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jueves 3
de
octubre 2024
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@danielcastrope
MIAMI.- El vigésimo cuarto aniversario del hundimiento del remolcador 13 de Marzo se conmemora este 13 de julio con dos nuevos componentes. Primero, la creación de un expediente que la Comisión Justicia Cuba presentará ante un tribunal internacional y, segundo, la publicación de un libro editado en inglés en el que se recogen testimonios fidedignos de víctimas y familiares de las 37 personas fallecidas como consecuencia del penoso hecho.
La Comisión Justicia Cuba, que nació por iniciativa del Directorio Democrático Cubano en marzo de 2017 como un organismo integrado por activistas de derechos humanos de más de 10 países para fiscalizar los delitos de lesa humanidad del castrismo, logró configurar un cúmulo de pruebas que en este caso permiten establecer la participación “con alevosía” de agentes de la dictadura.
Durante las tres audiencias realizadas por este organismo multinacional, en Miami, Washington y Lima, los miembros de la comisión han recabado “suficientes pruebas” para incriminar a los hermanos Fidel y Raúl Castro como autores intelectuales del hecho ocurrido a siete millas del malecón habanero durante la madrugada del miércoles 13 de julio de 1994.
En ese “brutal suceso”, tres navíos bajo las órdenes del régimen castrista, a fuerza de chorros de agua y bandazos, hundieron la embarcación donde viajaba un elevado número de personas “con el único propósito de encontrar caminos de libertad”.
La versión oficial del régimen cubano indica que el hundimiento del remolcador fue un “accidente”, en contraposición al testimonio de supervivientes y familiares de las víctimas que no dudan en calificar el evento de “masacre” provocada por los remolcadores “Polargo 2” y “Polargo 5”.
Uno de los testimonios que ha sido anexado al expediente fue entregado por el escritor y poeta Jorge García, autor del libro “El hundimiento del remolcador 13 de marzo”, que pronto saldrá al mercado en su cuarta edición, esta vez en inglés. García perdió a 14 familiares en esa tragedia de la que, según sus propias palabras, aún no ha logrado reponerse.
De acuerdo con el relato de García, “el balance de víctimas es alto, más notorio aun cuando se trata de niños y mujeres inocentes: 37 cubanos ahogados, entre las edades de cinco meses de nacido y 52 años. La actuación despiadada de estas bestias con ropaje castrense, los lleva a disparar chorros de agua a presión sobre los cuerpos de los niños que piden clemencia y viajan abrazados a sus madres desde la cubierta del barco”.
Y añade: “Como si esto fuera poco y para seguir saciando su gula de espantos, ponen oídos sordos [los agentes de la dictadura] a las súplicas, arremeten sus moles de hierro contra la indefensa embarcación y la hunden.
“No conformes todavía implementan nuevos abusos con sus máquinas de muerte. Ahora comienzan a dar giros para crear un torbellino que se trague a las pocas personas vivas que quedan sueltas en la superficie del mar, muchas de las cuales, sin saber nadar, buscan desesperadamente algo donde aferrarse para no perecer ahogados”.
De acuerdo con René Bolio, presidente de la Comisión Justicia Cuba, el expediente de este caso, y al menos los de otros dos, serán sometidos a la justicia internacional en una corte que aún está por decidirse. “Ya hay suficientes pruebas”, dijo el jurista desde México.
Entretanto, Iván Prieto, sobrino del escritor del libro, que financió la publicación en lengua inglesa y es sobreviviente del hecho, es el autor de otro de los testimonios que respaldan el compendio de pruebas en contra de la dictadura de los hermanos Castro, de quienes solo sobrevive el también exmandatario Raúl Castro.
Prieto, quien todavía no sabe cómo logró salvarse de una muerte inminente, recuerda que en ese momento tenía 27 años y que uno de los “Polargos” los embistió por la popa, cuyo impacto causó el hundimiento del remolcador “en pocos segundos”.
Este cubano, que hoy vive en Miami, como muchos que han salido de la isla por razones políticas o de estrechez económica, afirma que, sin saberlo, se mantuvo a flote apoyado en el cuerpo de una mujer.
"Yo pensaba que era una balsa, pero cuando pasan las luces de los reflectores de los remolcadores me di cuenta que era una señora, con un pullover de rayas blancas y rojas; estaba muerta. Lo que estaba tocando era su estómago", aseguró.
El libro
Para Jorge García, su libro en inglés “The sinking of the tugboat 13 de Marzo” está dirigido “a la comunidad anglosajona de los Estados Unidos de Norteamérica y a otros lectores en diferentes latitudes del planeta” que no conocen detalles del hecho que permanece en la impunidad.
El texto, que está antecedido por otras tres ediciones en español, se encuentra en proceso de revisión y traducción a cargo de una especialista en el tema, en Ecuador. “Escribir en inglés implica usar menos metáforas porque al público americano le gustan más las frases planas”, argumentó García.
“Nosotros llevamos muchos años queriendo mostrarle al mundo lo que pasó en Cuba tras el hundimiento del remolcador; ya hay bastante conciencia sobre esta tragedia, pero ahora queremos llegarles a otras personas que hablan en inglés para que puedan tener certeza del régimen criminal que existe y ha existido en Cuba”, acotó.
El acto de lanzamiento del libro aún no tiene fecha ni lugar. Sin embargo, el autor espera que sea en agosto o septiembre cuando estén listos para salir al mercado los 1.000 ejemplares de esta nueva edición.
Una de las novedades del texto en inglés es la inclusión de un capítulo en el que se ilustra al lector sobre la labor de la Comisión Justicia Cuba, que además de esclarecer algunos factores que influyeron en el siniestro del remolcador, está documentando sucesos como el derribamiento de las dos avionetas de la organización Hermanos al Rescate, en 1996, acción en la que fallecieron los pilotos Armando Alejandre, Carlos Costa, Mario de la Peña y Pablo Morales.
“Mi meta es que el libro también pueda ser traducido a otros idiomas para que todo el mundo conozca este acto criminal, que dejó muchos cuerpos inocentes que hoy yacen en el fondo del mar”, aseveró García.
Una noche que pocos olvidan
El remolcador 13 de Marzo era una embarcación que había sido abordada por personas que pretendían huir de Cuba, y que fue hundida por orden de las autoridades de la isla, en 1994, con un saldo de 37 muertos.
Según algunos registros, un grupo de cubanos pretendía salir de Cuba clandestinamente hacia Estados Unidos, y se pusieron de acuerdo con Raúl Muñoz, excapitán del remolcador. El plan también fue impulsado por el jefe de Operaciones del puerto de La Habana, Fidencio Ramel Prieto, quien falleció más tarde.
Tras otros tres frustrados intentos de huir, en la noche del 13 de julio de 1994 el grupo logró abordar la nave, en la que salió del puerto a las 2 de la mañana. Algunos indicios dejan entrever que alguien puso en conocimiento de la Seguridad del Estado del Ministerio del Interior cubano el plan de fuga.
Los testimonios señalan que al pasar cerca de la Fortaleza del Morro, se apareció un remolcador Polargo que comenzó a atacarlos con chorros de agua producidos por mangueras de alta presión. La gente que estaba en el Malecón de La Habana comenzó a gritar al ver la escena de agresión, según refieren los relatos.
Asimismo, de acuerdo con algunas versiones, las mujeres y los niños que iban a bordo del "13 de Marzo" subieron a cubierta con el propósito de que los tripulantes del Polargo los vieran y desistieran de la agresión, pero todo indica que fue en vano.
Según algunos sobrevivientes, la fuerza del agua era tanta que arrancaba a los niños de los brazos de sus padres. El Polargo, además, embistió al remolcador con el fin de hundirlo.
Minutos más tarde, la embarcación logró salir de la bahía habanera, pero enseguida se toparía con otros dos remolcadores Polargo, que se unieron para emboscar a quienes pretendían abandonar la isla. Varias lanchas patrulleras de las “tropas guardafronteras” se mantuvieron a mayor distancia.
Luego de ser averiado, el remolcador se detuvo a siete millas de la costa, mientras sus pasajeros gritaban a los perseguidores que se rendían, que estaban dispuestos a regresar y que tuvieran piedad de ellos, pero los ruegos no fueron tenidos en cuenta.
Los perseguidores continuaron las embestidas, y fue así como uno de los Polargo del régimen consiguió quebrar la estructura del "13 de Marzo", que comenzó a hundirse por la popa. Unas 30 personas quedaron atrapadas en sus bodegas, al tiempo que el resto se aferraba a la cubierta. El remolcador se hundió con 68 personas a bordo.
Según testimonios, algunos sobrevivientes se aferraban a objetos flotantes, pero los tripulantes de los remolcadores al servicio del régimen castrista les negaron auxilio, y en su lugar navegaban en círculo a su alrededor, causando olas y remolinos en los que se ahogaban los náufragos.