MIAMI.- La llegada de un nuevo miembro de la familia requiere un ajuste para todos, especialmente para los integrantes más jóvenes del hogar. Para los padres, las reacciones de sus hijos mayores pueden ser frustrantes y no siempre saben cómo proceder. En el ajetreo, se olvidan de que es normal que el otro niño sienta celos y que busque formas de reclamar atención. Los padres deben lograr que sus hijos aprendan a no tener celos patológicos ya que esto les creará serios problemas de relaciones interpersonales, en el trabajo y en la pareja.
¿Qué pueden hacer los padres para ayudar durante la transición?
La mayoría de los niños se acostumbra a la idea de tener un hermano. Dependiendo de la edad y del nivel del desarrollo del niño, es recomendable hablarle de que en algún momento tendrá un hermanito.
Este no es un buen momento para hacer cambios en la rutina del niño, como aprender a ir al baño solo o a dormir solo en el cuarto. De lo contrario, se arriesga a que con la llegada del hermanito haya un retroceso en este desarrollo. Tampoco es recomendable exigirle más de lo que puede dar porque viene en camino un bebé.
Aún así, es muy posible que el hermano sienta celos, apatía o que experimente un retroceso en su desarrollo y quiera que lo vistan de nuevo, le den la leche en biberón o le pongan pañales.
Ten paciencia. Eventualmente, los hermanos jugarán juntos y establecerán una relación de amor y comprensión. Recuerda, nunca comparares a tus hijos. Eso desata celos patológicos para toda la vida.
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