domingo 24  de  marzo 2024
Intenciones

Turismo ruso en Cuba: más interrogantes que respuestas

El Ministerio del Turismo (MINTUR) parece estar apostándolo todo a Rusia, a pesar del alto costo que representa en términos de riesgo sanitario

La cantidad de visitantes extranjeros a Cuba durante el primer semestre de 2021 fue de apenas 144 400, una cifra muy por debajo de la alcanzada en igual período del año anterior y sin dudas insignificante si se le compara con la de 2019, cuando en el mismo lapso de tiempo se sobrepasaron los 2 millones de viajeros, para cerrar en diciembre con 4 275 558, según reporta CUBANET.

Hasta se pudiera hablar de un verdadero milagro si en este 2021 se lograra arribar al millón de visitantes foráneos, pero todo indica que, a pesar de los esfuerzos, se rondará tímidamente el medio millón, aunque solo si el mercado ruso —el único que ha incrementado hasta convertirse en el principal emisor— continuara comportándose como hasta la fecha.

Según los datos más recientes publicados por la ONEI, se contabilizan 72 304 viajeros rusos, muy por encima de lo aportado por la “comunidad cubana en el exterior” (con 12 207, una reducción hasta el 11,4 por ciento con respecto al 2020), Alemania (4 719 visitantes, para un 11,9 por ciento), España (con 3 753, para un 17,2 por ciento) y Canadá (2 296, para una de las caídas más estrepitosas, de apenas el 0,6 por ciento en comparación con los más de 400 000 canadienses que eligieron el destino Cuba en 2020).

De modo que, bajo el pretexto de hacer frente a la estampida, los turoperadores asociados al Ministerio del Turismo (MINTUR) parecen estar apostándolo todo a Rusia, a pesar del alto costo que representa en términos de riesgo sanitario (al ser uno de los países con mayor índice de infección por COVID-19), en el momento más crítico que atraviesa la Isla en cuanto al número de contagios diarios.

Una apuesta que bien pudiera ser calificada como desesperada, en tanto ha implicado ajustes en servicios concebidos como de altos estándares para un tipo de cliente calificado en el mercado del ocio como de “bajo costo” o “menos rentable” que canadienses, europeos e incluso que los cubanos no residentes en Cuba, o aquellos millones de turistas estadounidenses de cuando la apertura de Obama que, al parecer, no llegarán nunca.

CUBANET subraya que, en opinión de expertos y funcionarios del sector, la apuesta por el mercado ruso se trataría más de una inversión a futuro —teniendo en cuenta los pronósticos nada alentadores para el mercado mundial— que un negocio que arroje ganancias inmediatas considerables, teniendo en cuenta los elevados niveles de gastos por la actual crisis sanitaria, que en el caso cubano ha sido provocada en buena medida por la apertura de los polos turísticos de Varadero y de la cayería norte de Ciego de Ávila y Camagüey, regiones donde la situación es grave y prácticamente sin control.

“Pensaron (en el Ministerio del Turismo) que la epidemia estaría controlada para estas fechas”, opina bajo condición de anonimato un profesor de la Facultad de Turismo de la Universidad de La Habana. “Si nos fijamos en las promociones de los tres últimos meses del año pasado es evidente el triunfalismo. ‘Cuba había vencido el coronavirus’, ‘Cuba es un paraíso anti COVID’. Es una estrategia de marketing válida (…). Querían aprovechar el momento y acaparar el mercado de la región, colocarse por encima de Cancún, de Dominicana en un momento en que la COVID hacía estragos en el Caribe, pero todo está saliendo muy mal. Europa cerrada, Canadá igual, entonces se fueron a vender a Rusia donde no hay restricciones, sin tener en cuenta los riesgos y que se trata de un turismo de bajo costo (…). Creo que fue una decisión desesperada, pero también una estrategia con un gran componente político más que económico, sin dudas. Lo que no gana con el turismo posiblemente lo esté compensando con otras cuestiones de seguridad nacional que (al Gobierno cubano) le apuran mucho más en estos momentos, tecnología, armamentos”, afirma el también economista.

Por otra parte, un exfuncionario del MINTUR y de la empresa estatal de turismo Cubanacan S.A. (que además trabajó durante algún tiempo en la promoción del destino Cuba tanto en Moscú como en otras ciudades rusas), es de la opinión de que en la estrategia hay mucho más que la exploración y la apuesta por un mercado ya que este, “por sí solo, no es nada prometedor en asuntos de turismo”, asegura el entrevistado.

“Están vendiéndoles instalaciones de altos estándares como si fuesen de dos y tres estrellas. El ruso que viene a Cuba no es el mismo que viaja a Europa, a Turquía, a Egipto. Es un turista que se ajusta al paquete all inclusive que compró, pero que también lo aprovecha al máximo (…). Por cada dólar invertido, de los rusos estarían regresando menos de 10 centavos de ganancia (…). Siempre me pregunté por qué seguíamos haciendo ese tipo de negocios absurdos, cuando disponíamos de productos más ajustados a ese mercado de bajo costo, aunque tuviéramos menos clientes, incluso redirigiendo las campañas a ese turista con dinero que viajaba a Europa antes de la pandemia (…). Creo que la respuesta está en que a ambos gobiernos les conviene la masividad, que haya un flujo constante y considerable de viajeros rusos hacia Cuba y de cubanos hacia Rusia en el caso del turismo de compras, para en esa marea que se mueve en ambos sentidos disimular lo que en verdad les interesa, el trasiego de cosas más importantes que personas haciendo turismo”, opina el exfuncionario bajo la condición de que protejamos su identidad por temor a represalias.

CUBANET destaca que las cifras más recientes publicadas por la ONEI indican un crecimiento constante en el arribo de viajeros rusos a la Isla, hasta llegar a ocupar el 63 por ciento del total de visitantes foráneos durante el primer semestre de 2021. Pero las estadísticas oficiales no discriminan entre aquellos que llegaron a la Isla exclusivamente como “vacacionistas” (y cuyo destino final fue una instalación hotelera) y los que lo hicieron por otras cuestiones. No hay modo de saber si la cantidad de arribos de pasajeros rusos a Cuba se corresponde exactamente con el número de huéspedes atendidos como parte de algún tipo de paquete turístico de sol y playa.

“Las estadísticas solo dicen que arribaron a Cuba más de 70 000 rusos, pero eso no quiere decir que sean 70 000 turistas”, afirma un exdiplomático y profesor cubano, residente en la Isla, en entrevista para CubaNet.

“Por supuesto que hay un incremento de turistas, conviene que haya un crecimiento de turistas, que este sea importante, porque el mundo de hoy no es como el de los años 80. Muy pocas cosas pueden ocultarse. (…) es difícil esconder el tráfico aéreo, el tráfico marítimo, mucho menos en situación de pandemia (…). ¿Cómo justificas tres y cuatro vuelos diarios de Moscú a La Habana si no es con el pretexto del turismo? Por supuesto que van seguir vendiendo hoteles de cinco estrellas por el precio de una posada (…), que si el embajador ruso dice ‘liberen a los turistas’, ‘dejen la bobería de los (test) PCR’, el Gobierno cubano va a obedecer pero porque sabe todo lo que está en juego (…). Aunque media Cuba se contagie de COVID los rusos van a seguir llegando a montones porque no se trata solo de turismo, eso es lo de menos, se trata de lo que se esconde entre col y col. (…) Los armamentos y las nuevas tecnologías para usarlos nunca llegan solos. No se trata de una batidora o de un teléfono móvil. En cuestiones militares hacen falta el entrenador y su experiencia”, asegura el exfuncionario de la Cancillería cubana.

Durante el levantamiento popular del 11 de julio último, el régimen cubano, además de los miles de efectivos del Ejército y la Policía vestidos de civil, también lanzó a las calles a sus tropas de élite bien pertrechadas con armamentos, aditamentos y demás técnicas antimotines, la mayoría de procedencia rusa, y adquiridos mediante créditos millonarios ofrecidos por el Kremlin sistemáticamente.

CUBANET enfatiza en que en abril de 2015, el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, con motivo de la visita a Moscú de Ricardo Cabrisas, declaró que su país estaba dispuesto a continuar colaborando con las Fuerzas Armadas Revolucionarias en la modernización de su armamento. En julio de 2017, Cuba solicitó directamente a Rusia ayuda para la puesta al día de su técnica así como recibió transferencia de tecnología de punta; y entre 2018 y 2020 habría recibido, para la compra de armas, créditos directamente de los rusos por un valor cercano a los 100 millones de dólares.

En días recientes, Rusia ha anunciado el envío a La Habana de dos grandes aviones militares cargados con “ayuda humanitaria”, un gesto que, a juzgar por la preocupación de Moscú con el desarrollo de los acontecimientos en la Isla, pareciera mucho más relacionado con el deseo de dar fin definitivo a las protestas que con aliviar la situación sanitaria, en buena medida consecuencia de la masiva presencia de “viajeros” rusos en Cuba.

FUENTE: Cubanet

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