Alexander Abreu en Barcelona: "Me dicen Cuba" es solo un verso

Aunque el músico abrió con su tema número uno, lo que mantuvo en alto el ritmo los primeros minutos, el concierto estuvo lejos de satisfacer a una audiencia acostumbrada a bailar por horas. Pero esto ni siquiera fue lo más decepcionante.

A la tarde del sábado ya se habían agotado supuestamente las entradas ordinarias y lo que quedaba era exclusivamente para la zona VIP a un costo de 47 euros por persona. Sin embargo, el VIP era en la práctica un salón de hacinamiento, con mesas insuficientes para todos los que habían pagado la presunta exclusividad.

Para rematar, las bebidas había que ir a buscarlas fuera de esta área, a precios exorbitantes. La cerveza Corona a ocho euros, el mojito a 10 y el Cubata a 12. No se sentía ni rastro del aire acondicionado y, encima, después de disfrutar de dos canciones destacadas (La Bailarina y El Pasaporte con un cover intermedio de Van Van y un despliegue instrumental en solitario), el concierto acabó de manera inesperada y abrupta, sin que la banda tocara temas del nuevo disco.

Abreu se disculpó y dijo que ya debía acabar el concierto porque los responsables de la sala así se lo habían solicitado, como si al público esa explicación pudiera satisfacerle. Después de poner a bailar a un centenar de personas —pocas si se compara con conciertos típicos de salsa— en un espacio reducido, el músico simplemente se despidió y un animador lo sustituyó en el escenario solo para reiterar que era hora de irse así como anunciar que de allí siguieran para un sitio recomendado por él: Antilla.

Si algo más hubiera que reprocharle a este (no) concierto, es que durante la escasa hora de presentación, Abreu no se refirió en ningún momento a la situación actual de Cuba; cantó Me dicen Cuba pero no dedicó ni una palabra a hablar de ella, a solidarizarse con las víctimas de los derrumbes recientes ni a reconocer la miseria y la ola de desgracias que ha sobrevenido, en particular, durante los años de gobierno de Díaz-Canel, que se proyecta como continuidad del castrismo.

Había en el centro del “VIP” una persona con una bandera cubana alzada y, en los alrededores, muchas camisas a cuadros de las que usan los dirigentes de la isla. No es de extrañar que hubiera en el concierto simpatizantes del régimen al que Abreu no suele criticar ni un ápice.

La forma en que se desarrolló esta presentación da la idea de que apostaron por hacer algo de pequeño formato para no llamar demasiado la atención, sobre todo porque en los últimos meses grupos de cubanos radicados en diferentes puntos del mundo, especialmente en España y Estados Unidos, han boicoteado conciertos con el objetivo de hacerles saber a los músicos que no comparten su postura complaciente con un régimen que se enriquece a costa del sacrificio de los cubanos y las cubanos. Mucho menos después del 11 de julio de 2021 y los procesos penales y administrativos que han vivido los manifestantes, juzgados y condenados a hasta 30 años de cárcel.

En la puerta del local los encargados de seguridad estaban alertas porque presumían que un grupo de coterráneos irían a manifestarse a las afueras. Pero a diferencia de conciertos como los de Buena Fe y Silvio Rodríguez, que sí han sido precedidos por protestas antigubernamentales, eso no ocurrió esta vez.

Qué sabemos de la sala Outoff y de Antilla Salsa Barcelona

De acuerdo con la web spaceson, Outoff es un auditorio ubicado en Les Corts que consta de tres ambientes: Hall, Sala Vip y Auditorio y cuenta con televisores, pantalla led, iluminación profesional, aire acondicionado y sonido profesional. Aparece en varios sitios como espacio disponible para eventos que tiene un costo, sin IVA (21%), de 630€ por hora; 2250€ la mitad de un día y 4545€ todo el día. El aforo total, incluyendo los tres ambientes es de hasta 1000 personas, pero en la sala VIP no caben más de 300. Por lo visto, la sala Outoff es solo un espacio rentado que no parece tener vínculos con el régimen cubano.

En cambio, Antilla Salsa Barcelona desde su nombre resulta llamativa. Se promociona en su propia página web como "la Sala decana de nuestra ciudad, la Pionera de la Salsa en la capital catalana, la Sala que lleva marcando el ritmo de la música y del ambiente latino desde 1993". No obstante, en Trip Advisor se mantiene en primer lugar entre varias reseñas una en la que se puede leer: "ANTILLA DISCOTECA BARCELONA MALÍSIMO Y PUBLICIDAD ENGAÑOSA".

En esa publicación de 2019 el usuario explica que el sitio "se promociona como discoteca de salsa y no tienen la remota idea que es la SALSA... NO es discoteca es una sala para gente que esta aprendiendo a bailar y no tienen ni idea de qué es bailar, o sea, pésimo, desastroso para los cócteles que sirven por 9 euros cada uno... por favor busquen qué es SALSA y de donde viene... les doy una pista CALI COLOMBIA LA CAPITAL DE SALSA A NIVEL MUNDIAL, o sea, por favor NO engañen".

El buscador de empresas locales Universia devuelve varios resultados para el nombre Antilla o similares, entre ellos sociedades civiles. Por ejemplo, existe una sociedad constituida desde 2012 con el nombre Las Antillas, cuyo domicilio legal es en la provincia de LLeida, Cataluña.

*En informaciones posteriores, daremos seguimiento a este tema.