MIAMI.- Aunque se licenció en Ciencias Administrativas, Daniela Padrón no conoce otro mundo que no sea el de la música: con apenas tres años llegó a la Escuela Experimental de Música Manuel Alberto López, en Caracas, Venezuela.
MIAMI.- Aunque se licenció en Ciencias Administrativas, Daniela Padrón no conoce otro mundo que no sea el de la música: con apenas tres años llegó a la Escuela Experimental de Música Manuel Alberto López, en Caracas, Venezuela.
Desde ese momento, a la hija de la pianista Olga López se le ha visto tocar violín en diversos escenarios del mundo. Pero en 2012, decidió -junto a su familia- emigrar a Miami, ciudad en la que vive y en la que sigue cosechando triunfos. DIARIO LAS AMÉRICAS conversó con la artista venezolana Daniela Padrón, quien nació en Caracas el 20 de mayo de 1987.
- ¿Cómo llega una niña de 3 años a la Escuela Experimental de Música Manuel Alberto López?
Siendo la nieta del Dr. Manuel Alberto López y la hija de su directora y fundadora Olga López.
Casi que -literalmente- se podría decir que nací en la escuela de música y ahí di mis primeros pasos.
- ¿Por qué escoges el violín como instrumento musical?
Comencé mis estudios con el violín y el piano. Siendo mi mamá pianista, todo el mundo pensó que ese era el camino que tomaría. Sin embargo, a la edad de 8 años, cuando ambos instrumentos empezaron a exigir más de mi tiempo y dedicación, sentí la necesidad de escoger un solo camino.
Me di cuenta de que cuando practicaba en casa el piano mi mamá me corregía desde la cocina mientras se preparaba el café: 'Daniela, eso es un fa sostenido', 'Gordita, sube la mano izquierda', 'hija, siéntate derecha'… en cambio cuando estudiaba violín no decía nada (risas). Así que por eso decidí quedarme con el que ha sido mi compañero por más de 30 años: mi violín.
- ¿Qué te ha enseñado el dirigir una de las orquestas infantiles del Miami Music Project y cuánto tiempo llevas en la dirección?
Llevo dirigiendo orquestas infantiles el mismo tiempo que tengo viviendo en Miami; es decir, desde mediados de 2012.
Trabajar con niños en un melting pot (crisol de culturas) como lo es Miami: ha sido un aprendizaje en sí mismo dada la multiculturalidad y riqueza que cada uno de estos chicos trae a la sala de ensayos.
Definitivamente cuando enseño aprendo muchísimo. No hay manera de medir todo lo que he aprendido en estos años a la batuta de una de las orquestas infantiles del Miami Music Project, desde el punto de vista musical, social y cultural.
- También impartes la cátedra privada de violín, ¿Cuál es tu lema y objetivo principal como formadora de futuros artistas?
Una de mis pasiones es enseñar y ser testigo del brillo que se le hace en los ojos a la persona cuando tiene ese aha moment (momento de euforia controlada), en el que finalmente entiende algo o logra demostrarse a sí mismo de lo que es capaz; simplemente no tiene precio.
Estoy convencida de que la música es un don que viene plantado en cada ser humano y como profesora de violín mi objetivo es guiar a cultivar ese don a través de la pasión, la disciplina y la auto-motivación para alcanzar el máximo potencial y así los estudiantes puedan vivir la felicidad que brinda hacer música y el placer que da compartirla con los demás.
- ¿Por qué decides emigrar a Miami en 2012?
En el momento en que Manuel (mi esposo) y yo decidimos casarnos y eventualmente tener hijos, nos vimos en la obligación de labrar un futuro que lamentablemente nuestro país natal, Venezuela, no parecía poder ofrecernos a consecuencia de una crisis política, económica y social derivada del régimen dictatorial de Chávez y ahora de Nicolás Maduro.
Al igual que millones de venezolanos, nos vimos obligados a dejar nuestro país en búsqueda de un mejor futuro para nuestra familia.
Por otro lado, hemos tenido la bendición de llegar a un hermoso país, y en específico a la ciudad de Miami, que nos ha brindado infinitas oportunidades y a la que siempre agradeceremos que nos haya abierto las puertas a Manuel a mí y -además- haya recibido en sus brazos a nuestro hijo, Max.
- ¿Qué siente una venezolana cuando toca Fuga con pajarillo en un escenario o territorio extranjero?
Me llena de mucho orgullo tocar música venezolana fuera de nuestras fronteras porque estoy convencida de que nuestra cultura -y en específico nuestra cultura musical- es uno de nuestros mejores productos con calidad de exportación. Por ende, me encanta la idea de llevarla a tantos escenarios como sea posible.
- Nominación al Latin Grammy en 2013, has colaborado y tocado con artistas y orquestas de talla internacional, tres álbumes en solitario, ¿Qué sueño falta por cumplir?
¡Demasiados!. Todos los días me despierto con muchísimas ideas de proyectos que quisiera llevar a cabo.
Quisiera hacer un disco que incluya colaboraciones con otros artistas. También, me encantaría hacer una segunda parte de Bach to Venezuela. Como estos, mil proyectos más… ya veremos cuál tomará forma primero y por ahí nos vamos.
Es difícil escoger un proyecto, pero dejar que fluya ha sido la fórmula que me ha funcionado hasta ahora.
- ¿Qué extrañas de tu país y que mensaje le darías a los venezolanos?
De Venezuela extraño el calor de su gente, a mi familia, el olor de la grama mojada en la mañanita, las cachapas de La Unión (vecindario en Caracas) y tantas otras cosas.
A Venezuela la extraño a diario, supongo que eso nunca cambiará.
Y mi invitación a mis compatriotas venezolanos es a que seamos cada vez mejores ciudadanos, dentro y fuera del país, demos lo mejor de nosotros para dejar el nombre de Venezuela en alto.