MANAGUA.- La Oficina de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos expresa sus crecientes preocupaciones sobre las medidas adoptadas en Nicaragua para silenciar a la disidencia. Durante el mes de mayo, se han registrado al menos 63 detenciones arbitrarias, junto con acciones dirigidas contra líderes y organizaciones vinculadas a la Iglesia Católica.
La portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Marta Hurtado, hizo un llamado al cese de esta represión y a la liberación inmediata de todos los presos políticos, así como a la reapertura de los medios y organizaciones cerrados desde las protestas de 2018. Desde mediados de 2022, más de 3,200 organizaciones han sido ilegalizadas en el país.
La ONU considera que cualquier solución debe basarse en el diálogo, la rendición de cuentas y las reformas institucionales y legislativas que restauren el Estado de Derecho. Estas hipótesis han sido rechazadas por el régimen de Daniel Ortega. Naciones Unidas ofrece su apoyo y solicita acceso al país, lo cual sería un paso importante para colaborar en la resolución de la situación.
La organización cita varios ejemplos de presuntos abusos, como el caso en el que 55 personas fueron acusadas en una sola noche de conspirar contra la integridad nacional y difundir noticias falsas. Estos cargos parecen ser utilizados para silenciar las críticas, y ninguna de las personas acusadas tuvo la oportunidad de elegir a su abogado.
Durante los últimos años, uno de los principales focos de represión ha estado dirigido hacia la Iglesia. Esta semana, tres monjas fueron expulsadas de Nicaragua y otras tres permanecen recluidas en su convento. Uno de los casos más simbólicos es el del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien cumple una condena de 26 años de cárcel y se encuentra recluido sin recibir visitas y sin las adecuadas medidas de higiene o saneamiento, según informa la ONU.
Hurtado recuerda que el régimen nicaragüense ha acusado a la Iglesia de ser una organización internacional que respalda lo que ellos califican como "terrorismo" y la desestabilización del país. La Iglesia desempeñó un papel clave en las protestas de 2018, consideradas como el punto de inflexión de la actual escalada represiva.
La Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos reiteró su llamado al régimen de Nicaragua para que ponga fin a la represión, libere a los presos políticos y tome medidas concretas para restaurar el Estado de Derecho y garantizar el respeto a los derechos humanos en el país.
FUENTE: Con información de AFP