SAN JOSÉ.- El proceso electoral ficticio en Nicaragua, mediante el cual Daniel Ortega se reeligió por segunda vez consecutiva y además su mujer, Rosario Murillo, salió electa como vicepresidenta, prácticamente ha culminado tras el último reporte del conteo de votos suministrado por el Consejo Supremo Electoral (CSE), poder del estado controlado por el actual mandatario y su partido.
Según el CSE, tras el 99.8% de las juntas receptoras de votos escrutadas, las que equivalen a 14,542 de 14,581 que funcionaron ayer; Ortega y su Frente Sandinista de Liberación Nacional obtuvieron el 72.5% de los votos.
Le sigue Maximino Rodríguez, candidato del Partido Liberal Constitucionalista (PLC, dominado por Arnoldo Alemán, expresidente que enfrentó juicios por corrupción) con el 15% de los votos.
El Partido Liberal Independiente (PLI), Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), Partido Conservador (PC) y Alianza Por la República (APRE), obtuvieron el 4.5%, 4.3%, 2.3% y 1.4%, respectivamente.
Con esos resultados, Ortega obtiene el 10% más que en las últimas elecciones nacionales de 2011, cuando obtuvo 62 por ciento.
Según el magistrado presidente del CSE y delfín de Ortega en ese poder del Estado, Roberto Rivas, en la ficticia jornada de ayer votaron 2 millones 784.045 personas.
Aunque los Centros de Votación lucieron con escasa concurrencia en todo el país, el CSE reveló una participación del 68.2 por ciento y una abstención de 31.8 por ciento.
En su primer informe preliminar, Rivas negó la baja participación ciudadana en los Centros de Votación y en cambio dijo que “fue una campaña de alto nivel de participación y de civismo”.
“Abstención triunfó”, dicen opositores
Como era de esperarse, la verdadera oposición a Ortega que fue excluida por él mismo de la actual contienda electoral, desconoció los resultados oficiales del CSE y sigue manteniendo que la abstención fue superior al 70%.
“Los datos no son ciertos, no tienen credibilidad, las urnas (ayer) estuvieron vacías, no pudo acudir un votante cada 55 segundos a un centro de votación, eso no se vio ayer. En general la abstención anda alrededor del 70%”, dijo Luis Callejas, excandidato presidencial de la excluida Coalición Nacional por la Democracia (CND, derecha).
Al menos tres agrupaciones políticas que participaron en la contienda, también difieren sobre los resultados oficiales.
Maximino Rodríguez, candidato presidencial por el PLC, dijo que los resultados del CSE en su primer informe no son datos que se corresponden con la realidad, por lo que esperará los finales. Sin embargo, reconoció que el abstencionismo puede rondar entre el 40 y el 50 por ciento.
“Se trata de la mayor abstención observada en elección alguna en los últimos treinta años. Es la expresión masiva del rechazo a la farsa electoral y la culminación de la ilegitimidad, credibilidad y confianza en quienes organizan y realizaron la farsa: funcionarios ilegales que han realizado al menos cuatro enormes fraudes y no invitan a la participación a través del voto, porque no hay confianza”, valoró por su parte Violeta Granera, coordinadora nacional del Frente Amplio por la Democracia y excandidata a vicepresidenta de la oposición inhabilitada.
En la Costa Atlántica de Nicaragua, el partido indígena Yatama, anunció protestas por los resultados de las votaciones de este domingo.
Según Nancy Elizabeth Henríquez, presidente y representante de Yatama, su agrupación ganó en dos comunidades del Caribe norte y obtuvo votos suficientes en otros tres municipios más, por lo cual considera, que las autoridades electorales actuaron con malicia y no permitieron que los fiscales de ese partido vean las actas en el centro de cómputo de Managua, donde sospechan podrían “desaparecer” sus votos.
Con verdaderas elecciones Ortega pierde
El articulista del diario local La Prensa, Fabián Medina, considera que el abstencionismo real observado ayer con el vacío en las Juntas Receptoras de Votos, debe ser una lección para todos.
"Si ayer se hubiesen realizado elecciones de verdad, hoy Nicaragua estaría viviendo otra de esas sorpresas ‘quiebra encuestas’ del tamaño del Brexit, en Gran Bretaña, o del NO en Colombia o el mismo Febrero 1990 en Nicaragua (cuando por primera vez Ortega perdió el poder). Ojalá podamos leer los resultados porque hay lecciones para todos”, escribió en su cuenta personal de facebook Medina.
El economista y analista político, Oscar René Vargas, considera que después de la jornada de ayer, el proyecto de Ortega “es negociar para permitir su permanencia en el poder en los próximos cinco años”.
“La aritmética política del gobierno es simple. Negociar con quien pida menos y dé más. Su escenario ideal es una especie de subasta, donde los políticos comparsas se peleen por ser tomado en cuenta. En el inter-juego de alianzas e intereses, Ortega cree que frente a los seguidores de (el opositor Eduardo ) Montealegre y (Arnoldo) Alemán, débiles y frágiles, es preferible negociar con cada uno de ellos de manera aislada para obtener más y dar menos”, considera.
“Lo que está en juego en este momento en Nicaragua no es proyecto de país, sino los intereses económicos de las élites que están detrás de Ortega y de los que quieren negociar cuotas de cargos”, concluye.
FUENTE: Especial