuentes involucradas en el asunto, existe la posibilidad de que las obras de reparación sean asumidas por otras entidades ajenas al MES e incluso de que se llegue a un acuerdo de traspaso de la edificación al Ministerio del Turismo o a Gaviota S.A., bajo la condición de que estas, a cambio, se comprometan a ofrecer una nueva sede para el ISDi.
Igualmente se estaría contemplando la opción de que el Ministerio de Educación Superior conserve la propiedad del edificio pero otorgándole a este nuevas funciones como hotel enfocado en los eventos académicos, administrado en conjunto con la empresa que finalmente asuma la inversión.
“Si se decantaran por transformarlo en hotel no estaría mal”, asegura bajo condición de anonimato una fuente del Ministerio de Turismo. “La habilitación del edificio es un proceso muy complejo dado el nivel de deterioro y además por la obligación de asegurar los mantenimientos posteriores, algo que no está dentro de las posibilidades del MES. Creo que sería una decisión inteligente buscar acuerdos de ese tipo, tanto con nosotros (Ministerio de Turismo) como con algún inversionista con capacidad para asumir una obra de esa magnitud (…); o acuerdos de traspaso con empresas constructoras como Puerto Carena, Almest, o de administración compartida con Gaviota, por ponerte ejemplos de empresas que pudieran estar interesadas”.
“De hecho continúa la fuente, desde los años 90 ha habido propuestas para esa zona como eje que conecta El Vedado y La Habana Vieja, con varios edificios de gran valor pero que están igual de deteriorados y cuya restauración se hace muy difícil (…). El ISDi está en esa zona de Centro Habana de alto interés pero que se ha mantenido prácticamente virgen (con respecto al desarrollo turístico) por falta de financiamiento externo, pero todo el eje que va desde el Parque de la Fraternidad atravesando (las calles) Reina, Carlos III y Plaza de la Revolución hasta terminar en el aeropuerto, dentro de poco y en condiciones más favorables puede ser de los más importantes (…), porque se encuentra en una de las avenidas que de ser recuperada estaría entre las más vistosas de la ciudad, una vía directa que conduce desde el aeropuerto directamente al Capitolio, a los hoteles de las cercanías, al centro histórico”, asegura el funcionario.
¿Retorno a los orígenes?
La arquitecta Marta García Bonet, que trabajó como especialista en varias empresas del Ministerio de la Construcción entre los años 1992-2006, y en la constructora Puerto Carena hasta el año 2016, aseguró a CubaNet que en los planes de restauración del edificio del actual ISDi, entre los años 2005 y 2007, estuvo la idea de conservarlo pero como hotel de eventos, en especial asociado al Festival del Habano y a una de las más importantes fábricas de tabacos de la Isla, la situada en Belascoaín 852 y dedicada a la manufactura de las marcas Romeo y Julieta y H. Upmann.
Sin embargo, la idea no cuajó no solo por las dificultades que surgieron durante las obras de rehabilitación, que demandaban más recursos de los inicialmente calculados sino, además, porque formaba parte de un viejo proyecto de mayor envergadura que demandaba la restauración de más de 100 edificios, algunos de ellos de viviendas, en el entorno de las calles Carlos III y Reina.
“Siempre ha habido interés en la recuperación de esas calles como eje turístico y comercial afirma la arquitecta, no solo por el edificio del ISDi (sino) por otras edificaciones igual o más importantes como la de la Gran Logia masónica, la propia fábrica de tabacos de Belascoaín, la iglesia de Reina, la sede del Instituto de Literatura, la Casa de Cultura de Centro Habana y otros cientos de edificios, unos más modernos que otros, que son verdaderas joyas de la arquitectura cubana; incluso la Quinta de los Molinos, como espacio de recreo, los edificios de las facultades de Estomatología y Veterinaria”.
“El edificio del ISDi entraba en esos planes dentro de una zona donde no hay un solo hotel. (…) Se eliminarían algunos de los edificios más deteriorados que ocupan el frente del ISDi y los de los alrededores de la iglesia de Reina, para dar paso a espacios abiertos, áreas arboladas desde las cuales poder apreciar la iglesia. Esa es una zona que puede ser de las más atractivas arquitectónicamente pues al otro lado del parque en la misma Belascoaín está el politécnico Aguado y Rico, con una edificación majestuosa, lo que antes fuera la Escuela de Artes y Oficios de La Habana, de finales del XIX (…). El edificio del ISDi es unos años más antiguo, de 1860, y fue construido originalmente como hotel (…). Fue denominado Hotel Militar de La Habana (…); teniendo en cuenta esos orígenes se pensó en su restauración como hotel pero nada fructificó”, asegura García Bonet.
El ISDi se encuentra en peligro de derrumbe- Foto tomada del grupo de Facebook "ISDi"/vía Cubanet
El ISDi se encuentra en peligro de derrumbe.
Foto tomada del grupo de Facebook "ISDi"/vía Cubanet
Por otra parte, bajo condición de proteger su identidad, CubaNet consultó a un directivo de Gaviota S.A. —entidad perteneciente al conglomerado empresarial militar que domina el mercado turístico y de inversiones para el sector en Cuba— sobre la posibilidad de que la edificación que actualmente ocupa el ISDi, y que además fuera Escuela de Cadetes y sede del Estado Mayor de las tropas de ocupación en 1902, pudiera terminar de vuelta a sus orígenes, quizás como parte de ese proyecto mayor abandonado años atrás.
“Hasta ahora nada se ha dicho en específico sobre lo que pasará con el edificio pero no creo que el Ministerio de Educación pueda asumir esa obra. Tampoco creo se debe desaprovechar la oportunidad de recuperarlo para el turismo (…). Con la pandemia muchos planes que no se consideraban priorizados se detuvieron, entre ellos el de rehabilitar uno de los tres ejes fundamentales que atraviesan Centro Habana y que son de interés (…). Nunca llegaron a formar parte de la Cartera de Oportunidades porque más bien se trataba de un plan para cambiar la imagen de una zona por donde obligatoriamente debe transitar el visitante que va desde un extremo a otro de la ciudad y una zona de gran atractivo donde el turista no encuentra otro tipo de alojamiento que no sea en casas de renta”.
“Centro Habana es de los municipios con mayor índice de deterioro, a la vez que una rehabilitación profunda implicaría el desplazamiento temporal o definitivo de cientos de miles de personas, lo que resulta imposible en las condiciones actuales (…). De los tres ejes solo se mantiene el del Malecón, gracias al apoyo del Fondo Saudí, pero los otros dos, que son el que atraviesa la calle San Lázaro desde Prado hasta El Vedado, y el que se inicia en la calle Reina y conduce a la Plaza de la Revolución se han quedado congelados por el momento, aunque jamás se desaprovechan las oportunidades como esta de ir recuperando edificaciones que son de interés y que siguen siendo parte de ese plan mayor. La política no es compartir la administración con instituciones cubanas, eso no es factible. Gaviota solo comparte administración con algunos grandes inversionistas extranjeros (…). Cuando estos no aparecen, la política es ir agregándolos a nuestro patrimonio aunque en ese momento de la adquisición no podamos emprender una restauración (…). Con la apertura de Obama se pensó en acometer la rehabilitación de esos tres ejes pero con Trump y después la pandemia todo se paralizó (…). Se pensó en el edificio del ISDi por sus potencialidades de ser transformado en hotel, a fin de cuenta esa fue su función original (…). Ha quedado demostrado que el Ministerio de Educación no es capaz de realizar los mantenimientos, que invertir recursos en algo que dentro de cinco o diez años volverá a estar en peligro de derrumbe es absurdo, así que veo muy posible no que termine siendo un hotel pero sí que pase a ser parte de nuestro fondo patrimonial o de la Oficina del Historiador; es de las únicas formas que el edificio se mantendrá en pie”, afirma la fuente.
A pesar de que hasta el momento no se puede decir con certeza que el edificio del ISDi correrá la misma suerte que la Manzana de Gómez, el teatro Payret, la Sala Polideportiva Kid Chocolate o el recién inaugurado Gran Hotel Bristol, en las proximidades del Capitolio, teniendo en cuenta los “planes congelados” de convertir lo más visible del ruinoso municipio de Centro Habana en un vistoso corredor para turistas tampoco habría que descartar la posibilidad de que, de un momento a otro, las que ayer fueron aulas universitarias las veamos transformarse en habitaciones y suites para un turismo que no está dando señales de reanimación.
Pese a la crisis económica actual y de los indicadores negativos que ha mostrado el sector turístico en lo que va de año, los planes de construir más hoteles en una ciudad que se desploma a causa del abandono institucional se mantienen, y así lo reafirmó hace apenas unos días el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez en medio de la oleada de descontento y críticas por una gestión que, a todas luces, prioriza el bienestar de los foráneos en detrimento de la calidad de vida de cubanos y cubanas.