jueves 18  de  septiembre 2025
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Bad Bunny enfrenta demanda millonaria por "La Casita"

La demanda fue presentada contra Bad Bunny y las compañías Rimas Entertainment, Move Concerts y A1 Productions, que participaron en la producción de conciertos

Por Patricia Guillén

MIAMI.- El ícono urbano Bad Bunny enfrenta una nueva batalla legal en Puerto Rico. Román Carrasco Delgado, un hombre de 84 años y dueño de la casa conocida como La Casita, presentó una demanda millonaria contra el artista y varias compañías vinculadas a su equipo de producción, alegando el uso indebido de su propiedad en proyectos musicales y en los conciertos de la residencia No Me Quiero Ir de Aquí.

Según el documento judicial, Carrasco reclama que su vivienda, ubicada en Humacao, fue utilizada sin consentimiento claro como escenario en el cortometraje Debí Tirar Más Fotos, estrenado en enero de este año. Además, asegura que la imagen de la casa sirvió de modelo para construir la réplica que se convirtió en pieza central de los espectáculos que Bad Bunny ofreció en el Coliseo de Puerto Rico.

El demandante sostiene que firmó un documento en la pantalla de un teléfono celular sin poder leer ni entender los términos, ya que no sabe leer ni escribir. En su versión, nunca se le informó que la casa sería replicada para conciertos, mercancía o material promocional, y que únicamente se le habló del cortometraje.

Carrasco denuncia también que la exposición mediática le ha generado serios problemas de privacidad: asegura que decenas de personas visitan a diario su hogar para tomar fotografías y grabar videos, lo que ha afectado su tranquilidad. Por ello reclama una compensación por daños emocionales, angustia mental y explotación comercial.

$6 millones

En total, solicita 6 millones de dólares en indemnización: 5 millones por enriquecimiento injusto y un millón adicional por daños emocionales. La demanda fue presentada contra Bad Bunny y las compañías Rimas Entertainment, Move Concerts y A1 Productions, que participaron en la producción de los conciertos y materiales relacionados.

Hasta el momento, ni el artista ni sus representantes han emitido comentarios sobre el caso. El proceso judicial buscará determinar si existió consentimiento válido y si se produjeron beneficios económicos indebidos a costa de la imagen de la vivienda.

La Casita se convirtió en un símbolo de la residencia No Me Quiero Ir de Aquí, un espacio íntimo dentro de la escenografía en el que Bad Bunny compartía momentos especiales con sus invitados. Sin embargo, lo que fue un detalle entrañable para miles de fanáticos ahora podría transformarse en un conflicto millonario con implicaciones legales para el cantante.

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