jueves 28  de  marzo 2024
CUBA

Liberan a Jorge Enrique Rodríguez: "Salí por los amigos que hicieron la campaña"

Aunque el régimen lo dejó ir, su futuro aún es incierto porque debe ir a firmar ante el que lleva los procesos en la estación de policía de Zanja
Por CUBANET

“Todo empezó por una bronca en la esquina de Maloja y Manrique, aquí mismo en la esquina de la casa”, cuenta a CubaNet el periodista de Diario de Cuba y corresponsal de ABC, Jorge Enrique Rodríguez, liberado este viernes tras permanecer seis días detenido en el centro de procesamiento penal Vivac, en La Habana.

“Unos muchachos fajados a los que la policía no supo apartar y les aplicaron sus ejercicios de fuerza, desmayaron a golpes a uno mientras estaba esposado y yo filmando el mal procedimiento policial. Cuando la gente vio eso empezó a gritar. Ya yo estaba dentro de la patrulla cuando empezaron a tirar piedras y aquello se puso feo”.

Se los llevaron a tres: dos de los implicados y al periodista.

“Cuando mi casera me ve esposado, me pregunta: ‘¿qué hago?’ Le dije que nada porque suponía que iba para la estación de policía de Zanja”, donde pasó las primeras 24 horas. Sin embargo, dos horas después de haber llegado descubrió que tenía cargos en su contra y que aumentaban aceleradamente.

“Primero me querían acusar de desacato, después de atentado, resistencia al arresto y daños por los golpes a la perseguidora”, asegura Jorge Enrique a CubaNet.

“La instructora llegó a decirme que estaba detenido porque estaba gritando ‘esbirros’ y ‘maten a todos los policías’. Y ahí es cuando les digo que me planto, que ese no es mi perfil, que soy periodista independiente, opositor pacífico y que mi conversación con ellos había acabado”.

Jorge Enrique comenzó a exigir ver a la Seguridad del Estado, a quienes suponía detrás de las acusaciones, pero fue trasladado para el Vivac. En Zanja solo firmó el Acta de Detención para que constara que había estado ahí y la declaración que decía: “Yo salí a filmar y no quise darle el teléfono a la policía”. No obstante, el móvil se desapareció en medio del arresto.

Estando en el centro de procesamiento, aunque lo mantuvieron incomunicado para la familia, la policía política lo visitó en dos ocasiones.

“Me va a ver el de la Seguridad (del Estado), un tal Alexander, y me empieza a decir que había una campaña allá afuera, pero no me dice qué magnitud tiene. Hoy al mediodía me vuelve a ver esa gente para decirme: ‘coño compadre, la gente de la campaña presentó un Habeas Corpus y no creo que había que llegar hasta ahí’.”

A Jorge Enrique le anunciaron que lo dejarían ir, pero su futuro aún es incierto porque debe ir a firmar ante el que lleva los procesos en la estación de policía de Zanja, lo que supone que sea un cambio de medida o a testificar por la golpiza que recibiera otro de los detenidos junto a él.

“De aquí vas a salir sin ningún problema”, recuerda que le dijo el agente de la Seguridad. “Si acaso te vas con una multa, contra ti no hay nada”. No obstante, intentaron imponer sus condiciones como la de “frenar la campaña” a lo que Jorge respondió que eso no estaba en sus manos y que no se limitaría en dar entrevistas y narrar lo que pasó.

Jorge Enrique salió del Vivac con dos certezas. La primera es que “la policía está mintiendo abiertamente para incriminar a cualquiera, por lo que ahora creo menos en la versión que se dio del muchacho de Guanabacoa”. Y la segunda: “salí por los amigos que hicieron la campaña”.

“Y se los dije. ¿De qué se trata? De que ustedes pueden dar crédito oficial a un perfil como el del Guerrero Cubano que sabemos que es estatal, pero que no da la cara, mientras nos acusan a nosotros de mentirosos y pagados por el enemigo. Ustedes están embarcados mientras la Agencia Cubana de Noticias siga dando esos perfiles como si fuera la página web del MININT”.

Jorge Enrique está convencido de que ser negro influyó en la severidad con que quisieron aplicarle la ley. “Te digo que el 96% de los que estábamos arrestados allí éramos negros. Lo digo sin miedo a equivocarme”, y describe un panorama como aterrador.

“En el momento que llegamos al Vivac se iban Kende y la pobre presidenta del comité que le dijo que hiciera el video. Lo lograron por la presión en las redes también”. Pero el resto, los que no tienen influencia son a los que “les están echando hasta un año de privación de libertad por cogerlos dos veces seguidas sin nasobuco, pero si tienen antecedentes penales, con la primera vez basta. A los que una multa administrativa les pasa a constar como antecedente penal. Pero la peor parte se la llevan las personas mayores. Te estoy hablando de uno de ochenta años y otro con una bolsa de hernia entre las piernas, evidentemente enfermo”.

También vio lo que considera un logro de las feministas y los grupos de mujeres que están ejerciendo presión para que se apruebe una ley integral contra la violencia. “Había muchos hombres protestando porque estaban siendo acusados por amenazar a mujeres y la pena que les pedían iba en dependencia de si ellas retiraban o insistían en sus denuncias o no”, afirma.

“Pero a modo general creo que es lo mismo de siempre. Los negros pobres, el gobierno pinchando para meterlos presos construyendo cargos en medio de la histeria gubernamental agravada por la COVID-19. Al final creo que no pueden con tantas presiones”.

Después de una semana de incertidumbre, Jorge Enrique Rodríguez sigue con la necesidad de contar historias que pongan en jaque a una dictadura despiadada.

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