MANAGUA.- El régimen de Nicaragua guarda un llamativo silencio ante los miles de migrantes, impulsados por la búsqueda de mejores condiciones de vida y oportunidades, que han cruzado ese país en su camino hacia Estados Unidos.
En 2023, más de 400.000 migrantes han llegado a Honduras desde Nicaragua, más del doble en comparación con el año anterior
MANAGUA.- El régimen de Nicaragua guarda un llamativo silencio ante los miles de migrantes, impulsados por la búsqueda de mejores condiciones de vida y oportunidades, que han cruzado ese país en su camino hacia Estados Unidos.
En 2023, más de 400.000 migrantes han llegado a Honduras desde Nicaragua, más del doble en comparación con el año anterior. El mismo número de viajeros ha ingresado a Panamá desde Colombia, enfrentando la desafiante travesía por la Selva del Darién.
Mientras otros países vecinos han anunciado refuerzos en seguridad fronteriza y han destinado recursos, como establecer campamentos para recibir a los migrantes e implementar líneas especiales de autobuses para trasladarlos de una frontera a otra, el régimen de Ortega no ha tomado medidas oficiales ante este flujo migratorio. Panamá y Costa Rica han establecido.
A medida que los migrantes que cruzaron a pie la Selva del Darién en la frontera entre Colombia y Panamá se suman a la oleada de migrantes en América Central, la incógnita persiste sobre el número exacto de nicaragüenses que están emigrando.
La situación económica y política en Nicaragua agudiza la migración de sus ciudadanos, muchos de los cuales buscan un futuro más prometedor en Estados Unidos. Desde las protestas reprimidas en 2018 y la posterior crisis económica, el éxodo de nicaragüenses ha ido en aumento, dirigiéndose principalmente hacia el norte en busca de oportunidades.
A pesar de que no se dispone de cifras precisas sobre la cantidad exacta de migrantes que están abandonando Nicaragua, las remesas enviadas desde el exterior están en constante crecimiento. Entre enero y agosto de este año, las remesas alcanzaron los 3.033,7 millones de dólares, representando un aumento del 54% en comparación con el mismo período del año anterior, según el Banco Central de Nicaragua.
Mientras tanto, los migrantes continúan atravesando Nicaragua en autobuses y enfrentando desafíos en su ruta hacia Estados Unidos.
El silencio oficial del régimen nicaragüense plantea interrogantes sobre el rol del país en esta compleja crisis migratoria regional, y cómo está afectando a aquellos que buscan un futuro más prometedor lejos de sus hogares.
FUENTE: Con información de AFP