@pppenaloza
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CARACAS.- La oposición venezolana no tiene nada que celebrar. Es verdad que la reelección del presidente Nicolás Maduro este domingo 20 de mayo resultó empañada por una abstención récord de 52%. También es cierto que la mayoría de la comunidad internacional rechazó la votación por “fraudulenta” y ha comenzado a aplicar sanciones. Pero existe otro hecho incontrovertible: Maduro sigue despachando en el palacio de Miraflores.
La disidencia se levantó el lunes 21 igual que como se acostó la noche anterior, dividida, con un liderazgo cuestionado y sin una hoja de ruta clara. En principio, el mandatario chavista alcanzó su objetivo: ganar un proceso diseñado a su medida para extender su permanencia en el poder hasta 2025. Ahora, sus adversarios tienen que definir una estrategia para evitar la perpetuación de la revolución y despejar la ruta hacia el cambio.
El Frente Amplio Venezuela Libre, que agrupa a los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), organizaciones de la sociedad civil y antiguos militantes del oficialismo, se planteó como objetivo construir una “alianza superior”, abriendo de esta manera sus puertas al ex candidato presidencial, Henri Falcón, y la fundadora de Vente Venezuela, María Corina Machado.
“Queremos resaltar que la solución a esta grave crisis no es la convocatoria de un nuevo fraude con fecha diferente, sino salir de la dictadura y devolverle al pueblo su soberanía con verdaderas elecciones libres”, exponen los miembros del Frente Amplio, que rechazan la invitación a un nuevo proceso de diálogo lanzada por Maduro y apuntan que “la única negociación posible es aquella que tenga como objetivo facilitar una transición democrática para lograr una salida pacífica del poder y la salida de esta crisis”.
Proyecto país
En tono autocrítico, el exgobernador del estado Miranda, Henrique Capriles Radonski, publicó una carta en la que reconoce: “el país está agotado y la política no le está dando respuestas a las demandas más urgentes del pueblo”.
“La abstención debe leerse como algo que va más allá de la disciplina política: es necesario que empecemos a articular las respuestas de una manera contundente, entendiendo estos resultados como la manifestación de una enorme decepción, pero también como un peligroso caldo de cultivo para la antipolítica”, subraya Capriles Radonski, sugiriendo que la baja participación en el proceso del domingo (48%) no puede interpretarse directamente como un éxito de la MUD y quienes llamaron a no acudir a las urnas.
El líder de Primero Justicia propone “estructurar un Plan de Gobernabilidad Democrática” que permita a los ciudadanos “imaginar cada una de las acciones que emprenderemos para rescatar a Venezuela”. “Tenemos que reunificar la lucha y darle sentido. Vamos a preparar a nuestra militancia, a nuestros simpatizantes y a nosotros mismos para el momento en que seamos gobierno. Vamos a demostrar nuestra capacidad para planificar y para gobernar con firmeza y con justicia. Sólo así podremos recuperar nuestra fuerza y la esperanza de nuestra gente”, sostiene Capriles Radonski.
¿Otra vez?
Luego de achacar la culpa de su derrota a la abstención promovida por la MUD y a las irregularidades perpetradas por el gobierno, Falcón desconoció el proceso del domingo 20 de mayo y exigió “hacer nuevas elecciones en Venezuela”.
"Como se sabe, las elecciones presidenciales corresponde hacerlas en el mes de diciembre. Pues bien, pudieran hacerse elecciones en el mes de octubre y nosotros estamos dispuestos una vez más, coherentes como somos, a participar", indicó el dirigente de Avanzada Progresista, que ratificó su intención de medirse pero "sin ventajismos, sin chantaje, sin coacción, en el marco de la Constitución y de la ley".
En ese punto coincidirían la MUD y Falcón. La alianza demandaba suspender los comicios del 20 de mayo y llevarlos a cabo en el último trimestre del año con todas las garantías necesarias. El exgobernador larense prefirió competir, pero al final denunció las desviaciones de la votación y ahora pide realizar otra dentro de cinco meses.
En las antípodas se ubica Machado, quien da por absolutamente clausurada la vía electoral e insiste con presionar tanto en la calle como en el terreno diplomático hasta lograr la dimisión de Maduro.
“¿En serio? ¿‘Nuevas elecciones’? ¿Acaso esto no basta? Ni entienden qué es el régimen, ni escuchan al país. Venezuela habló claro: aquí lo que hay es que sacar al régimen con fuerza. La tenemos”, afirmó a través de su cuenta en Twitter.
Aunque la brecha entre la exdiputada y la MUD se ensancha cada vez más, ambos factores entienden que la actuación de la comunidad internacional, apuntalada por Estados Unidos, los 14 gobiernos de América que conforman el Grupo de Lima y la Unión Europea, es clave para avanzar en la lucha por la recuperación de la democracia.
"Los venezolanos reafirman con su conducta de hoy (domingo) que estamos claros y perfectamente alineados: desobedecemos y desacatamos esta parodia y reiteramos nuestro derecho a ejercer nuestra fuerza moral, institucional y de calle para rebelarnos contra la injusticia y exigir con firmeza que el régimen se vaya ya", resaltó en un comunicado Soy Venezuela, plataforma encabezada por Machado y el ex alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, actualmente en el exilio.
Más allá de sus discrepancias, los distintos caminos conducen a un punto: la Fuerza Armada Nacional (FAN). “Convocamos al grueso de la FAN a cumplir y hacer cumplir la Constitución”, expresó el Frente Amplio. Por su parte, Soy Venezuela señaló a los militares: “Es hora de que abran sus oídos y escuchen el claro mensaje que los ciudadanos les están enviando, y actúen en consecuencia. No pueden seguir manteniendo a un régimen que nadie quiere al frente del país. A partir de ahora no hay excusas para asumir con honor el claro mandato del pueblo”.