Los voceros del castrismo tergiversan el relato y atribuyen a la Casa Blanca “intentar separar mediante sus anuncios y estrategias al sector privado cubano del estatal y público”, dijo en una conferencia de prensa Johana Tablada, subdirectora general de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
El eterno culpable
La funcionaria acusó a Washington de tener un “interés muy claro en afectar servicios esenciales que son costosos, como la educación, la salud, la cultura, el deporte y otros que son para toda la población y no entendemos por qué son excluidos”.
Desde que el dictador Fidel Castro llegó al poder a punta de carabina en enero de 1959, cualquier medida de cordialidad por parte de Estados Unidos siempre parece poco. Adrián, historiador, asevera que “la narrativa construida por Fidel fue instituida en el enfrentamiento bíblico de David y Goliat y la presentaba como un dibujo animado, de un gigante perverso que enfrentaba con saña a un país pequeño que había obtenido grandes conquistas económicas y sociales debido a su gobierno revolucionario. Siempre la propaganda destacaba que los logros y éxitos productivos, deportivos, culturales o científicos eran gracias a la revolución”.
“Estados Unidos era un imperio decadente, donde se violaban los derechos de los negros y las minorías y existía la explotación del hombre por el hombre. Ese discurso quedó desfasado con la apertura de los viajes de la comunidad cubana radicada en Estados Unidos, cuando el ciudadano común supo que un camarero podía tener un auto. Las diversas oleadas migratorias de cubanos que escapan del ‘paraíso socialista’ a las ‘entrañas del monstruo' debido a las cíclicas crisis económicas y falta de libertades, provocaron que esa narrativa estallara en mil pedazos. Los actuales gobernantes culpan de todo al embargo, pero nunca han reconocido que Estados Unidos en estos momentos es el sexto país que más exporta a Cuba, por encima de naciones aliadas”, concluye Adrián.
Durante años, los inmigrantes, llamados gusanos y escorias, eran considerados por los altavoces mediáticos de la dictadura como 'adversarios del sistema político'. Para entender la ideología de la casta política que lleva 65 años en el poder, no debemos olvidar el pasado.
Si la dictadura se ha renovado y aprueba cultos religiosos, emprendimientos privados o pretende seducir a la emigración, el motivo es simple: el modelo marxista no funciona. La economía hace agua y la mayoría de los servicios básicos han colapsado, o van por ese camino.
La estrategia de los 'apparatschik' del partido comunista es colonizar los espacios autónomos a golpe de decretos y una rigurosa cuchilla fiscal que impida ganar mucho dinero. Las leyes cubanas prohíben el enriquecimiento y acumulación de capital. Los trabajadores privados independientes son considerados presuntos delincuentes. Estados Unidos, y su embargo económico y financiero, que tiene más agujeros que un queso gruyere, es acusado por la dictadura como el culpable que el 88% de la población viva en la pobreza y el país se caiga a pedazos.
Quién pone la traba
Cuando usted les pregunta a emprendedores locales sus impresiones sobre las nuevas medidas que les permitirían acceder al sistema financiero y plataformas tecnológicas, la mayoría coincide en un tema que consideran medular: casi todas las trabas provienen del gobierno cubano. Llamémosle Diego, dueño de un taller de reparar y dar mantenimiento a equipos de refrigeración y aires acondicionados.
“En teoría todo suena muy lindo. En la práctica, nadie que no sea del entorno del gobierno y esté enchufado al mismo, tiene la posibilidad de obtener un crédito en un banco estadounidense. ¿Cómo las autoridades de Estados Unidos pueden comprobar que un trabajador por cuenta propia es independiente del aparato gubernamental y no un desmovilizado de las FAR, el MININT o haya sido miembro del PCC o la UJC? ¿Permitirán ir a la embajada o enviar emails a instituciones para acceder a créditos y poder importar desde Estados Unidos?”, se pregunta Diego y se responde así mismo: “No lo creo. Aquí en Cuba todos sabemos quién maneja los procedimientos”.
Mayelín, dueña de un hostal turístico en la zona antigua de La Habana reconoce que “es muy bueno poder acceder a servicios bancarios y plataformas tecnológicas que te permitan contactar con potenciales clientes. Pero las mayores dificultades de los emprendedores y de las MIPYMES están en casa. Y van desde la imposibilidad de comprar directamente en el exterior, tienes que hacerlo mediante una agencia importadora estatal que te cobra un 20 o 30 por ciento de comisión, lo que encarece las mercancías hasta los impuestos draconianos”
“Esas medidas de la administración Biden, que se supone es para favorecer a los emprendedores, no cumple su propósito, porque el gobierno ha colado a su gente en el sector privado. Mientras yo, a pulmón y con muchísimos sacrificios pude reparar y amueblar la vivienda que alquilo, las personas cercanas al gobierno o cuenta con su autorización, son dueñas de auténticos palacetes y tienen contactos directos con agencias de turismo de otras naciones. Abrir cuentas en Estados Unidos y solicitar créditos beneficia sobre todo a los dueños de MIPYMES conectados con el gobierno. Los que somos independientes de verdad, hace tiempo tenemos cuentas en bancos extranjeros por medio de un familiar o un amigo. Ahora parece que todo eso se va a legalizar. Ok. ¿Pero cómo podemos obtener visado de negocios para viajar a Estados Unidos? La mayoría de los que tienen visa estadounidense son de la guara (allegados) del gobierno”, señala Mayelín.
Ayuda a la dictadura
Raydel Fernández, empresario cubano radicado en República Dominicana, considera que el gobierno de Biden “piensa que ayuda al pueblo de la Isla y no deja de tener cierta razón. El problema es que ayuda más a la dictadura que al pueblo. Vamos a ver cómo actúan los bancos estadounidenses cuando esos emprendedores vayan a abrir cuentas, ya que Cuba está en la lista de países patrocinadores del terrorismo. Lo que busca la Casa Blanca con esas medidas es tratar de detener la huida masiva de nuestros compatriotas a Estados Unidos”
El abogado y político boliviano Carlos Sánchez Berzaín, director ejecutivo del Interamerican Institute for Democracy, con sede en Miami, sobre las nuevas medidas, define que la “pregunta es si hay propiedad privada en Cuba y si está garantizada”.
Yamila, dueña de una peluquería particular, asegura que "no podemos ser ingenuos, quienes sacarán la mayor tajada serán los de ese 'sector privado' que el gobierno se ha inventado. Algo se cocina entre Washington y La Habana. Basta ver cómo le dan visas a hijos y parientes de ministros y funcionarios que hasta hace poco reprimían al pueblo. Los emprendedores de verdad nunca han puesto un pie en la embajada”.
Manuel Cuesta Morúa, académico, historiador y opositor cubano, expresó su opinión al respecto: "Pienso que es una medida interesante. Tiene varios impactos claves. Expande el campo de actores económicos, rompiendo el bucle y la burbuja del control del capitalismo privado por parte de la élite. A partir de ahora las y los interesados pueden, a través de una cuenta en los bancos estadounidenses, rentabilizar sus ideas y emprendimientos desde una fuente distinta a a la dos que tradicionalmente han servido para fundar este capitalismo mediano en Cuba: las remesas y la conexión con el poder".
Por otra parte, agregó, "globaliza al emprendimiento y a las Pymes cubanos al permitirles operar en las plataformas online globales. En este sentido pone un sello de consolidación al capitalismo cubano al conectarlo con una de las bancas más privatizadas del mundo".
"Tiene, entre otros impactos positivos, uno geopolítico: mientras el modelo de la élite es oligárquico, y es por eso que favorece al típico modelo de compadrazgo ruso, esta facilitación a la estructura vital y futura de la economía cubana cubana, que estratégicamente tiende a la pequeña y mediana empresas basada en una economía de la inteligencia y de servicios, nos coloca en una lógica occidental, a favor de las garantías, la impersonalidad y las reglas del juego. La seguridad jurídica del sistema bancario estadounidense tendría un impacto ejemplar en la cultura empresarial cubana. Esto es fundamental de cara al futuro. Claro, esto es un proceso, pero es ciertamente fundamental para la autonomía de la dimensión económica en Cuba. Ello sin entrar en el valor añadido para la sociedad en general. Básicamente en el acceso a servicios de Internet hasta ahora prohibidos", sumó Morúa.
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