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MIAMI.- En coincidencia con el 7mo aniversario de la muerte de los opositores cubanos Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero, el 22 de julio fue declarado en el condado Miami-Dade como Día de los Mártires por la Democracia en Las Américas.
La iniciativa es de los comisionados condales Esteban Bovo, del distrito 13 y Daniella Levine-Cava del distrito 8, que inspirada en las oscuras circunstancias en las que fallecieron estos dos opositores al régimen castrista, busca rendir homenaje también a todos los que han perdido sus vidas a manos de quienes sostienen la represión en países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, en los que imperan gobiernos dictatoriales.
Al cumplirse siete años de la trágica muerte Payá y Cepero, como en toda conmemoración luctuosa, no faltaron las lágrimas y los abrazos de resignación. Tampoco, en un caso sombrío como éste, las voces que siguen reclamando justicia frente a un hecho que muestra serios indicios de haber sido un crimen para asestarle otro duro golpe a las fuerzas opositoras en la isla.
Una de las misas de recordación a los dos activistas, realizadas en Miami, tuvo lugar en el santuario Ermita de la Caridad. Tanto Rosa María Payá, hija de Oswaldo Payá, como su viuda, Ofelia Acevedo, insistieron en que no se trató de un “accidente”, como por años lo ha venido sosteniendo la dictadura que impera en la isla, sino que el fatal desenlace de estas dos personas desafectas de la dictadura fue producto de un “asesinato premeditado y orquestado por la Seguridad del Estado”.
Los relatos de protagonistas y testigos del hecho ocurrido en el oriente cubano el 22 de julio de 2012 dan cuenta de que el automóvil que conducía el político español Ángel Carromero, y en el que viajaban Oswaldo Payá, Harold Cepero y el nacional sueco Jens Aron Modig, habría sido embestido por otro vehículo hasta obligarlo a salirse de la vía. El Gobierno comunista aduce que el “exceso de velocidad” causó el penoso incidente.
Sin embargo, en 2015 la organización Human Rights Foundation difundió un informe que revela que las “evidencias disponibles” apuntarían a que se trató de un “incidente provocado y no de un accidente”, al tiempo que la institución denunció que el esclarecimiento de los hechos ha sido “impedido” por el régimen castrista.
Rosa María Payá ha sido enfática al señalar que “nadie puede dudar de que este es un crimen por el que todavía no hay justicia, como tampoco la hay para todos los caídos por el régimen castrista desde los fusilados en La Cabaña [que dirigía Ernesto "Che" Guevara] hasta el capitán [Rafael Acosta] Arévalo, en Venezuela [muerto después de ser severamente torturado mientras estaba encarcelado]”.
En otro servicio católico para honrar las memorias de Payá y Cepero, que se realizó en la iglesia Saint Benedict, en Hialeah, el sacerdote Gil Miguel de la Isola dijo que los dos opositores “lucharon por el proyecto de una Cuba que soñamos todos, y su sangre ha regado corazones cubanos”, según recoge la Agencia Católica de Informaciones (ACI Prensa).
“Oswaldo [Payá] siempre luchó por tener y dar de sí a su familia, a sus amistades y a todos los que le conocieron, un proyecto diferente para Cuba; esa Cuba que soñamos todos; una Cuba que, abierta al mundo, pueda participar también, para sus hijos, de los valores humanos y cristianos”, apuntó el prelado.
Pruebas del crimen
Oswaldo Payá Sardiñas fue el fundador del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), una organización opositora desde la que el detractor del régimen castrista lideró diferentes proyectos y campañas para democratizar a la sociedad cubana por la vía pacífica, amparado en lo que legislaba la propia constitución cubana. Harold Cepero era uno de los militantes más activos de ese movimiento.
Sobre el hecho, que también el MCL califica como un “crimen”, la organización dio a conocer en su momento algunos mensajes de texto del español Ángel Carromero, enviados cuando conducía el automóvil, en los que básicamente alertaba sobre un vehículo que los seguía y estaba embistiéndolos. Más tarde, el sueco Jens Aron Modig confirmó el envío de los mensajes.
Tiempo después, Carromero afirmó que ninguno de los opositores cubanos murió al momento de ocurrir el accidente. Según sus propias palabras, “nos sacaron de la carretera y se deshicieron de los dos disidentes cubanos; por eso los europeos estamos ilesos”. De hecho, siete años después, la familia de Oswaldo Payá hasta el momento no ha recibido los resultados de la necropsia.
Eduardo Cardet, actual líder del MCL y Carlos Payá, representante del MCL en España, dijeron en una declaración conjunta que “a siete años del asesinato de Payá y Cepero” seguirán insistiendo en que se realice “una investigación independiente que aclare esos hechos, a pesar de que, por intereses o complicidad, la comunidad internacional y en especial el Gobierno de España dio por buena la versión del régimen”.
En ese sentido, el MCL realiza una campaña de recolección de firmas en línea y en persona, dentro de la isla, para exigirle a la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, una investigación, a fin de aclarar por completo la muerte de los dos opositores. A través de su cuenta en Facebook, Carlos Payá pidió al secretario general de la OEA, Luis Almagro, respaldar esa solicitud.
Oswaldo Payá fue galardonado con el Premio Sájarov en 2002. El opositor adquirió renombre por ser el autor del denominado Proyecto Varela, una propuesta que se orientaba a alcanzar reformas políticas en la isla que permitieran mayores libertades individuales para los cubanos.
Por los mártires de la democracia
Entretanto, Rosa María Payá, cabeza visible del proyecto Cuba Decide, “una iniciativa ciudadana para cambiar el sistema político y económico en Cuba, provocando un proceso pacífico de transición hacia la democracia”, estimó que el nuevo aniversario de la muerte de su padre y de Harold Cepero debe ser motivo para rendir un homenaje a “todas las víctimas del comunismo en América Latina”.
“Este es un día para honrar a los nuevos mártires de la democracia”, sostuvo la opositora en la Ermita de la Caridad, en Miami.
En un comunicado de prensa, la organización que dirige Payá resaltó que “en los casos dramáticos de Venezuela y Nicaragua, varios medios de comunicación, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales como la secretaría general de la OEA han expuesto y denunciado la participación de agentes al servicio de la dictadura militar de corte comunista en la represión contra esos países hermanos”.
Y enfatizó: “A partir de la llegada al poder de regímenes aliados del castrismo en Venezuela, Nicaragua y Bolivia, estas naciones han sufrido la pérdida de vidas humanas por causa de la represión ejercida desde el Estado”.
Según cifras de Cuba Decide, en el 7mo aniversario de la muerte de Payá y Cepero han sido recordados “los 7.730 asesinados en Cuba desde 1959, los 86 asesinados en Bolivia desde 2006, los 593 asesinados en Nicaragua desde el 2018 y los más de 6.856 asesinados en Venezuela desde 1999”.