Luis Arráez lidera el departamento de average en la MLB. El toletero de Marlins de Miami no baja el ritmo y se subió a .400 de promedio en la primera semana de junio
AP Batear es tan difícil, que si se falla siete veces en diez oportunidades se considera excelente. Pero lo que está haciendo el venezolano Luis Arráez, quien llegó al equipo de los Marlins de Miami en la temporada baja vía cambio desde los Mellizos de Minnesota por su compatriota Pablo López -entre otros- es muy difícil de explicar.
En el béisbol moderno, Arráez podría ser la excepción a la “regla” de un buen bateador. Con frecuencia, en los últimos años, los propios jugadores decían que había que elevar la bola porque los rodados en Grandes Ligas son outs. Parecía cierto, pero el utility de los peces está acabando con esa teoría.
Con apenas 26 años, Arráez ha dejado una impresión duradera en el mundo del béisbol con su capacidad para encontrar huecos en la defensa y lograr sencillos importantes para su equipo. En lo que va de la temporada 2023, el venezolano ha demostrado una notable consistencia en su bateo, lo que lo ha llevado a cosechar una gran cantidad de hits para poder exhibir un astronómico promedio de .403.
Arráez ha logrado un total de 87 hits en 63 juegos disputados, estableciéndose como uno de los líderes en este apartado. Pero lo más sorprendente es la forma en que ha conseguido muchos de esos hits: a través de rodados.
De sus 85 hits, se estima que aproximadamente el 45% han sido producto de rodados. Esto evidencia la habilidad de Arráez para colocar la pelota en el lugar correcto y encontrar espacios en la defensa contraria. Además, apenas ha sido retirado por la vía del ponche 4.7% ocasiones (11 de las 212 las veces que ha tomado turno).
Al menos otros 15 peloteros en MLB están bateando sobre los .300, que se considera excelente. Pero lo de Arráez, que podría convertirse en el primer jugador en la historia de las Grandes Ligas en ganar título de bateo en años seguidos en diferentes ligas, hasta el momento no tiene otra explicación que no sea talento, trabajo y dedicación.
Desde que llegó a las mayores en 2019, Arráez no ha parado de batear. En su primera temporada ligó para .334, mientras que en la atípica temporada de 2020 que se recortó por el COVID-19 bateó para .321. Un año más tarde promedió .294, mientras que la zafra pasada fue el campeón bate de la Liga Americana con un promedio de .316.
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