ESPECIAL
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CIUDAD DE MÉXICO.- En una semana, 89 millones de mexicanos habilitados para votar decidirán el destino de esa nación. Los electores escogerán un jefe de Gobierno, 500 diputados y 128 senadores para el Parlamento junto a ocho gobernadores y un jefe de Gobierno para la Ciudad de México (CDMX), más de 900 diputados regionales, 1597 ayuntamientos, 184 juntas municipales en Campeche y CDMX, y 16 alcaldías en la capital mexicana.
La gran cantidad de cargos en juego estarán eclipsados sin duda por la elección presidencial. Andrés Manuel López Obrador de la coalición ‘Juntos haremos historia’ (Morena, PT y PES) es el gran favorito y prácticamente todos los estudios de opinión le otorgan una ventaja importante y cómoda para obtener el máximo cargo. En este, su tercer intento para el cargo, su candidatura se sustenta en el hastío de los ciudadanos por los casos de corrupción, una inseguridad en alza, sobre todo por las luchas entre grupos del narcotráfico, que cada día se hace más patente en las capitales de estado y que mantiene tomada las poblaciones del interior del país; y unos índices de pobreza que se contraponen con las cifras de mejora económica que exhibe el Gobierno del presidente saliente Enrique Peña Nieto.
Las opciones de Ricardo Anaya (PAN, PRD y Movimiento Ciudadano) y José Antonio Meade (PRI, PVEM y Panal) nunca pudieron levantar entusiasmo según reflejaron los estudios de opinión y muchos de sus actos públicos no mostraron la pasión que esperaban sus comandos de campaña según admitían puertas adentro.
Para el escritor y articulista venezolano Alberto Barrera Tyszka, radicado en México desde hace 10 años, el próximo presidente recibirá un país “Dividido, polarizado entre la esperanza y el miedo, que sigue sin superar sus grandes problemas de desigualdad, pobreza, violencia e impunidad... Un país que, aparte de vivir desde hace mucho en permanente tensión con el crimen organizado, debe ahora lidiar también con la tensión internacional de tener como vecino a Donald Trump”.
De acuerdo con el último informe del organismo autónomo Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social la pobreza en México aumentó en los últimos ocho años. Al definir la pobreza como la carencia social de uno de los siguientes indicadores: rezago educativo, acceso a servicios de salud, seguridad social, calidad y espacio de la vivienda, servicios básicos en la vivienda y acceso a la alimentación, e ingreso suficiente para bienes y servicios; el informe destacó que el número de personas en esta condición aumentó de 49,5 millones en 2018 a 53,4 millones en 2016. El estudio se dio a conocer en marzo de este año.
No obstante, en el caso de la pobreza extrema, que se define como la carencia de tres los indicadores mencionadas anteriormente, disminuyó en 2,9 millones de personas. De acuerdo al organismo, esta reducción se debió a las estrategias y programas sociales focalizados.
El área educativa los índices tampoco son optimistas. De acuerdo con la Encuesta Intercensal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo 31,5% de los jóvenes con edades entre los 18 y 24 años acude al sistema de educación formal y 29% de la población cuenta con un nivel educativo igual o superior al bachillerato. El organismo estima la población del país en 119.530.753 personas.
En materia de inseguridad 2017 fue el año más violento según el registro estadístico de Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. El año pasado se suscitaron 29.168 homicidios mientras que en 2016 se registraron 22.962 casos. En lo que va de 2018 este índice no parece que vaya a mejorar pues se han registrado 13.298 homicidios en los primeros cinco meses.
Eduardo Sánchez, cerrajero de profesión, coincide en que la violencia es el principal problema en el México actual. “No creo que cambien muchos las cosas con el nuevo presidente. En Lagunillas, donde yo vivo, uno está asustado cuando tomas el camión o sales a la calle. A mí no me ha pasado nada, pero el narcotráfico se disputa territorios aunque las autoridades no lo admitan. No creo mucho en encuestas, me preocupa los cambios que puede hacer López Obrador en materia educativa”.
Donde México exhibe resultados más aceptable es en área macroeconómica pues, por ejemplo, ha mantenido en cifras de un sólo dígito la inflación (6,77%) en 2017. No obstante, es la cifra más alta registrada en el país desde el 2000 cuando en el último año del Gobierno de Ernesto Zedillo se alcanzó 8,96%. El desempleo se ubica en un bajo 3.4% pero la informalidad rebaja esta buena calificación al registrarse 55% de empleos no formales.
Relación peligrosa
Salvador García, analista político de reconocida trayectoria, comentarista de TV Azteca y columnista en El Universal de México, advierte que la relación con EEUU cambió de facto con el triunfo de Donald Trump en 2016. “En esta elección también se decide es la manera en que se encarará esta relación. Con AMLO será más áspera. The Washington Post ya vaticinaba esta semana que al ser políticos más o menos parecidos con políticas proteccionistas y populistas, sería una relación difícil. Con Anaya y Meade será una política más tolerante y parecida a la línea que viene siguiendo el Gobierno de Peña Nieto”.
No obstante, García advierte que López Obrador será práctico en caso de ratificarse su triunfo. “Una cosa será su discurso y luego lo que se negocie en privado. Creo que en el tema diplomático y en general en que su política será proteccionista y muy de discurso pero no llegará a un tipo de Gobierno como el radicalismo en Venezuela o en Cuba”
Por su parte, ante el más que probable triunfo de López Obrador, Barrera Tyszka concluye: “Lo primero que tendrá que hacer es mostrarse con mayor claridad. AMLO ha llenado al país de expectativas. Hay mucha esperanza pero también mucho temor. Ambas cosas, a la larga, pueden ser negativas. Tiene que generar confianza, estabilidad, capacidad de negociación... Sino puede generar también frustración en una mayoría del país que ansía un cambio”.
Encuestas apuntan al triunfo de AMLO