miércoles 11  de  diciembre 2024
Salud

El cigarrillo electrónico es una bomba para el corazón

Se afirma que los consumidores de cigarrillos electrónicos tienen casi el doble de probabilidades de sufrir un infarto que los no fumadores
Diario las Américas | REYES UREÑA
Por REYES UREÑA

La tecnología ha tocado cada aspecto de la vida en los últimos años, incluyendo los vicios que pueda tener el ser humano. Millones de personas en el mundo, ante esta premisa, cambiaron su cigarrillo tradicional por el vaping (cigarrillo electrónico).

Muchos, según estudios, pensaban que el cigarrillo electrónico sería más saludable para sus vidas, pues dejaban de lado la nicotina. Sin embargo, ante varias investigaciones científicas en los últimos años, la realidad es otra.

El vaping es tan perjudicial para la salud como el cigarrillo tradicional y uno de los órganos que más sufre ante el insumo de esta alternativa es el corazón.

En una investigación sobre su consumo, realizada por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos, se descubrió que tanto los fumadores como los ‘vapeadores’ tenían daños en los vasos sanguíneos: signos en la sangre de una mayor inflamación y un mayor riesgo de coágulos.

Los resultados en la revista especializada Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology, publicados en el último trimestre del año pasado indicaron que, en comparación con los vasos sanguíneos de los no fumadores, los de los fumadores de cigarrillos y los usuarios de cigarrillos electrónicos tenían menos capacidad de expandirse.

“En nuestro estudio en humanos, descubrimos que los consumidores crónicos de cigarrillos electrónicos presentaban un deterioro de la función de los vasos sanguíneos, lo que puede suponer un mayor riesgo de padecer cardiopatías”, afirma Matthew Springer. “Los resultados indican que los consumidores crónicos de cigarrillos electrónicos pueden experimentar un riesgo de enfermedad vascular similar al de los fumadores crónicos”.

Es decir, cuando una persona ‘vapea’ entra menor cantidad de oxígeno al corazón y a los pulmones. Y ambos órganos no están diseñados para funcionar con el desafío de la falta de aire puro y eventualmente fallan.

Aunque muchos de los cigarrillos electrónicos no contienen nicotina, a menos que el cliente o el fabricante la pongan, poseen otros materiales tóxicos. Algunos de estos químicos se usan en la industria para fabricar pesticidas, cosméticos y hasta lubricantes de autos. Otros son colorantes y saborizantes industriales.

Pero el problema, según los estudios, es que son químicos hechos para ingerir en pequeñas dosis y no para ‘inhalar’ de forma constante y en exceso.

La Federación Mundial del Corazón recomienda aplicar el principio de precaución y un conjunto de medidas para proteger a las poblaciones vulnerables, prevenir la exposición al tabaquismo pasivo y abordar las afirmaciones engañosas.

En otro estudio publicado en la misma edición de la revista, los investigadores expusieron ratas a diferentes componentes de cigarrillos y cigarrillos electrónicos. Estos incluían nicotina, mentol y dos gases que se encuentran en ambos productos. “Nos sorprendió descubrir que no había un solo componente que pudiera eliminarse para detener el efecto dañino del humo o los vapores en los vasos sanguíneos”, explica el investigador. “Mientras haya un irritante en las vías respiratorias, la función de los vasos sanguíneos puede verse afectada”.

En otro informe, titulado ‘Cigarrillos electrónicos: una nueva amenaza para la salud cardiovascular’, elaborado por la World Heart Federation (WHF), se afirma que los consumidores de cigarrillos electrónicos tienen casi el doble de probabilidades de sufrir un infarto que los no fumadores.

Otras consecuencias del vapeo apuntadas por los expertos son la elevación del ritmo cardiaco y la presión arterial, latidos cardíacos irregulares, problemas vasculares y un posible incremento del riesgo de coágulos sanguíneos.

Y eso sin contar con que la nicotina es una sustancia tóxica y altamente adictiva que también se encuentra en los cigarrillos electrónicos, lo que puede generar una alta dependencia. De hecho, muchos fumadores de estos dispositivos la desarrollan, ya que se trata de una sustancia que puede ser tan adictiva como la cocaína o la heroína.

Ya es visto como un problema por la OMS

En 2021, por primera vez la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó a los cigarrillos electrónicos en su informe sobre la lucha contra el tabaquismo.

La OMS los calificó como sistemas electrónicos de administración de nicotina, muchas veces disfrazados mediante “aromas atractivos y afirmaciones engañosas”.

Según la entidad, es urgente que “los gobiernos pongan en marcha reglamentaciones para evitar que los no fumadores comiencen a consumir tales productos”.

En la actualidad, solo 79 países tienen reglas sobre estos productos, como exigir advertencias de uso en el empaque. Además, la OMS advierte que un peligro letal de estos cigarrillos es que pueden ser modificados en casa por el usuario.

“Se trata de productos que evolucionan rápidamente y cualquier puede cambiar la concentración de nicotina”, alerta la organización.

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