LA HABANA -- La profunda fragilidad del sistema eléctrico cubano quedó expuesta nuevamente este domingo. La Unión Eléctrica (UNE) reportó la salida imprevista de la unidad uno de la termoeléctrica Lidio Ramón Pérez, conocida como Felton, debido a un fallo en su caldera. Este evento, sumado a otros desperfectos, agrava la ya delicada situación energética que enfrenta la población.
Paralelamente, la capital sufrió un percance significativo cuando la subestación Tallapiedra fue afectada por una explosión, tras el "disparo de las líneas 9020-9015". La avería dejó sin servicio a municipios densamente poblados como Centro Habana, Habana Vieja y Cerro, entre otros.
El país inició la jornada con una demanda de 3.250 MW y un déficit que ascendió a 1.680 MW, lo que implica que cerca del cincuenta por ciento del territorio nacional sufrirá cortes de electricidad. La UNE proyecta que en el horario pico la afectación alcance los 1.750 MW.
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El régimen mantiene seis unidades de generación termoeléctrica fuera de servicio: Felton: Unidades 1 y 2 (avería), Mariel: Unidad 8 (avería), Renté: Unidad 3 (avería, afectada por un incendio reciente), Santa Cruz: Unidad 2 (mantenimiento), Carlos Manuel de Céspedes: Unidad 4 (mantenimiento).
Las afectaciones del sistema se extienden a la generación distribuida, con 47 centrales fuera de servicio por falta de combustible (285 MW indisponibles) y un adicional de 327 MW no disponible por carencia de lubricante. Las limitaciones en la generación térmica suman 422 MW.
La unidad uno de Felton, una instalación central en la red nacional, había reingresado al sistema recientemente tras un extenso mantenimiento que abarcó casi todo el mes de septiembre. Su nueva salida evidencia la inestabilidad de la infraestructura.
La crisis energética incide directamente en la vida diaria y económica de los cubanos. Los cortes eléctricos impiden el funcionamiento de negocios privados y complican el abastecimiento de agua, el cual alcanza niveles críticos en diversas zonas. La población experimenta las consecuencias del colapso energético. A pesar de los llamados del régimen a la "unidad y resistencia", los signos de hastío aumentan en las calles.
FUENTE: Redacción