MANAGUA.- En Nicaragua, una protesta de ancianos contra la reforma que impulsó el régimen sandinista de Daniel Ortega al sistema de seguridad social, 18 de abril de 2018, desencadenó sucesivas manifestaciones ciudadanas que la policía estatal reprimió y dejó más de 350 muertos y miles de heridos, en una muestra de violencia no vista desde los años 80.
Ese histórico día del cual se cumplen este jueves seis años, fue registrado como uno de los más violentos en la historia reciente del país centroamericano, y que se ha prolongado hasta la fecha.
Nicaragua quedó marcada por la llamada 'operación limpieza' con la cual Ortega, dos meses después, desmontó focos de resistencia, profundizó la persecución, impuso restricciones a las libertades y violencia estatal contra los opositores a lo largo del país. Uno de las ciudades más golpeadas fue Masaya. “Muchos de los ciudadanos asesinados cayeron mientras defendían las barricadas en sus barrios”, según los reportes.
La represión
Las protestas que iniciaron ese día “no fueron producto de acontecimientos aislados sino de años de procesos institucionales y prácticas estatales que fueron coartando la expresión ciudadana, cerrando espacios, cooptando instituciones públicas y concentrando el poder en la figura presidencial compuesta por Ortega y (Rosario) Murillo”, señaló en 2020 un informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, citado por medios y del cual se eliminaron los registros.
El ejercicio totalitario impulsó una emigración inédita de más de 100.000 personas por razones políticas o económicas, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, que en su informe sobre Centroamérica destaca que en Nicaragua “la inestabilidad política sigue detonando desplazamientos a gran escala”.
Ortega, jefe del partido izquierdista Frente Sandinista de Liberación Nacional, lleva 19 ininterrumpidos en el poder del país centroamericano desde 2006, cuando ganó las elecciones presidenciales por primera vez. Desde entonces, ha resultado “reelegido” en comicios “manipulados” cada cinco años.
Una historia que se repite
A seis años de aquella fecha, es oportuno recordar dos eventos particulares ocurridos en Nicaragua .
Después del 18 de abril de 2018, las cárceles de Nicaragua se llenaron de manifestantes y opositores detenidos. En los tribunales penales se enjuiciaron a adversarios de Ortega por terrorismo, crimen organizado, y asesinato, entre otros delitos graves, según medios internacionales.
“Hasta 700 presos políticos se contabilizaron en aquellos tiempos posteriores a las protestas y su liberación fue y ha sido la principal demanda en los periodos de negociación entre gobierno y oposición” se indica, pero en la actualidad no hay certeza de cifras oficiales.
Además, en mayo de 2018 el régimen de Ortega inició negociaciones con la oposición, pero luego dijo que la “ruta planteada por la disidencia” sobre reformas electorales pretendían "derrocar su gobierno por un golpe de Estado”.
La especie oficialista del supuesto golpe de Estado la sostuvo Ortega durante meses en foros internacionales, y acusó a agencias de cooperación americana de financiar el “plan golpista”, en el que que involucró a la Iglesia católica que intentaba mediar en el conflicto.
FUENTE: Con información de France24, Divergentes, ACNUR