Existe la creencia popular de que aquellas mujeres, hijas de pacientes con cáncer de mama, son más propensas a padecer la enfermedad, por lo que siempre se aconseja que este grupo debe estar más enfocado y preocupado en vigilar cualquier síntoma que desate las alarmas.
Las estadísticas señalan que solo entre el 5% y el 10% de los casos de pacientes con cáncer de mama tiene un componente hereditario, por lo que cualquier avance que ayude a su detección temprana será beneficioso para este grupo poblacional.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que en esta enfermedad las células de la mama con alteraciones se multiplican sin control y forman tumores que, si no se tratan a tiempo, pueden propagarse por todo el cuerpo y causar la muerte.
Según los informes del organismo en el año 2020, en todo el mundo se diagnosticó cáncer de mama a 2.3 millones de mujeres, y 685.000 fallecieron por esa enfermedad. A fines del mismo año, 7.8 millones de mujeres a las que en los cinco años anteriores se les había diagnosticado cáncer de mama seguían con vida, lo que convierte a este cáncer en el de mayor prevalencia en el mundo.
Resaltan que los antecedentes familiares de cáncer de mama aumentan el riesgo de padecerlo, pero la mayoría de las mujeres a las que se diagnostica cáncer de mama no tienen antecedentes familiares conocidos de la enfermedad.
¿Qué es un síndrome de cáncer hereditario de mama (SCHMO)?
Existe un grupo de pacientes que son objeto particular de estudio y esto sucede cuando existen varios casos de cualquier tipo de cáncer en una familia, lo que conlleva a la posibilidad de analizar para detectar si el diagnóstico se tipifica como un síndrome de cáncer hereditario de mamá o de ovario (SCHMO). Éste se etiquetó cuando existen múltiples casos de cáncer de mamá o de ovario en el mismo lado de la familia.
Expertos señalan que este SCHMO es una afección genética hereditaria, esto significa que el riesgo de cáncer se transmite de una generación a otra dentro de una misma familia. El estudio de este tipo de casos se centra en dos genes principales tales como el BRCA1 y el BRCA2, que en resumen son los genes que inhiben los tumores malignos (cáncer) en los seres humanos. Cuando estos genes se transforman y no cumplen su función como deben hacerlo existe un mayor riesgo de que la persona padezca de cáncer.
Pruebas genéticas
Científicos de la OMS señalan que la mayoría de los casos de cáncer de mama ocurren al azar, por lo que hacerse las pruebas de detección de mutaciones no es una garantía para la mayoría de las mujeres. Sin embargo, para aquellas mujeres que tienen antecedentes personales y/o familiares que sugieren un SCHMO, las pruebas son totalmente recomendadas.
Antes de mencionar algunas pruebas científicas, el mejor aliado para las mujeres es el autoexamen. Este tipo de autoevaluación debe hacerse por lo menos una vez al mes de manera profunda, y en las mujeres mayores de 45, se debe visitar al médico por lo menos una vez al año.
Las pruebas genéticas ayudan a estimar la probabilidad de desarrollar cáncer a lo largo de su vida, por lo que se buscan cambios específicos en sus genes, cromosomas o proteínas. Estos cambios se llaman mutaciones.
La prueba genética de cáncer de mama se realiza a partir de una muestra de sangre o saliva, mediante técnicas de biología molecular con las que se analiza el ADN, según explica el portal científico de Sanitas.
Cabe destacar que esta prueba va direccionada a la identificación de estos genes en mujeres con historia familiar de cáncer de mama u ovario. En el caso de que resulten ser portadoras de estas mutaciones, sean sometidas a un estrecho seguimiento clínico cuyo objetivo es identificar la aparición del cáncer en sus fases más tempranas y así poder iniciar el tratamiento lo antes posible.
¿Qué hacer con el resultado?
Si el resultado de su examen señala que sí tiene una mutación genética, es decir que existe un riesgo de contraer cáncer de mama, deberá estar vigilante y constante en sus revisiones médicas para evitar cualquier complicación a futuro. Muchos especialistas ofrecen un plan de cuidado preventivo con la finalidad de disminuir el riesgo de que contraiga cáncer o cáncer secundario.
Si los resultados son negativos también se invita a los pacientes a no bajar la guardia, porque no significa que no tenga riesgo de contraer cáncer, ya que hay muchos otros factores que influyen en que se presente la enfermedad.
Aquellos pacientes en los que las pruebas no son concluyentes deben mantener el monitoreo médico periódico.
El cáncer de mama no es un tema que deba olvidar. El cuidado permanente reduce la posibilidad de padecer esta enfermedad, debido a que la detección temprana reduce sustancialmente la posibilidad de que la persona se complique y fallezca.
Para empezar a cuidarse, hágase