sábado 23  de  marzo 2024
ESCENA

"Adiós a Cuba", un llamado de libertad desde el teatro en Miami

La obra, escrita por Luis Enrique Valdés Duarte y dirigida por Yerandy Basart, se inspira en la vida del músico cubano Ignacio Cervantes
Diario las Américas | GRETHEL DELGADO
Por GRETHEL DELGADO

MIAMI.-Un piano, un alma desgarrada por el exilio y el deseo de una Cuba libre describen al músico cubano Ignacio Cervantes, cuya vida es recreada en la pieza teatral “Adiós a Cuba”.

Con la dirección e interpretación de Yerandy Basart, el texto de Luis Enrique Valdés Duarte sube a las tablas del Centro Cultural Español de Miami a partir del 10 de septiembre. Como se lee en la página del CCEMiami, dedicarán el mes de septiembre a Cuba.

“Adiós a Cuba”, en una versión para microteatro de alrededor de 30 minutos, se estrena cuando el país caribeño atraviesa tiempos inéditos en su camino hacia el fin de la dictadura. Le acompaña con música en vivo la actriz Giselda Calero.

La obra toma elementos biográficos del compositor y pianista Ignacio Cervantes (31 de julio de 1847—29 de abril de 1905), autor, entre otras obras, de las famosas “Danzas cubanas”. Cervantes vivió los sinsabores del destierro y también la ironía de regresar a su país y sentirse extranjero.

Junto al músico José White, fue expulsado de Cuba en 1875 por el capitán general por haber recaudado fondos a través de conciertos para apoyar a la causa de la Guerra de los Diez Años (1868-78). Una vez fuera de Cuba, siguió haciendo todo lo que podía para ver libre a su patria.

En la obra, concebida por Valdés Duarte como un “unipersonal de cámara para un actor solo”, el músico Ignacio Cervantes intenta abrazar a su patria con los recuerdos y la nostalgia desde un exilio, con su piano y las voces de sus amigos que ya no están.

Es así que los destinos de Cervantes y Basart —también los de Valdés Duarte y Calero— se ven como espejados en dos tiempos, el siglo XIX y la actualidad. Hay un sentido de pertenencia, de identificación con la herida, y eso está latente en el espectáculo. La historia demuestra que se repite. Con otros vestidos y otras melodías, el anhelo de libertad es el mismo.

Adiós, Cuba querida

En entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, Basart explicó que “Adiós a Cuba” es una de las composiciones que hizo Ignacio Cervantes precisamente cuando lo expulsaron de Cuba “después de haber dado conciertos de oriente a occidente junto con su amigo y hermano, el violinista negro José White”.

“Amigo de [José] Martí, Ignacio Cervantes hace una carrera esplendorosa en Europa y en Nueva York, también hace conciertos en Tampa y Cayo Hueso para recaudar dinero para los insurrectos de la guerra que se avecinaba”, acotó.

La pieza “habla del dolor de ser expulsado de tu archipiélago y el compromiso de no abandonar la lucha de las libertades, encierra todo el dolor de un artista en plenitud de su talento expulsado de la peor manera de su tierra por sencillamente ser diferente en todo”.

Sobre lo que le llevó a hacer esta obra, destacó en primer lugar “el contundente texto y lo frontal que siempre fue”. Basart conoce a Valdés Duarte, autor del texto, desde sus tiempos de estudiante en Cuba: “Tengo la suerte de ser su amigo y su hermano. Una persona que admiro mucho, un martiano de médula, y un patriota tremendo”.

Hacer “Adiós a Cuba” fue “un reto” para el intérprete: “Enfrentarme a esa contundencia llevaba responsabilidad. Creo que fue parte de un proceso. He crecido al lado de la obra, primero fueron acercamientos, luego fueron amores-odios y ahora es la madurez total de un discurso con el cual estoy totalmente en sintonía”.

“Ay, Cuba, ¿cuándo estarás liberada de este ejército de timoratos, de insensibles y grises que ni aman, ni esperan ni se atreven a ser diferentes en todo? Pero no vamos a parar. Iremos a Nueva York. Es un buen sitio para acomodarnos pronto. Y luego, seguir ayudando a los cubanos. ¿Este se cree que expulsándonos de Cuba nos va a poner una mordaza? Está equivocado. Vamos a seguir conspirando. Allá se puede hacer con libertad lo que aquí se nos prohíbe”, dice Cervantes en un momento del espectáculo, en un guiño a la Cuba actual.

En ese sentido, el actor constató que la pieza “es una herramienta, un pie forzado para mí, en el siglo XXI, en el 2021, para decir lo mismo, porque tiene una vigencia tremenda. Todo lo que sufrió Ignacio Cervantes es parte indisoluble de lo que sufren los inmigrantes, y más si son artistas”.

Un mensaje por la libertad

En un actor tan sensible y vivo en escena como él, no es de extrañar que se haya apasionado a fondo con su personaje, al punto de cumplir con una especie de acto de justicia: llevar esa pieza a Cuba.

A pesar de la censura que plaga los espacios culturales de Cuba, Basart pudo cumplir el sueño de presentar este espectáculo en La Habana, en febrero de 2019. En parte, como explicó, porque había sido publicado en una revista teatral del país y estaba cobijado dentro del pulso histórico de la pieza, donde las denuncias en contra del gobierno se dan en el siglo XIX. Pero el público recibe el mensaje, es imposible no verlo.

“Con ‘Adiós a Cuba’ rompí varios mitos. El primero fue ese de que no se podía hacer teatro y menos estrenarlo en Cuba. Lo monté en Miami pero quise siempre estrenarlo en Cuba, quería decir todo lo que tenía por decir. La importancia del mensaje era precisamente para ser escuchado en Cuba. Ahora lo va a escuchar todo un exilio”, zanjó.

Durante las funciones en La Habana usó un cuadro con la foto del actor Carlos Pérez Peña, quien fue su profesor de actuación. Este gesto escénico crea un paralelismo con la propia pieza, en la que Cervantes habla con su maestro Nicolás Ruiz Espadero.

Añadió que “Ignacio Cervantes, dígase Yerandy Basart, se mezclan en un espectáculo musical con la pianista y actriz Giselda Calero, que es un lujazo tenerla conmigo, amiga, hermana, que también está diciendo adiós a Cuba en esta nueva versión para microteatro”.

Calero, que tocará el piano en vivo durante la presentación, reveló qué significa ser parte de la obra: “Siempre me involucro a fondo en un proyecto cuando me gusta. Trabajar con Yerandy es espectacular, en primer lugar, porque es mi amigo de años, y segundo, porque es excelente actor y director, está abierto a críticas, a notas, y tiene muy buen gusto”.

En torno a esa despedida progresiva que se da en muchos cubanos en el exilio, confesó que “Cuba poco a poco me deja de doler y siento casi todo como un recuerdo, porque ya mi realidad es otra. Trabajar en este proyecto es otro adiós más de los tantos que cada día le hago a Cuba, pero esta vez con música, teatro y Yerandy”.

La obra se estrena el 10 de septiembre en el Centro Cultural Español de Miami, y estará en cartelera durante todo el mes.

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