MIAMI— Dos jóvenes recuerdan a sus compañeros de clase asesinados en un tiroteo. Una conmovedora conversación entre ellas es la base del cortometraje estrenado este 14 de febrero por el cineasta Gairo Cuevas, que forma parte del equipo creativo de Pixar.
El cortometraje A Normal Conversation (Una conversación normal), se realizó con el Programa de Cine Cooperativo de Pixar. Se trata de una excelente oportunidad que Pixar brinda a sus empleados para producir proyectos cinematográficos personales. La premisa básica es: "si tienes un proyecto cinematográfico que te apasiona y estás preparado para trabajar en él durante tu tiempo libre no remunerado, entonces Pixar ofrece recursos para ayudarte a hacerlo realidad".
Su objetivo es "brindarles a los cineastas de Pixar la oportunidad de expandir y hacer crecer sus habilidades creativas mientras experimentan lo que se necesita para montar una producción". Pues el creador aprovechó esa oferta y logró un impactante cortometraje. En pocos minutos, Gairo Cuevas logra describir el discurso en contra de las armas que tantos jóvenes llevan como bandera.
Una conversación sobre un tema doloroso
Cuevas se basa en el tema de la llamada “epidemia” de violencia armada para dar cuerpo al argumento de su filme, que se centra en una conversación entre dos adolescentes, Emma (Sofiarose Mineghino) y Becks (Bella Cvengros). Estas debaten sobre el miedo y el control de armas en su camino a casa tras salir de un servicio conmemorativo en honor a los amigos que perdieron durante un tiroteo en su escuela.
El equipo, liderado por Cuevas (guion, edición y dirección), estuvo integrado por los productores Bianca Vidal y el propio Cuevas, el director de fotografía Colten Becker, la colorista Arianna Shining Star, el director de efectos visuales Abe Dieckman, y la maquillista Kirsten Morris. Por su parte Nathan Guzman y Kevin Crawford grabaron y editaron el sonido, respectivamente. La música estuvo a cargo de Mouzhan Yousefi y Sylvain Carton.
Según contó Cuevas a DIARIO LAS AMÉRICAS, “el tiroteo en la escuela de Parkland tuvo un profundo impacto en mí porque fue un claro recordatorio de que nuestro país tenía (y aún tiene) mucho trabajo por hacer para resolver la violencia armada”.
Realizó este cortometraje “para mantener viva la conversación y, con suerte, ayudar a prevenir más tiroteos. Todos debemos alzar la voz y exigir la paz para que todos los niños de todo el país puedan estar seguros en el aula”.
En efecto, los efectos de estos hechos de violencia le tocan muy de cerca. Como declaró el director, “el 20 de abril de 1999, mis amigos de la escuela secundaria y yo estábamos teniendo conversaciones fuera de lo normal. Tres estados más allá, en Littleton, Colorado, Eric Harris y Dylan Klebold masacraron a 12 estudiantes y un maestro en los pasillos de la escuela secundaria Columbine. La nación quedó conmocionada y los estudiantes de todo Estados Unidos experimentaron una sensación unificada de pavor”.
Agregó que “el país sufrió mientras todos lloramos juntos, abrazándonos unos a otros como parte del proceso de curación. Salimos más fuertes, con la esperanza de no volver a ver otra tragedia como la de Columbine. Nos equivocamos. Columbine no fue el comienzo y, como todos sabemos dolorosamente, Columbine ciertamente no fue el final”.
“Desde Virginia Tech hasta Marjory Stoneman Douglas High School, los tiroteos ahora están tan entrelazados con la vida de los estudiantes que la violencia armada es sinónimo de escuelas. Los estudiantes hablan sobre los tiroteos en las escuelas de la misma manera que hablan sobre el tipo de programas que ven en Netflix, solo otra parte de nuestro estilo de vida estadounidense, y me temo que lo serán por mucho, mucho tiempo”, acotó.
Asimismo, destacó que “los niños merecen un mundo libre de violencia con armas de fuego, y para lograrlo, tenemos que seguir presionando por soluciones positivas para poner fin a la cultura de las armas mortales que azota a Estados Unidos”.
Las cifras no dejan de ser alarmantes. Un comunicado de prensa indica que “el Archivo de Violencia Armada registró en 2021 más muertes por armas —excluyendo suicidios— que en cualquier año desde su fundación en 2014”.
Un mundo en un solo plano
El filme, de unos 7 minutos de duración, cuenta con una cuidadosa dirección de fotografía en un solo plano difícil de lograr y con las texturas del error y la naturalidad que ello implica. La complejidad de esta labor radica en que si un actor se equivoca en una línea, un transeúnte interrumpe la filmación, o hay error técnico, hay que cortar y comenzar de nuevo.
Apostar por la estética relajada de una conversación no solo hace al material más honesto, sino que lo dota de un tono documental en cierto sentido, también gracias a la verdad de las actrices.
foto durante el rodaje. Cortesía/Gairo Cuevas
Cortesía/Gairo Cuevas
El tono dramático adquiere aún más relevancia por el tratamiento de contención de las intérpretes, sin necesidad de ir a extremos como el llanto desbordado. En cambio, lo que cuentan y el manejo de la conversación transmiten una fuerte carga emocional.
Vale destacar el aporte de la música, en la misma vibración del drama, y el acertado diseño del epílogo con imágenes de protestas contra la violencia con armas.
El rodaje se hizo en un poblado de Fairfax, en el condado de Marin, cerca de San Francisco, California, entre 3 de la tarde y 7 de la noche, y se hicieron unas 13 tomas.
Más sobre Gairo Cuevas
Gairo Cuevas es director de fotografía y editor del departamento de contenido creativo de Pixar Animation Studios, donde ayuda a su equipo a crear muchos de los videos detrás de escena. Cuando no está en Pixar, Gairo se dedica a dirigir otros proyectos.
Licenciado en cine por la Universidad Estatal de San Francisco en 2007. Después de graduarse, trabajó como autónomo para The CW Network en San Francisco, llevando múltiples proyectos intensivos con plazos para fines de transmisión utilizando una variedad de herramientas de producción y posproducción. En 2011 recibió un Emmy por su trabajo como director de fotografía en una campaña promocional que filmó en el área de la bahía. Gairo se encuentra actualmente en posproducción dirigiendo una película dramática de acción en vivo que él y su esposa financiaron juntos, al mismo tiempo que mantiene su semana laboral de cuarenta y cinco horas en su trabajo diario.