lunes 25  de  marzo 2024
Venezuela

La crisis liquida la campaña electoral más triste de la historia de Venezuela

Sin comida, medicinas, ni efectivo, los comicios pasan a un segundo plano
Por PEDRO PABLO PEÑALOZA

@pppenaloza

Un Presidente que promete resolver los problemas que él mismo creó. Un candidato opositor que pelea contra la oposición. Y un pastor evangélico que reparte sopas por todo el país. Así marcha la atípica campaña de cara a las elecciones presidenciales del 20 de mayo, que ya han sido desconocidas y calificadas como “fraudulentas” por el gobierno de Estados Unidos y las principales democracias de América Latina.

Así como falta la comida, las medicinas y hasta el efectivo, en Venezuela no hay ánimos para una “fiesta electoral”. El Parlamento de mayoría opositora anunció que la inflación anualizada se ubicó en 13.779%. El sueldo mínimo integral de un trabajador apenas equivale a 2,99 dólares mensuales. En este contexto, las protestas por los cortes eléctricos y las fallas en el servicio de agua son más numerosas que las actividades proselitistas de los aspirantes a la primera magistratura de la República.

“Hace cinco años era un novato herido en el corazón de dolor por la pérdida de nuestro comandante, hoy no, hoy soy un hombre de pie, experimentado, con la sabiduría de la batalla”, expresó el presidente Nicolás Maduro el 24 de abril, en su primer acto de campaña desde el estado Bolívar.

En aquel discurso inaugural, Maduro clamó ante sus simpatizantes: “soy un Presidente pueblo, un Presidente humilde, un Presidente que les pide a ustedes compañeros, compañeras, no me dejen solo. ¡No me dejen solo nunca, acompáñenme a la batalla y denme el voto el 20 de mayo, 10 millones de votos por la victoria histórica!”.

Además de aferrarse a la figura del difunto comandante Hugo Chávez, el abanderado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) busca atraer al electorado por medio de los bonos que aprueba de manera compulsiva para enfrentar la hiperinflación que provoca su política económica. Además, ha convertido en una herramienta para la movilización al “carnet de la patria”, documento que supuestamente fue diseñado para canalizar las ayudas sociales hacia los sectores más pobres del país.

“Esto es dando y dando, la patria te protege por el carnet de la patria y tú proteges a la patria con tu voto (…) la patria te protege con los bonos mensuales de apoyo a la familia, pero tú cuando la patria te llama, acudes a votar libremente, dando y dando, la patria te da, y tú le das a la patria. ¿Estamos de acuerdo en ese concepto?”, planteó Maduro en un mitin celebrado en Cabimas, estado Zulia, el 5 de mayo.

Autogolpe

La campaña ha dejado en evidencia una vez más las fracturas dentro de la oposición, sumida en una especie de guerra fratricida. Los peores ataques contra Falcón provienen de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que resolvió no participar en la contienda ante la ausencia de garantías.

“Los que participan con Maduro en la farsa del 20 de mayo, entre otros Henri Falcón y Javier Bertucci, están fuera de la unidad superior de los patriotas y demócratas venezolanos, y tienen el plan, al reconocer los falsos resultados, de convertirse en una oposición colaboracionista que sea reconocida por el régimen, para que este proceda a ilegalizar y perseguir a toda la sociedad democrática”, alertó el 3 de mayo a través de un comunicado el Frente Amplio Venezuela Libre, plataforma que agrupa a la MUD, organizaciones de la sociedad civil y chavistas disidentes.

El exgobernador del estado Lara se postuló desconociendo los acuerdos de la coalición opositora y también se ha dedicado a responder los golpes de sus viejos aliados. “Se van a quedar en el camino y van a desaparecer como políticos y como partidos (…) una cosa piensan los dirigentes desde sus oficinas con aire acondicionado y otra cosa su base. No tienen ningún plan”, fustiga el candidato que hasta 2010 militó en el oficialismo.

Al margen de las peleas intestinas, Falcón ha generado un debate al prometer que en caso de llegar al palacio de Miraflores aplicará la dolarización de la economía venezolana para liquidar la hiperinflación y resucitar el aparato productivo. “La dolarización es parte de una política de estabilización macroeconómica (...) darle al país estabilidad de precios de tal forma que tanto las personas como las empresas puedan tomar sus decisiones económicas”, explicó en una entrevista concedida a la agencia EFE el economista Francisco Rodríguez, asesor del abanderado de Avanzada Progresista.

La sorpresa

Toda elección presidencial tiene a su candidato pintoresco, pero Javier Bertucci es otra cosa. El pastor evangélico ha llamado la atención por la multitud que asiste a sus mítines y porque su equipo reparte sopas en zonas populares, actividad que desarrollaba desde antes de incursionar en la política. "Tener la nevera llena será normal nuevamente en nuestro país. Llegaremos a trabajar para 30 millones de venezolanos", ha declarado Bertucci, cuyo nivel de apoyo oscilaría entre 10 y 12% según algunas encuestas.

Bertucci cuestiona a los abstencionistas, habla de rescatar la institucionalidad de la Fuerza Armada y censura a los llamados “Clap”, bolsas de comida que distribuye el régimen chavista. "Nadie en mi gobierno los humillará con una cajita de comida que solo dura tres días, sino que les regresaré el poder adquisitivo, dinero para ir al mercado y comprar lo que quieran”, asevera el fundador de la iglesia cristiana Maranatha en Venezuela.

Aunque la carrera por Miraflores entra en la recta final, no se siente emoción entre los venezolanos, más preocupados por sobrevivir a la crisis que por el debate electoral. Para la comunidad internacional y la MUD, el resultado del 20 de mayo ya está cantado y no es otro que la reelección “fraudulenta” de Maduro. La pregunta es qué pasará en este país a partir del lunes 21.

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