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martes 21
de
enero 2025
MIAMI.- Andrés Cepeda celebra por estos días dos logros en su carrera: que el concierto que ofreció desde la Catedral de Sal de Zipaquirá, en las afueras de Bogotá, ya llega a más público a través de YouTube y haber grabado un tema con el compositor mexicano Joss Favela.
El cantautor colombiano, que prepara su próximo disco, unió su voz a la de Favela en Si todo se acaba, el segundo sencillo del que será su próximo álbum. La canción aborda el final de una relación amorosa, pero también reflexiona sobre la incertidumbre que ha atravesado el mundo a raíz de la pandemia.
“Nos habla sobre una pregunta que uno se hace: Si todo se acaba, ¿qué nos queda? ¿Por qué aun estás en mi corazón y no te puedo olvidar si este amor ya no existe? Y creo que es una pregunta que nos hicimos todos en pleno encierro y que sirvió para dar pie al origen de esta canción, que además tiene que ver con una enseñanza que le dejó a Joss su padre, que siempre le hizo pensar que esas cosas tan bonitas que uno vive en la carrera pueden acabarse en cualquier momento, y que hay que estar preparados para que las cosas cambien en la vida. Es una enseñanza muy importante la del papá de Joss”, contó Andrés Cepeda, durante una entrevista que concedió a DIARIO LAS AMÉRICAS vía videollamada desde la capital colombiana.
“Entonces, juntando todas estas ideas y experiencias, Joss escribió la canción. Yo me enamoré tremendamente de la letra y la música, y quise llevar ese estilo que es tan suyo a un sonido que me encanta que es el pop rock”.
Cepeda conocía el trabajo de Favela y admiraba sus composiciones, por eso quiso contactarlo para realizar una colaboración, con deseos de entregar nuevas canciones luego de haber finalizado el disco Trece.
“Había escuchado a Joss como compositor en la voz de un colega colombiano y después descubrí su faceta como cantante. Me llamó mucho la atención la manera en que escribe, las melodías, el uso de las palabras para hacer unas imágenes muy lindas en sus letras; me gusta mucho su autenticidad a la hora de escribir”, dijo.
“Entonces lo busqué y me di cuenta de que pertenecíamos a la misma casa disquera, así que le pedí a Sony Music que nos pusieran en contacto el año pasado cuando estábamos encerrados. Lanzamos el disco y estaba concentrado en hacer nueva música, en escribir canciones. Quise buscar a Joss para hacer una canción suya, porque me gustaba mucho como autor. Y ahí empezamos a conversar, a conocernos y llegamos a esta canción, Si todo se acaba, que decidimos cantar juntos”, recordó.
El segundo corte del próximo álbum de Cepeda, que podría llevar por título Decimocuarto, es Lo que se va, que grabó junto a la artista mexicana Ximena Sariñana.
Sobre el material discográfico que prepara actualmente adelantó que “tendrá medio repertorio en colaboraciones y medio en solista”.
Trabajar con otros artistas le aporta ideas a Cepeda que luego traslada a sus propias creaciones.
“Cada vez que tengo una oportunidad de colaborar con algunos de estos personajes geniales, aprendo cosas nuevas y me llevo ideas para lo que hago como solista también. Entonces balanceo ambos aspectos en el álbum. El año entrante voy a presentar otros dos sencillos y entonces muestro el álbum completo, porque quiero que la gente vaya descubriendo canción por canción”, anticipó sobre el disco que verá la luz en 2022.
“En un arrebato de originalidad después de haber hecho el disco Trece ahora creo que a este le voy llamar Decimocuarto (risas), ando muy creativo. Es un nombre tentativo, así lo estoy llamando mientras lo termino de elaborar. Ya casi lo termino pero podríamos hacer un juego de palabras y pensar que es la décima habitación o como decimos aquí en mi país, el decimocuarto”.
El contenido del álbum Trece quedó registrado en un concierto vía streaming que Cepeda ofreció el pasado año desde el interior de la Catedral de Sal de Zipaquirá, cuando el santuario, visitado por unos 500 mil turistas al año, estaba cerrado al público debido a la pandemia.
Los túneles, iluminados con luces de colores que albergan estaciones del viacrucis, fueron el escenario ideal para transmitir al mundo Sal de la Tierra, como Cepeda tituló el show, que ya se puede ver en YouTube y escuchar en las plataformas de música.
Se trata de un concierto que había imaginado, pero no creía posible que esa iglesia católica construida en 1995 a unos 180 metros bajo tierra en las entrañas de una mina de sal.
“Desde chico que conocí ese lugar fue algo que me impactó mucho. La primera vez que me llevaron fui con mis abuelitos, esas bóvedas gigantescas talladas en la sal, esos túneles, esos recorridos eran algo muy misterioso y muy interesante para mí. Y a medida que fui creciendo me fui imaginando el sitio como un escenario acústico muy particular, pero era un sueño utópico porque ese lugar es visitado por miles de personas todos los días, es un lugar de peregrinación, está lleno todo el año. Entonces la oportunidad de poder ir a grabar en un momento en el que estaba clausurado fue una experiencia única. Así que de las cosas que pudimos sacar positivas del año pasado fue tener acceso a unos escenarios como estos, que en otras circunstancias no hubiera sido posible hacerlo”, contó.
Pero la experiencia mística y musical no estuvo libre de obstáculos a la hora de trasladar los equipos para montar el sonido y al escenografía.
“Fue una odisea, bajo tierra, en carros especiales. Algunas personas no se sentían cómodas trabajando allá abajo. Algunos se impresionaron un poco con el tema de lo subterráneo, pero en términos generales, a parte de la humedad y el ambiente salino que no era lo más propicio para los equipos, nos fue muy bien, fue muy interesante. Aprendimos muchas cosas y experimentamos con imágenes muy diferentes a las que hacemos normalmente y con métodos de trabajo muy diferentes. Fue muy chévere. Todo el equipo tenía muchas ganas de trabajar, entonces le pusimos el mayor empeño en que saliera bien, ya que en ese momento no teníamos oportunidades de salir a trabajar”.