CARACAS.- Este jueves, usuarios de la red social Twitter expresaron su rechazo hacia el periódico Últimas Noticias, periódico perteneciente al Grupo homónimo, por la línea editorial que se muestra a favor del gobierno del presidente Nicolás Maduro y que a juicio de los que lo rechazan, no refleja la realidad del país.
El diario, conocido por ser la bandera del uno de los emporios de comunicación más grande del país como fue la Cadena Capriles, cambió de manos hace tres años y es ahora manejado por un grupo de empresas extranjeras que adquirió la totalidad de sus productos, entre los que destaca también el medio económico El Mundo Economía y Negocios y el deportivo Líder.
Conocido una vez como “el diario del pueblo”, el periódico de mayor circulación del país ha perdido el respeto que otrora mantenía con sus frecuentes usuarios, quienes han sido testigos de cómo ha cambiado con gran desparpajo la línea editorial de quien fuera el medio por excelencia de la nación sudamericano a nivel impreso. Así lo indican losd usuarios de la red social Twitter.
“Es un pasquín q desde que se cuadro con este régimen dejo de tener credibilidad” “ni lo compraré porque se vendió a la paralización de un régimen que hace daño a todo un país” “Periódico rojo, no tiene nada de objetividad ni realidad”, han sido algunos de los adjetivos por los cuales ha sido descrito por los usuarios de la popular red social, quienes han argumentado que “prefieren comprarse una empanada” antes que leer el conocido diario.
Desde la venta del periódico a una asociación de empresas extranjeras denominadas (Hanson Group y Latam Media Holding) las portadas y los temas de investigación fueron cambiando radicalmente por su director, Eleazar Díaz Rangel, periodista y profesor que abiertamente se ha mostrado defensor del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
Lo que una vez fueron portadas para mostrar la situaciones problemáticas del país se han convertido en una ventana para las acciones del Jefe de Estado y sus continuos decretos en el país sudamericano, dejando de lado la realidad venezolana.
FUENTE: REDACCIÓN