De la isla caribeña a la guitarra de Santa Claus
En 1961, cuando tenía seis años, el pequeño Solís llegó a EEUU procedente de una Cuba recién gobernada por Fidel Castro. Allá, lidiar con el triunfo del socialismo y todo lo que eso conlleva, no fue nada fácil para su familia, que era dueña de una fábrica de pasta llamada La Pasiega.
Según recuerda el prolífico autor, su papá tenía un tremendo negocio en la isla. "Teníamos chófer, nannies, cocinero, pero, como a muchos otros, Castro nos lo quitó todo. Así que despegamos de la isla y aterrizamos en Miami. Llegamos aquí sin un kilo. Realmente, asegura, fueron tiempos muy difíciles"
Pero su padre se creció ante las dificultades. "Se fue a una factoría a trabajar; venía a la casa, dormía tres o cuatro horas, y de ahí se iba a Coral Gables a lavar platos. Así pasaron muchos años, rememora, y nosotros no sabíamos nada: no sabíamos que éramos pobres".
En medio de esas circunstancias, yendo de una escuela a otra y aprendiendo inglés casi sin saberlo, Solís empezó a escuchar música. "Empecé a oír música desde pequeño. Recuerdo que tenía un transistor radio chiquitito, pero no teníamos dinero para comprar una guitarra. Todas las Navidades se la pedía a Santa Claus hasta que por fin me llegó, como a los 12 años".
De James Taylor a la música latina
Carlos Solís reconoce que siempre le gustó mucho la música, sin embargo, no conocía la música latina. La verdad, "no sabía qué era la salsa. Yo oía a James Taylor, [pues] ese era mi estilo. Un día, fui al Crossways Airport Inn, donde mi papá llegó a ser uno de los mánagers, y escuché a Carlos Oliva, Willy Chirino… Ahí la conocí, y me encantó. [Entonces] cogí la mezcla de lo que conocía con lo nuevo, y empecé a escribir".
Entre 1968 y 1969, el joven cantautor se unió a Phillip Valdespino, con quien creó "un dúo muy bonito. Salíamos en un show en Miami e, incluso, grabamos con el productor de Comelius Brothers & Sister Rose. Lo hicimos, pero no llegamos a más, porque, entonces, los contratos eran “one way” y no había nada para nosotros".
Solís recuerda que también grabó con el músico Pablo Cano, muy conocido desde aquella época. Así, "empezamos a escribir, a tocar. Luego, en el 76, conocí a mi esposa, Sandy Bassett, y al año y medio, nos casamos. Fue entonces cuando puse la guitarra a un lado y me dije: “Tengo que enfocarme”. Como no fui al college, sabía que tenía que poner mi propio negocio". Y eso fue lo que hizo.
Del dúo musical a las vallas publicitarias
Recién casado y con la nueva responsabilidad de su hogar, Carlos Solís comenzó a trabajar en una compañía de vallas publicitarias, donde empezó desde abajo, «limpiando y arreglando cosas», hasta que llegó el momento en que se dijo: «Esto lo tengo que hacer por mi cuenta».
Como no tenía dinero para invertir, buscó un socio con capital. Juntos, montaron el negocio y empezaron a construir billboards desde Miami a North Carolina, hasta que decidieron tomar rumbos diferentes. Fue entonces cuando decidió crear la compañía Sign Crafters.
En este caso, explica, «en vez de hacer letreros de publicidad, empezamos a hacer rótulos para negocios y vehículos». De esa época en particular, recuerda especialmente el trabajo que realizó para el Miami Seaquarium tras el paso del devastador huracán Andrew.
«En ese entonces, relata, logré comprar un edificio, me metí en el planning and zoning de la ciudad, hice muchos contactos, y empecé a ver cómo el negocio subía, subía y subía». En 2007, por desgracia, a su compañera de vida la diagnosticaron con cáncer de mama, y eso hizo que se lo replanteara todo.
De emprendedor en ascenso a enfermero de su esposa
Cuando a Sandy le informaron de su padecimiento, el emprendedor en ascenso no lo pensó dos veces y tomó una decisión que cambiaría sus vidas. «Un día, rememora, estábamos sentados afuera de nuestra casa bonita, frente al lago. Estábamos hablando; ella estaba llorando, y me dice: “¿Qué hacemos?”. Le dije: “Voy a vender el negocio: me voy a quedar contigo 24/7. Voy a ser tu nurse”.
Presto a cuidar a su esposa cuando más lo necesitaba, Solís vendió el negocio, se compró un motorhome y, mientras ella avanzaba con dos cirugías, dos vueltas de quimioterapias y radiaciones, no sólo la acompañó en su peregrinaje médico, sino que también le compuso “You are not alone”, una canción demostrativa de su gran amor y apoyo incondicional.
Un tema que, cabe recalcar, le recordó al cantautor dormido que había en él lo que era capaz de hacer. "Cuando mi esposa salió de las cirugías, detalla, cogí la guitarra y lo que salía era una canción tras otra. Habían pasado 30 años: de 1977 a 2007. Así que cuando había escrito cuatro o cinco canciones, me dije: “No me he olvidado de nada”.
Del reencuentro con la música al éxito insospechado
Cuando Solís se disponía a ponerle saxofón a la canción de su esposa, el destino quiso jugarle una buena pasada. En ese entonces, "el saxofón me lo hacía Camilo Valencia, pero él es trasplantado de corazón, y no pudo. Entonces, llegó otro señor con el pelo largo y un saxo de los años 40. Le pregunté al productor quién era, y resulta que era Charles DeChant, el sax play de Hall and Oates".
"La verdad, prosigue, DeChant hizo una maravilla. Así, sacamos el primer álbum (2014), que, precisamente, se llama “You are not alone” y que, rápidamente, empezó a coger fuerza en las radios», no sólo por el gran material que es, sino también por la sorpresa que incluía con el tema “Wasting the night away”.
"Un día, recuerda, estaba trabajando en la computadora con esa canción, que es como un swing. De momento, sale una pareja bailando; los veo, quito la música que estaban bailando y pongo la mía. Me dije: “Esto cae”. Llamé a Atlanta, y resulta que eran Charlie Womble y Jackie Mcgee".
Los reconocidos bailarines, que permanecieron invictos durante 12 años mientras bailaban en más de 300 competiciones, se interesaron tanto por su música que, a las dos semanas de un primer contacto, lo llamaron de Chicago: estarían en el show de Steve Harvey y querían bailar con su tema.
«Así que salieron en Steve Harvey con mi canción», explica, emocionado. "La canción explotó. Las estaciones de radio me empezaron a llamar, y se la mandé a todas. Incluso, llegó a ser el número cinco en el Beach Music Top 40 del mundo. Realmente, pegó fuerte. Sacamos ese álbum y nos fue muy bien".
Del músico en solitario a la banda SolisBravo
Con una mezcla que combina jazz, swing, big band, bossa nova, R&B y música latina, SolisBravo Band es la banda que formó Carlos Solís con un grupo de viejos amigos a raíz del diagnóstico de su esposa, quien, dicho sea de paso, rebasó la enfermedad.
"La mayoría de mis músicos son de la banda de Carlos Oliva», explica; 10 músicos realmente buenos y multigalardonados (la gran mayoría, con premios Grammy y Emmy, hágase notar).
Pues bien: tras crear el grupo, el autor e intérprete no esperó a que lo llamaran para tocar. «Realmente, asegura, no me interesaban los restaurantes; yo quería el teatro, un show, para contar mi historia. Así que renté un local, vendí los tickets, promoví el concierto, les pagué a mis músicos y empezamos a cantar por todo el centro de Florida".
Con ese tremendo empuje y varios patrocinadores de su lado, que usualmente hacían donaciones para campañas contra el cáncer, Solís no sólo pudo avanzar, sino también recaudar más capital para contribuir a esa causa tan cercana. ¿Cómo lo hizo? Pues con una formula infalible: "Hago conciertos; se llena de gente y se hace más dinero".
Del grupo musical al canal en Pandora
Partiendo del éxito conseguido con el primer disco, el triunfante cantautor decidió sacar otro, en 2017. «Se llama “Sailing” y quedó muy bonito. Tiene muchas buenas canciones, entre ellas, “Florida Keys”. Me dije: “Déjame mandarla a Pandora”. A las tres semanas, me enviaron un e-mail. No sólo me pusieron todo el álbum: también me dieron mi propio canal».
Fue así como Pandora, la plataforma de música en streaming con radios personalizadas, les abrió la puerta a los músicos de SolisBravo Band. No conformes con eso, tras el segundo disco, crearon cuatro singles y hoy, según nos adelanta, cuentan con material suficiente para tres álbumes más, entre otros buenos proyectos.
De temas comerciales a canciones patrióticas
En medio de su fértil producción musical, al fervoroso patriota estadounidense que es Carlos Solís le empezó a “chocar” el antiamericanismo de unos cuantos. «Hay muchas personas equivocadas. Con la oportunidad que hemos tenido… Porque somos muchos los que vinimos en los 60 y somos profesionales… ¿Me van a decir a mí que este país no es fantástico?".
Sumamente agradecido por las oportunidades que esta nación le ha dado, el cantautor nacido en Cuba se preguntó cómo decirle a la gente que esa historia no es la única y que él tiene una gran historia. No tuvo que ir muy lejos: encontró la respuesta en 2020, cuando escribió USA.
Se trata de una canción patriótica, emotiva y pegadiza, que habla de su inmenso amor por Estados Unidos y que comienza dejando bien claro el orgullo que siente su autor por vivir en tierra de libertad: Proud to say every day / we're living in the USA / Proud to say I am free today / living in the USA.
Solís resalta que, cuando sacaron esa canción, muchos lo llamaban y le decían: "Haz algo en español", pero él sostiene que no escribe en español. Otros músicos cubanos, como el propio Carlos Oliva y Willy Chirino, ya lo han hecho. Él, por tanto, prefiere cantar en inglés "porque los americanos no conocen nuestra historia. Incluso, asegura que ha ido «a lugares en donde ni siquiera saben qué es un cubano".
De proyectos presentes y futuros
Aparte de USA, el cantautor también escribió Back to you, un tema dedicado a algunos de sus familiares militares, entre ellos, su hijo intermedio, que es veterano de combate de la Marina, su tío y cuñado. "La hice para ellos", enfatiza, al tiempo que adelanta los próximos lanzamientos de Red, white, and blue, otra canción dedicada a su querida patria adoptiva, y un álbum de música cristiana.
Del mundo empresarial nos cuenta que su hijo menor maneja actualmente el negocio de marras. Sí, la misma empresa que vendió en 2007, cuando su esposa enfermó, volvió a la familia Solís, en 2010, en un proceso de recompra. Otro giro curioso del destino o las vueltas que da la vida, como dicen por ahí.
En la actualidad, con una esposa sana que escribe cuentos infantiles y una hija mayor experta en marketing, Carlos Solís es un hombre agradecido. «Gracias a Dios, concluye, [estoy] retirado, viajando y ayudando al [exoficial de la CIA de origen cubano] Ric Prado con su proyecto, porque esa es la historia de todos nosotros».
Sobre el Dr. Rafael Marrero
Multipremiado economista egresado de las universidades de Stanford y Cornell. Empresario, consultor senior y comentarista de noticias. Autor del bestseller de Amazon América 2.0: la guerra de independencia de EE. UU. contra China y presentador del popular podcast La amenaza china, transmitido semanalmente en las plataformas de Diario Las Américas. En el 2023 recibió el rango vitalicio de Coronel y ayudante de campo por el Gobernador de Kentucky debido a su prolífica labor humanitaria durante la pandemia de coronavirus y su arduo desempeño a favor del movimiento Made in USA.