domingo 29  de  septiembre 2024
violencia

Violencia doméstica: Cuando la casa se convierte en un campo de batalla

Cuando a una relación de violencia de pareja se le suman el estrés por la crisis económica y el encierro, quedarse en casa se convierte en un riesgo
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

MIAMI.- “Entre marido y mujer nadie se debe meter”, reza una de tantas frases populares que aluden a la privacidad de una pareja. Pero en muchas ocasiones la inacción de los testigos y el miedo de las víctimas se convierten en el caldo de cultivo para una tragedia.

Si existen problemas en la relación, “tener que estar juntos en un espacio durante largos períodos de tiempo, lidiar con tensiones financieras debido a la pérdida de empleo o la inestabilidad, y cuidar a los niños, solo agrega otra capa de tensión que puede conducir a la violencia”, dijo la psicóloga Dionne Stephens, profesora en Florida International University.

“Tenemos que recordar que la violencia contra las mujeres tiene que ver con el poder. Y en momentos como este, las personas se sienten impotentes. Aquellos que han usado la violencia como excusa para enfrentar otros factores estresantes continuarán haciéndolo aún más ahora”, explicó Stephens.

De ahí que, como señaló, “los proveedores de servicios de ayuda en casos de violencia ven no solo aumentos en el número de reportes, sino también en la intensidad y frecuencia durante tiempos de crisis”.

Katie Ray-Jones, presidenta de la Línea Nacional contra la Violencia Doméstica, dijo que se ha visto un incremento en el número de llamadas, así como de víctimas que reportan actos de violencia en los que la persona abusadora usa el COVID-19 como una herramienta para manipular o dañar a su pareja.

Por ejemplo, los abusadores pueden retener elementos necesarios como desinfectantes para manos, pueden compartir información errónea sobre la pandemia para controlar o asustar a la pareja, o evitar que busquen atención médica adecuada si tienen síntomas.

“La violencia doméstica es, siguiendo al Dr John Gottman, situacional y caracterológica, es decir, se incrementa cuando existe un imbalance de poder repentino entre las parejas provocado por crisis personales y sociales tales como desempleo, encarcelamientos y encerramientos”, comentó el Dr. Jorge Piña, LMHC, LP, Consejero Licenciado en Salud Mental, psicoterapeuta y psicoanalista en Nueva York.

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De izquierda a derecha, la profesora de FIU y psicóloga Dionne Stephens, y el Dr. Jorge Piña, Consejero Licenciado en Salud Mental.

De izquierda a derecha, la profesora de FIU y psicóloga Dionne Stephens, y el Dr. Jorge Piña, Consejero Licenciado en Salud Mental.

Violencia hacia las mujeres en cifras

Las Naciones Unidas definen la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, en conjunto con la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y el Consejo Sudafricano de Investigaciones Médicas, “el 35% de las mujeres del mundo entero han sido víctimas de violencia física y/o sexual por parte de su pareja o de violencia sexual por parte de personas distintas de su pareja”.

António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, señaló que hay "un estremecedor repunte global de la violencia doméstica" contra mujeres y niñas ocurridos durante las últimas semanas, debido a los confinamientos decretados por los Gobiernos durante la pandemia del COVID-19”.

"Sabemos que los confinamientos y las cuarentenas son esenciales para reducir el COVID-19. Pero pueden hacer que las mujeres se vean atrapadas con parejas abusivas", declaró Guterres, quien hace hincapié que la violencia no solo radica en los campos de batalla.

La guerra puede ocurrir en casa. Esta amenaza sobre mujeres y niñas radica en el lugar "donde deberían estar más seguras: en sus propios hogares".

Crisis y aumento de la violencia doméstica

La historia se suele repetir en momentos de crisis. En su experiencia estudiando casos de violencia de género, la profesora Stephens recordó que “la violencia contra la mujer aumenta en tiempos de inestabilidad tanto en las relaciones como en la sociedad”.

“Los estudios posteriores al huracán Katrina y durante la recesión de 2008 reportaron aumentos similares en la violencia contra las mujeres. Sin embargo, esta pandemia tiene una línea de riesgo adicional única, ya que nos vemos obligados a permanecer en el lugar”.

El peligro radica en que “este nivel adicional de aislamiento, que no tiene un punto final específico, también disminuye la capacidad de las mujeres para buscar ayuda. El aislamiento es una de las tácticas más comunes que usan los abusadores para controlar a sus víctimas”.

¿Cómo evitar los actos de violencia?

Ni parece, ni es sencillo, según los expertos. “Es difícil vivir con el enemigo dentro de la casa en una cuarentena forzada, legal y como tal obligatoria”, enfatizó Jorge Piña.

El especialista en salud mental aconsejó que “la víctima debe siempre mantener una fuente de contacto confidencial con el mundo exterior, ya sea una amiga, la iglesia, la familia, un trabajador social, consejero, doctor o por la vía de la escuela virtual, usando la enseñanza remota de los niños para alertar a las autoridades por la vía de los maestros”.

La abusada debe contar con “una posible vía de escape y salida rápida de emergencia, mantener el celular activo pero sin llamar la atención del abusador, y mandar señales de auxilio cuando sea posible -creativamente- y con mucho cuidado, por las redes sociales”.

“Lo que más importa es preservar la vida y evitar, a como dé lugar, cualquier feminicidio o abuso compulsivo contra los niños”, puntualizó el experto.

El Dr. Piña habló también sobre la posibilidad de darse un espacio dentro del propio hogar y citó uno de los casos que atiende actualmente. A ella le recomendó “irse por un tiempo a visitar a la mamá en Washington DC y dejar al esposo aquí en Brooklyn, por una semana, para calmar los ánimos, las asperezas, los malos entendidos, los insultos y la hostilidad, continuando la teleterapia por separados y a distancia”.

Por su parte, la doctora Stephens reconoció que ninguna historia es igual a la otra, y que muchas mujeres con hijos, “que no tienen independencia financiera, dependen de su pareja para su estado en los Estados Unidos”. Es por eso que “podrían tener que considerar opciones muy diferentes que una mujer que solo tiene que preocuparse por sí misma”.

¿Qué hacer si escuchamos, por ejemplo, que un vecino golpea o le grita a su pareja casi a diario?

“La Línea Nacional contra la Violencia Doméstica sería un gran recurso”, aconsejó la profesora Stephens. “Una vez más, su relación con la víctima en términos de cuán bien la conoce o siente que puede confiar en usted será realmente importante”.

Además insistió en que, de ser posible, “encuentre una manera de hacerle saber a una mujer que está siendo víctima que está allí para ayudarla. Saber que alguien le creerá y proporcionará un espacio seguro para escapar podría ser un punto de inflexión para que se dé cuenta de que hay opciones para irse”.

Finalmente, “lo más simple que puede hacer es documentar lo que escucha. Un diario escrito será una gran pieza de evidencia si la víctima decide escapar y presentar cargos. También puede compartir esto con la policía si necesita llamarlos”.

Línea Nacional contra la Violencia Doméstica

Stephens destacó que en la Línea Nacional contra la Violencia Doméstica los asesores “tienen experiencia en responder preguntas, ayudar a desarrollar planes de seguridad y proporcionar información sobre los servicios”.

Esta línea cuenta con atención en varios idiomas, “también pueden conectar a las personas que llaman directamente con los recursos de violencia doméstica disponibles en su área local de llamadas. Todas las llamadas son gratuitas y confidenciales, por lo que las personas deben saber que hacer la llamada no significa que haya realizado ningún tipo de informe oficial o que haya iniciado un proceso, a menos que las personas que llaman lo deseen”.

“No cobramos, no preguntamos nombres, no juzgamos”, advierte un mensaje de la Línea Nacional de Violencia Doméstica. Puede llamar al 800.799.7233 o visitar la página https://espanol.thehotline.org/

@GrethelDelgado_

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