MIAMI. - La Dama de Blanco Xiomara Cruz Miranda pudo salir de Cuba a principios de 2020 con muy pocas esperanzas de vida. Un día más en la isla, según su médico de la cabecera, el doctor Alfredo Melgar, y “no hubiera logrado sobrevivir”.
La opositora, integrante del grupo Damas de Blanco, llegó a Miami con pocas esperanzas, diagnosticada con una severa afección de salud, al parecer inducida, y hoy se recupera satisfactoriamente
MIAMI. - La Dama de Blanco Xiomara Cruz Miranda pudo salir de Cuba a principios de 2020 con muy pocas esperanzas de vida. Un día más en la isla, según su médico de la cabecera, el doctor Alfredo Melgar, y “no hubiera logrado sobrevivir”.
Miami la vio llegar “casi moribunda”, en silla de ruedas, junto a su hija Clara Iznaga. Tenía bacterias en su organismo, aparentemente inoculadas, un pulmón colapsado y muy escasa masa muscular, entre otros padecimientos.
Hoy el especialista en medicina interna, encargado del cuidado primario de la activista, cree que un “milagro de Dios y el trabajo de la ciencia” le han dado una nueva oportunidad de vivir.
Cruz Miranda no está recuperada completamente, según Melgar. El galeno estima que la paciente ha podido restaurar su salud en un 70%. Sin embargo, ya puede valerse por sí misma. “Es una persona diferente a la que vimos hace más de un año”, afirmó.
Tras revisar los documentos médicos de la paciente, los especialistas en Miami encontraron que “todos los reportes que entregó Cuba estaban llenos de contradicciones”. Incluso, según el doctor Melgar, en algún momento le pidieron a Cruz Blanco “que se fuera a casa, pero que no usara el oxígeno porque supuestamente es malo”.
“Cómo se le va a decir a una persona que tiene un solo pulmón [trabajando bien] que no use oxígeno, teniendo una máquina de oxígeno que se le había enviado desde Miami. Si no usaba oxígeno, hubiera muerto”, enfatizó.
La Dama de Blanco arribó a Miami el 20 de enero de 2020 como resultado de una campaña de solidaridad realizada dentro y fuera de la isla, luego de que su estado de salud empeoraba cada día más tras un diagnóstico de tuberculosis que generó dudas entre activistas cubanos por los derechos humanos.
Una ambulancia esperaba a Cruz Miranda en las afueras del Aeropuerto Internacional de Miami para trasladarla de inmediato al hospital Jackson Memorial. Su condición de salud hizo que horas más tarde fuese intubada.
El doctor Melgar señaló que mediante una serie de exámenes se logró comprobar que en el organismo de la activista estaban presentes las bacterias Klebsiella, pseudomona y micobacteria, tres gérmenes “muy agresivos” que pudieron haber sido inducidos a Cruz Miranda a través de “una inyección”.
“Eso fue lo primero que dijo la paciente al llegar a Miami, y también lo dijo varias veces estando en Cuba, que le habían inyectado algo”, recordó el médico de origen cubano, quien aseguró que esa versión “es creíble”, aunque al mismo tiempo reconoció que determinar la forma cómo llegaron las bacterias al organismo de la Dama de Blanco “es prácticamente imposible” porque “una inyección no deja marca”.
El galeno se integró a un equipo conformado por un pulmonólogo, un hematólogo y un intensivista. “Tuvimos que darle varios antibióticos para eliminar esas bacterias”, afirmó. Durante gran parte de su tratamiento médico, la activista permaneció con respirador artificial.
Transcurrieron casi seis meses. Cruz Miranda fue dada de alta del hospital Jackson. Salió sin respirador artificial, dispuesta a seguir un riguroso tratamiento.
Cruz Miranda es consciente de que no está plenamente recuperada y que no puede abusar de su salud. Pero algo no olvida y sigue muy presente en su mente: “Yo tengo que seguir mi lucha por la libertad de Cuba”.
Por ahora, su activismo lo hace a través de las redes sociales, principalmente en Facebook. “Como no puedo salir a las calles, como lo hacía cuando estaba en Cuba, hago denuncias en las redes y me mantengo al día con lo que pasa en mi país”, aseguró.
Insiste en que le “inocularon algo” mientras estuvo encarcelada en la isla. Al respecto, sostuvo que “yo estaba muy bien de salud, no me dolía nada, y de pronto caigo enferma por ese régimen maligno que nos gobierna”.
De sus días en el hospital, dijo, aún “me quedan dolores en los huesos y algunas veces dolores de estómago y diarreas”. Aduce que este último malestar surgió después de que estuviera alrededor de cinco meses recibiendo alimentación “por un tubo”.
Nunca perdió la esperanza de recuperar la salud. “Yo pensé que me iba a recuperar porque este es un país de ciencia, de libertad. Tenía la esperanza de que me iban a salvar”, afirmó.
Si se hubiera quedado en Cuba, tal como también lo cree el doctor Melgar, “otra sería la historia; no estaría contando esto”.
Cruz Miranda no ha pensado volver a la isla. Los familiares que le quedan allí “quisiera traerlos” para evitar represalias en el momento en que vuelva “con más fuerza y totalmente recuperada a seguir la lucha de las Damas de Blanco”.
El doctor Melgar se declaró “muy satisfecho” con los logros en la salud de Cruz Miranda, pero tiene claro que la activista “podría quedar con secuelas para toda la vida”. De tal manera, “es posible que jamás se recupere por completo”, enfatizó.
“Van a quedarle secuelas respiratorias, puede faltarle el aire. Hay que seguir tratándola con aerosoles como el albuterol. El oxígeno debe tenerlo en casa por si lo necesita; también antibióticos para la infección, si es necesario”, comentó el facultativo.
Otro aspecto en el que seguirá enfatizando el doctor Melgar será en la inmunidad “con una buena nutrición y suplementos alimenticios”. Asimismo, “tiene que estar vacunada contra el COVID-19 cada vez que sea necesario”, dijo.
El especialista añadió que el daño pulmonar que le “causó la dictadura por negligencia o de manera consciente” a la activista, nunca desaparecerá por completo.
“Sería difícil que Xiomara Cruz Miranda vuelva a su labor en las calles como todos la conocimos”, puntualizó el galeno, quien ve a la Dama de Blanco “como una veterana de guerra que debe estar en casa y bajo cuidados médicos permanentes”.
Cruz Miranda vive en un modesto apartamento en el noroeste de Miami, junto a su hija. Actualmente, está a la espera de la aprobación de su residencia permanente en EEUU, tras haberse acogido a la Ley de Ajuste Cubano.
“Yo no tengo quejas del exilio. Todos los que hemos estado al tanto de la salud de Xiomara, incluyendo el DIARIO LAS AMÉRICAS, merecen todo mi agradecimiento”, dijo finalmente el doctor Melgar.
La historia de Xiomara Cruz Miranda es un claro ejemplo de fortaleza y resiliencia. Su recuperación ha sido posible gracias a su determinación, pero también al inquebrantable apoyo del Dr. Alfredo Melgar, el médico cubano que no escatimó esfuerzos para brindarle el mejor tratamiento posible para salvar su vida.
Ambos han demostrado que la esperanza y el esfuerzo conjunto pueden superar las más grandes adversidades.
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