miércoles 21  de  mayo 2025
Perú

La renuncia de Pedro Pablo Kuczynski en Perú, una salida esperada

En las calles de Lima, a diferencia de las protestas suscitadas cuando indultó a Alberto Fujimori, no hubo manifestaciones, salvo algunas pancartas desplegadas en las principales avenidas de la capital peruana, donde se le exigía a Kuczynski que renunciara
Por ERNESTO TOVAR

La mañana de este miércoles en Perú estuvo signada por la incertidumbre sobre el destino de la presidencia de Pedro Pablo Kuczynski (PPK), una vez que incluso miembros de su partido político y colaboradores cercanos del Ejecutivo manifestaron públicamente –de una u otra manera– que debía renunciar para que hubiera una conveniente transición democrática.

La situación política de PPK era difícil de cara al debate parlamentario de este jueves, con una fuerte probabilidad de que fuese destituido por sus presuntos vínculos con Odebrecht.

Pero su presencia en el sillón presidencial se volvió insostenible tras los videos divulgados el martes por la oposición fujimorista en el Congreso, donde se veía al aliado de PPK, Kenji Fujimori, junto con otros colaboradores, negociando favores políticos a cambio de votos en el Congreso en favor del presidente.

Kuczynski, que este jueves dejará de ser presidente una vez que el Congreso sesione para aceptar formalmente su renuncia, no pensaba dimitir del cargo pese a la gravedad de las acusaciones, que aunadas a la corrupción de Odebrecht habían dinamitado su piso político llevándolo a una aprobación de apenas 15% entre los peruanos.

Pero a medida que avanzó el día, y según aumentaban las voces que ya desde el martes le pedían la renuncia, la intención de defenderse durante el juicio político del Congreso cambió a decidir renunciar, alegando que “no quiero ser un escollo para que haya la unidad y armonía que a mí me negaron”.

El hasta este jueves mandatario peruano tomó su decisión tras reunirse con su Consejo de Ministros a mitad de la mañana. Tras un par de horas en el cónclave, PPK grabó un mensaje televisivo de unos 10 minutos, flanqueado por su gabinete y con su primer ministro Mercedes Araoz a la vanguardia, donde leyó su carta de renuncia manifestando a los peruanos que ha sido víctima de una campaña de obstruccionismo desde la oposición en el Congreso (apuntando al fujimorista Fuerza Popular), la cual calificó como “artimañas de demolición” de su Gobierno, que duró 19 meses.

Lo que haya podido ventilarse en la reunión de gabinete aún se desconoce, pero algunas versiones apuntan a que sus propios ministros le manifestaron que, de no hacerse a un costado, presentarían la dimisión a sus cargos.

A esa hora, pasado el mediodía de este miércoles, algunas fuentes en el Congreso peruano calificaban como “secreto a voces” que anunciaría su renuncia. Y como tal, se recibió el anuncio de renuncia con inconformidad de parte de muchos congresistas que reclamaron la poca voluntad de PPK de reconocer sus errores, y la insistencia en atribuir a terceros sus culpas y eludir sus responsabilidades.

Finalmente el mensaje televisivo con la renuncia fue emitido solo después de que el mandatario salió del Palacio de Gobierno, del cual salió aplaudido por varios de los empleados de la sede del poder Ejecutivo, presumiblemente en dirección a su casa en el exclusivo distrito de San Isidro en Lima, donde había sido aumentada la protección policial durante la misma mañana.

Pero en las calles de Lima, a diferencia de las protestas suscitadas cuando PPK indultó a Alberto Fujimori, esta vez no hubo manifestaciones, salvo algunas pancartas desplegadas en las principales avenidas de la capital peruana, donde se le exigía a Kuczynski que renunciara.

El hastío de la opinión pública con el mandatario –con un rechazo de casi 80%– pero también con la mayoría de la clase política, a la que percibe como corrupta, se ha traducido en cierta indiferencia ante el fin del Gobierno de Kuczynski, que se esperaba ocurriera en diciembre ante el primer intento de destitución del parte del Congreso, y que apenas salvó con un pacto con el congresista Kenji Fujimori, que se saldó con el mencionado perdón a Alberto Fujimori.

El mejor resumen del final del gobierno de PPK lo hizo su propio exministro de Interior, Carlos Basombrío: “el presidente debió renunciar (en diciembre de 2017) por el bien del país. No lo hizo y terminó enredado en prácticas inaceptables para prolongar su inevitable agonía”.

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