ACAPULCO.- Entre turistas y comerciantes, un centenar de hombres se desplaza portando armas de corto calibre por las playas de la zona turística de Acapulco, en el sur de México. Son "autodefensas", civiles armados que se han organizado para combatir la ola de violencia que azota el lugar.
Acapulco dejó de tener hace años el atractivo de otras épocas para el turismo internacional, que prefiere sitios como Baja California o Cancún, tradicionalmente más tranquilos.
Pero después del tiroteo que dejó esta semana cinco muertos en un festival de música electrónica en Playa del Carmen y otros cuatro en un ataque a la fiscalía de Cancún en el Caribe, Acapulco tiene mucho que contar sobre su historia.
Antigua joya del Pacífico elegida por actores de Hollywood y escritores famosos para sus vacaciones, la ciudad portuaria es hoy un punto neurálgico de la lucha de grupos criminales por el control del tráfico de drogas y la extorsión a comerciantes.
Ante el fracaso de las autoridades desde los primeros días de 2017 aparecieron "autodefensas". Un grupo de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero asumió por su cuenta labores de seguridad en Barra Vieja y Lomas de Chapultepec, dos zonas altamente turísticas de Acapulco.
"Nuestra intención no es confrontarnos con la autoridad", dijo a dpa Bruno Plácido, miembro de estos grupos. "Hemos llegado aquí para apoyar y respaldar a los ciudadanos que son víctimas de la inseguridad". "Fueron ellos mismos (los ciudadanos) los que han solicitado el apoyo de la Unión", afirmó.
El grupo patrulla es para evitar el llamado "cobro de piso", cuota que dueños de restaurantes y comerciantes tienen que pagar a grupos de la delincuencia organizada.
El aumento de la violencia en Acapulco fue lo que llevó a algunos sectores a buscar defenderse por sí mismos como lo han hecho otras comunidades mexicanas, a pesar de que las autoridades buscan desalentar estas acciones reforzando sus propios operativos.
Los grupos de "autodefensa" surgieron en 2013 en el estado de Michoacán, en el oeste de México. Primero contaron con la tolerancia de las autoridades, pero más tarde fueron desmantelados y declarados ilegales, aunque en muchas comunidades subsisten.
Algunos de estos grupos fueron acusados de tener vínculos con organizaciones criminales, mientras que otros actúan como "policías comunitarias" de manera genuina para autoprotección.
"Nos sentimos más seguros con los policías comunitarios aquí, ya que han evitado que los criminales nos sigan cobrando el pisaje (extorsiones)", señaló Claudia Gómez, que maneja un restaurante en Acapulco.
A diferencia de Acapulco, donde la violencia tiene una presencia más constante, en Cancún y alrededores los incidentes violentos con muertos generalmente ocurrían en zonas alejadas de los puntos turísticos.
En 2010 hubo un incendio provocado en el bar Castillo del Mar, fuera de la zona hotelera, que dejó ocho muertos y se trató de una venganza contra el dueño por negarse a pagar una cuota de extorsión.
El tiroteo ocurrido el lunes en Playa del Carmen, a unos 70 kilómetros al sur de Cancún, sucedió, en cambio, en el muy turístico bar "Blue Parrot". Al parecer la causa fue una disputa por el control del tráfico de drogas. Las víctimas fueron un italiano, un canadiense, una estadounidense y dos mexicanos.
Los índices de criminalidad en Acapulco, que en 2015 ocupó el cuarto lugar en el ranking de las ciudades más violentas del mundo, han repuntado desde el año pasado y en los últimos 17 días más de 20 personas fueron asesinadas.
Cuatro de los homicidios ocurrieron en la playa. El primer incidente tuvo lugar el 6 de enero en la playa Tamarindos, donde dos hombres fueron asesinados a tiros mientras tomaban sol. El segundo caso se registró la madrugada del martes en la playa Papagayo, en donde una pareja, hombre y mujer, fueron estrangulados.
"En Acapulco hubo 22 homicidios desde inicios del año, lo que representa una taza de 1.5 muertos diarios", dijo a dpa el fiscal de Guerrero, Xavier Olea, un día antes del asesinato de la pareja en la parte turística del puerto.
Guerrero, donde se encuentra Acapulco, es un estado pobre en el que grupos delictivos luchan por los terrenos de cultivo de amapola y el tráfico de droga. La convulsión de esa región la ha llevado a figurar entre las más violentas de México, con más de 2.000 asesinatos en el último año, secuestros y extorsiones.
Según los "autodefensas" de Acapulco, su trabajo ya ha empezado a dar resultados. Con poca experiencia en el manejo de armas y sin capacitación, afirman que están decididos a vigilar sus territorios y defenderse de la delincuencia. "Vamos a continuar con estos operativos para erradicar totalmente la violencia", dijo Plácido.
En Cancún, después de lo ocurrido en la zona, el gobernador Quintana Roo, Carlos Joaquín, dijo que se pidió al secretario de Gobernación (ministro del Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, enviar apoyo de fuerzas federales. "Ya están en camino para resguardar el orden", señaló.
Aunque la situación todavía es muy distinta entre Acapulco y Cancún, esta vez a las playas blancas del Caribe mexicano también les tocó mancharse de sangre.
FUENTE: dpa