miércoles 11  de  diciembre 2024
VENEZUELA

Régimen y oposición reanudan diálogo en México

La agenda en esta tercera ronda pondrá foco en la justicia, según Gerardo Blyde, vocero de la delegación opositora al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela

CARACAS.- Con la incógnita de si Nicolás Maduro logrará incorporar al empresario Alex Saab como su representante, detenido en Cabo Verde desde el año pasado, tras ser solicitado en extradición por Estados Unidos, se inicia el viernes en la capital mexicana la tercera ronda de negociaciones entre el régimen y la oposición venezolana.

Los delegados de Maduro y de la oposición, encabezada por Juan Guaidó, se volverán a ver las caras tras las conversaciones realizadas entre el 3 y 6 septiembre que culminaron con un acuerdo parcial que debe atender las necesidades sociales de la población con énfasis en los efectos de la pandemia del nuevo coronavirus.

En esta ronda, que se desarrollará por cuatro días, se espera abordar como primer punto el “respeto del estado constitucional de derecho” y en particular se discutirá sobre “el sistema de justicia y el respeto a la institucionalidad establecida en la constitución”, indicó en un comunicado Noruega, que actúa como mediador en el proceso.

Asimismo, las partes continuarán las discusiones sobre la “protección de la economía nacional y medidas de protección social al pueblo venezolano, incluyendo los Derechos Especiales de Giro dispuestos para tal fin por el Fondo Monetario Internacional”, precisó el gobierno noruego.

El anuncio sobre la incorporación de Saab al equipo negociador, que realizó la semana pasada el jefe de la delegación del régimen de Maduro, Jorge Rodríguez, generó preocupación en el proceso, pero hasta el momento se desconoce si la decisión se podrá concretar puesto que el empresario se encuentra detenido en Cabo Verde a la espera de que las autoridades judiciales del país africano decidan si procede o no la extradición a Estados Unidos para procesarlo por presunto lavado de dinero.

La decisión del régimen de Maduro fue considerada por analistas como un intento de presión para forzar a la oposición a levantarse de la mesa.

El equipo opositor reaccionó al anuncio de Rodríguez señalando que se mantendrá en las negociaciones para llegar a “un acuerdo integral que nos regrese la democracia y la posibilidad de salir de la inmensa crisis social, económica”.

Los representantes del presidente encargado Juan Guaidó, quien ha sido reconocido por Estados Unidos y medio centenar de países, exhortaron a los noruegos a garantizar el “cumplimiento por parte de la delegación del régimen de las normas de reserva acordadas que rigen el proceso” e indicaron que convertir el proceso en una “guerra de micrófonos o debate en medios” le hace “mucho daño a la negociación”.

Sin hacer mención a la propuesta que lanzó el jefe de su delegación, Maduro salió en defensa de Saab asegurando que lo mantienen secuestrado en Cabo Verde de manera “ilegítima e inhumana”. El gobernante ha insistido en que su delegación buscará en estos diálogos el levantamiento de las sanciones económicas que enfrenta el régimen desde hace más de tres años y la entrega de algunos activos del Estado venezolano en el exterior que están congelados.

La suspensión de las sanciones económicas internacionales es uno de los puntos de discusión en las negociaciones, pero la decisión final sobre ese tema está en manos del gobierno estadounidense, de Joe Biden.

De hecho, el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, dijo el mes pasado que “el régimen de Maduro puede crear un camino hacia el alivio de las sanciones permitiendo a los venezolanos participar en elecciones presidenciales, parlamentarias y locales libres y justas que deberían haberse celebrado hace tiempo”.

Washington levantó en julio una sanción para permitir a las compañías no estadounidenses exportar a Venezuela gas licuado de petróleo que es utilizado para cocinar. La decisión fue considerada un “gesto de buena fe” para promover el diálogo.

Tras el fracaso de cinco intentos de diálogos en los últimos siete años, la comunidad internacional apuesta a que en esta oportunidad se abra el camino a una solución negociada y electoral a la compleja crisis económica y social que vive Venezuela, que ha desatado la migración de seis millones de personas en los últimos años.

Varios mandatarios y analistas han manifestado dudas sobre el proceso. Durante su participación en la Asamblea General de las Naciones Unidas el presidente colombiano Iván Duque, estrecho aliado de Guaidó, expresó esta semana que si bien los diálogos “dan alguna esperanza, no nos permiten ser ingenuos”.

De acuerdo con lo previsto en el memorando de entendimiento, que se firmó el 13 de agosto, en estos diálogos se abordará una amplia agenda que incluirá la definición de garantías electorales y un cronograma para elecciones observables; el levantamiento de las sanciones; la restauración de derechos a activos; el respeto al Estado constitucional; la convivencia política y social; la renuncia a la violencia; la reparación de las víctimas de la violencia y la protección de la economía y la población.

Al igual que el proceso de 2019, Noruega participa como mediador mientras Rusia y Holanda están actuando como acompañantes de las delegaciones de Maduro y la oposición.

Venezuela ha enfrentado por más de una década una compleja situación económica, social y política que se profundizó en el último año debido a la crisis generada por la pandemia que agravó la paralización económica, la hiperinflación de cuatro dígitos, la pobreza y el colapso del sistema de salud.

FUENTE: Con información de AP

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