MIAMI.- La inflamación es un proceso natural del sistema inmunitario que funciona como un mecanismo de defensa en el cuerpo para ayudarlo a combatir y sanarse a sí mismo de distintas infecciones, lesiones o toxinas.
Seguir una dieta antiinflamatoria rica en alimentos como frutas y verduras, cereales integrales, pescados, frutos secos y semillas ayudará a reducir la inflamación
MIAMI.- La inflamación es un proceso natural del sistema inmunitario que funciona como un mecanismo de defensa en el cuerpo para ayudarlo a combatir y sanarse a sí mismo de distintas infecciones, lesiones o toxinas.
De acuerdo con los expertos, durante este proceso, el cuerpo libera sustancias químicas como anticuerpos o proteínas y un mayor flujo de sangre hacia el área afectada con la inflamación.
Principalmente, existen dos tipos de inflamación: la aguda y la crónica. La primera tiene un comienzo rápido y una duración de corto plazo, y ayuda al cuerpo a recuperarse después de una infección o lesión.
Por su parte, la inflamación crónica, aparece cuando el proceso inflamatorio no desaparece y persiste más de lo necesario. No termina cuando debería, dejando de responder a los métodos de cura, y puede comenzar incluso cuando no hay lesiones.
Enfermedades como la artritis reumatoide, la inflamación de intestino, la psoriasis, enfermedades cardiovasculares, la diabetes, el Alzheimer, la esclerosis múltiple y el cáncer son algunas de las enfermedades asociadas con la inflamación crónica.
Existen cinco distintos síntomas de inflamación aguda, que incluyen el calor, el dolor, el enrojecimiento, la hinchazón y la pérdida de función. Entre tanto, la inflamación de bajo grado, puede no provocar síntomas visibles.
Mientras que los signos de inflamación crónica pueden ser más severos y pueden durar meses o años, entre ellos, y y pueden provocar fatiga constante, el insomnio, la depresión, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo.
Además, se pueden presentar otros problemas de salud como la fiebre, aumento de peso, problemas de estreñimiento y diarrea que pueden ir empeorando con el tiempo.
Los antioxidantes, conocidos como suplementos saludables en la alimentación, juegan un papel fundamental para contrarrestar la inflamación.
Estos se encuentran naturalmente en las frutas y vegetales, y protegen a las células del cuerpo de moléculas dañinas que provocan la inflamación.
Se ha demostrado que el estrés, la dieta y la nutrición, así como los factores genéticos y ambientales, son factores que regulan el desarrollo de la inflamación. Otros de los hábitos que se pueden incluir para evitar la inflación son dormir bien y hacer ejercicio.
La dieta antiinflamatoria se fundamenta en evitar todos aquellos alimentos que provoquen o agraven el proceso inflamatorio y priorizar alimentos ricos en antioxidantes que ayudan al cuerpo a combatir la inflamación sistémica.
Entre los alimentos con más propiedades para combatir la la inflamación se encuentran:
Las crucíferas, que son los alimentos como el coliflor, brócoli, col rizada, y el rábano, entre otras, son especialmente antiinflamatorios. Mientras que las bayas como los arándanos, moras y cerezas, contienen unos antioxidantes llamados antocianinas que pueden ayudar al proceso de desinflamación.
Por otra parte, esta dieta antiinflamatoria se puede complementar con algunos suplementos, los cuales se ha demostrado que contienen propiedades antiinflamatorias y son avalados por la ciencia.
María José Hidalgo, farmacéutica y doctora en medicina, especialista en dietética y nutrición declaró al diario El Mundo que "fundamentalmente, la dieta antiinflamatoria es la que proporciona un equilibrio entre las grasas de la serie omega 6 y las de la serie omega 3. Este equilibrio debe ser cercano a la proporción 3/2".
"En la mayoría de las dietas hay un exceso de grasas omega 6, y aunque tienen un efecto beneficioso para la salud, ya que disminuyen el riesgo cardiovascular, hay que controlar su efecto inflamatorio, añadió.
El consumo de alimentos que suelen coincidir con la oxidación como azúcares, carbohidratos refinados, grasas de origen animal como cerdos, corderos y otras vísceras, aceites vegetales de semilla, alimentos industriales, lácteos, bebidas alcohólicas y carnes procesadas contribuyen al aumento de los niveles de inflamación.
La dieta mediterránea es el plan de nutrición antiflamatorio más reconocido por la comunidad científica, debido a que contiene verduras, frutas, aceite de oliva, cereales integrales y legumbres, pescado, pollo, lácteos bajos en grasa y frutos secos.
@Lydr05
FUENTE: Con información de El Mundo y BBC News Mundo