Recientemente, el Congreso tuvo la oportunidad de hacer oír su voz en su desaprobación de las recompensas obstinadas que la Administración Obama ha concedido al régimen castrista. Estas concesiones unilaterales, con el pretexto de negociaciones, no han producido ningún cambio duradero para el pueblo cubano y sólo han envalentonado a sus opresores en la isla a continuar arrestos, detenciones y hostigamiento de grupos prodemocráticos como Las Damas de Blanco.
Durante el proceso anual de apropiaciones del Congreso para establecer el presupuesto federal, dos enmiendas fueron presentadas por los partidarios de las concesiones a la dictadura, para eliminar términos de proyectos de ley que prohibiría a Estados Unidos hacer negocios con el servicio militar y de inteligencia cubanos y que también protegería los derechos de propiedad de estadounidenses confiscados por el régimen de Castro. El Congreso ha derrotado decisivamente dos enmiendas que habrían servido para ayudar al régimen de los Castro por márgenes de votación de 273–153 y 247–176.
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La primera enmienda presentada hubiera derogado el lenguaje de prohibir fondos "utilizándose para facilitar, permiso, licencia o promover las exportaciones a los militares cubanos o su servicio de inteligencia o a cualquier oficial de los militares cubanos o a su servicio de inteligencia".
La enmienda de Farr, llamada así por su patrocinador el congresista Sam Farr, habría fortalecido aparatos militar y de inteligencia represivos de Cuba. Los militares castristas y su agencia de inteligencia han sido responsables de vastas violaciones de derechos humanos contra el pueblo cubano, asesoró y capacitó a los militares venezolanos que en 2014 fueron responsables de matar a muchos inocentes venezolanos y del asesinato de cuatro hombres en el derribo de los Hermanos al Rescate, tres de ellos ciudadanos estadounidenses y uno residente de Estados Unidos. Prohibir que los fondos se utilicen para facilitar las exportaciones a los servicios militares y de inteligencia del régimen de Castro, es uno de los pasos más básicos que podemos tomar para ayudar al pueblo cubano.
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La segunda enmienda presentada tendría un efecto que hubiera pisoteado los derechos de propiedad de los estadounidenses, cuyas propiedades fueron ilegalmente robadas por el régimen de Castro. Permitiendo cualquier tipo de confiscación sin recursos legales, sólo serviría para envalentonar a otros regímenes como el de Maduro en Venezuela. En Cuba, no hay estado de derecho ni ningún tribunal que otorgara a los ciudadanos estadounidenses una audiencia justa. Nuestra nación es su único foro de reparación para este crimen. Es por ello que el Congreso debe apoyar a nuestros ciudadanos, proteger sus derechos de propiedad y trabajar para impedir que el régimen cubano siga usando ilegalmente propiedades confiscadas para su propio beneficio comercial.
Con la derrota de estas dos enmiendas, el Congreso ha enviado un claro mensaje que trabajará para proteger los derechos de propiedad de ciudadanos de Estados Unidos y seguir los esfuerzos para negar fondos a los que oprimen al pueblo cubano. Con el fin de promover los derechos humanos en Cuba, debemos seguir evitando que el servicio militar y de inteligencia castristas pueda adquirir más capital. Sólo por empoderar a líderes prodemocráticos cubanos y al pueblo cubano podemos trabajar hacia el día cuando reine la libertad y la democracia en Cuba.